Enlaces accesibilidad

El primer árbol de Navidad en España lo puso una princesa rusa en 1870

  • Fue en el ya desaparecido palacio de Alcañices, actual Banco de España, donde se instaló el primer árbol de Navidad en 1870
  • En el solsticio de invierno, los nórdicos colocaban un árbol con ofrendas en los poblados para celebrar el nacimiento del dios Frey

Por
El primer árbol de Navidad en España lo puso una princesa rusa

Existen tradiciones que llevan con nosotros toda la vida y más en fechas señaladas como la Navidad. Sin embargo, no todas son autóctonas de nuestro país y esto es lo que ocurre con el famoso árbol de Navidad, cuyo origen geográfico radica en el norte de Europa, y que fue introducido en España por una cosmopolita aristócrata rusa.

Sofía Troubetzkoy nació el 25 de marzo de 1838 en Moscú. Educada en la Corte, siempre destacó por su inteligencia y sensibilidad, por lo que se convirtió en una de las aristócratas más admiradas y famosas de la época. Contrajo matrimonio con el embajador de Francia Carlos Augusto de Morny, primer duque de Morny y hermano de Napoleón III, con quien tuvo cuatro hijos y del que quedaría viuda tiempo después. Su vida junto al diplomático le permitió viajar por todo el mundo, logrando forjar relaciones poderosas.

Más tarde, Sofía tomó la decisión de casarse en segunda nupcias con José Osorio y Silva, más conocido como el gran duque de Sesto, por lo que se trasladó a Madrid y se instalaron en el palacio de Alcañices, ubicado en los terrenos en los que hoy se levanta el edificio del Banco de España. Fue allí donde, en 1870, la duquesa de Sesto instaló el primer árbol de Navidad en España, siendo algo bastante común en los palacios de otras capitales europeas.

"Es una tradición que ella había adquirido, lógicamente, por su educación, porque el árbol de Navidad es un elemento propio de los países del norte de Europa", ha explicado a RTVE el historiador y autor de Tardes de año nuevo, Francisco José Gómez.

Se venden más árboles de Navidad -Ver ahora

El árbol de Navidad y sus orígenes nórdicos

En invierno, para celebrar el nacimiento de Frey, el dios del Sol, la lluvia y la vegetación, los pueblos escandinavos decoraban un árbol al que llamaban Yggdrasil o árbol del Universo. Estos árboles con ofrendas se colocan en mitad de los poblados simbolizando la copa el Valhalla, el conocido como reino de la eternidad, y las raíces el mismísimo infierno.

Cuando los primeros cristianos llegaron a Escandinavia observaron que la fecha de adoración nórdica coincidía con la Navidad por lo que decidieron adoptar la costumbre y la acabaron transformando.

Para los cristianos, la invención del árbol de Navidad se atribuye a Bonifacio, santo y misionero que vivió entre los siglos VII y VIII, que viajó al norte de Europa para convertir a los paganos. En uno de sus numerosos recorridos, cuenta la historia que observó a un pequeño grupo de hombres adorando a un fuerte y frondoso roble. Ellos creían que ese roble era el hogar del dios nórdico Thor, deidad del trueno. Parte del ritual consistía en entregar una ofrenda a los pies del árbol, que solía tratarse de un sacrificio humano. Al ver esto, el santo quedó aterrado, y decidió cortar aquel roble para demostrar a los lugareños que su dios no era capaz de impedir tal acto. En su lugar plantó un abeto decorado con manzanas y luces. Además, indicó que representaba la vida eterna por ser de hoja perenne y porque su copa apunta al cielo.

Badalona, Vigo y Cartes pugnan por tener el árbol de Navidad más alto

"Las manzanas representaban el árbol del pecado, del que comieron nuestros padres Adán y Eva, y las luces, la luz de la resurrección, la bondad o del perdón", añade el historiador.

Aunque es difícil determinar cuándo fue esto, en algunas regiones de la Alemania del siglo XVI ya se ponían árboles durante las festividades. Una costumbre que acabaría extendiéndose por toda Europa gracias a celebridades como Sofía Troubetzkoy, quien no dudó en introducirlo en nuestro país.