Presidencia española y la UE de mañana
- Ha cumplido abriendo la próxima ampliación y acordando los pasos para la "autonomía estratégica abierta"
- Lo difícil será llevar a la práctica esos acuerdos y convencer a la ciudadanía
"Ha sido una presidencia con grandes desafíos, propia de los tiempos que vivimos, unos tiempos en perma-poli-crisis". Así lo resumió Fabian Zuleeg, del European Policy Centre, en la presentación del acto que organizó el Real Instituto Elcano para hacer balance sobre el semestre en que España ha presidido el Consejo de la Unión Europea.
Dos cuestiones en las que España ha cumplido el calendario son: una, aceptar a Ucrania y Moldavia como candidatos a la UE y dar luz verde a las negociaciones de ingreso. Y dos, acordar un diagnóstico y medidas que debe adoptar la UE para remediar sus vulnerabilidades y ser competitiva, en un mundo interdependiente y en varias crisis permanentes, tener mayor autonomía para no volver a sufrir el desabastecimiento que sufrimos con el material sanitario durante la pandemia de COVID 19, o las carencias energéticas tras las sanciones impuestas contra Rusia a consecuencia de la invasión de Ucrania. Es lo que han denominado "autonomía estratégica abierta", recogido en el informe Resilient 2023
Esas han sido las dos cuestiones elegidas por el Real Instituto Elcano para hacer balance junto con otros think tanks (centros de análisis).
Ampliación: de impensable a inevitable
El titular es de mi colega Pablo Rodríguez Suanzes,que moderó una de las sesiones. Después de la última gran ampliación, "la ampliación al Este", la Unión cerró la puerta de entrada. Hasta que el presidente de Rusia lanzó la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022, aún no hace dos años. En ese momento lo que parecía una quimera se ha convertido en una urgencia para el gobierno actual de Ucrania y para la UE, con la conocida excepción del gobierno que dirige Viktor Orban en Hungría.
¿Por qué es urgente que entre un país en guerra en la UE?
"Porque el principal desafío al que se enfrenta la seguridad europea es Rusia, y hay que evitar que avance y triunfe en Ucrania", así de tajante fue el razonamiento de Daniel Fiott, especialista en seguridad, "es una cuestión existencial, está en juego la supervivencia de Ucrania y también la de la UE". En la misma línea, Maria Martisiute, del European Policy Centre, subrayó un argumento familiar para quienes seguimos esta cuestión: "Ucrania es el frente (frontline) de Europa".
El consenso de los analistas en la necesidad de que la Unión Europea dé cobijo a Ucrania, fundamentalmente, y a Moldavia, para protegerse de Rusia, pero también a Albania, Macedonia del Norte, Montenegro, Serbia y Bosnia-Herzegovina, no esconde las dificultades que esta ampliación entraña. Por las reformas enormes que deben realizar los países candidatos, y porque esta vez también tiene que cambiar profundamente el club, la mayor reforma de su historia, y las reformas de unos y otros no van a ser ni fáciles ni baratas.
Hay que cambiar la forma de cómo se toman las decisiones, lo más obvio es abandonar las votaciones por unanimidad, requisito que si ya bloquea las instituciones a 27, mucho más inviable será a 34 o 35 (si entra Georgia). Y eso significa perder la capacidad de veto, es decir, poder -unos más que otros- en el seno de la UE. Las reformas tienen que alcanzar a la fiscalidad y replantear los presupuestos. Ignacio Molina, investigador principal de Elcano, usó una metáfora: "Es como cuando engordas, llega un momento en que ya no valen los arreglos, el traje no da más de sí y necesitas uno nuevo".
"En Ucrania necesitan ver los beneficios de entrar en la UE antes de que hayan ingresado, no pueden ser sólo un horizonte", advirtió Maria Martisiute, "por ejemplo en infraestructuras y en su fuerza militar". Daniel Fiott puso varias veces el dedo en una llaga de las opiniones públicas: todos los países de la UE van a tener que aumentar mucho la inversión/gasto militar. Por Ucrania y porque los Estados Unidos no quieren seguir haciendo de apafuegos. La necesidad será más urgente, si en un año Donald Trump vuelve a ser presidente.
Que alguien se lo diga a la ciudadanía
Integrar en el club europeo a siete u ocho países que tienen casi todos conflictos internos y externos (el mayor de esos países está en guerra y parcialmente destruido) y una parte de la población afín a Rusia, que ello requiera un alto coste económico, además de que países como España dejarán de recibir dinero comunitario para ser contribuyentes netos, va a ser difícil de aceptar por unas sociedades en crisis y con el sentimiento -y los votos- nacionalista en alza.
De ahí que Ilke Toygür, de Elcano, pusiera repetidamente el énfasis en que hay que informar y preparar a la opinión pública. Hacen falta políticos, en los gobiernos y en las oposiciones, que asuman esa responsabilidad.
La presidencia ha cumplido, lo difícil es ponerlo en práctica
Es el resumen de las dos cuestiones abordadas. Porque para simplemente poner rumbo a esa mayor autonomía económica (productiva) sin abandonar la interdependencia es necesario un esfuerzo común.
Un diagnóstico unánime y alarmante: Europa está perdiendo el tren de la innovación tecnológica, regulamos más que creamos. Basta observar nuestra vida cotidiana, almacenamos millones de datos en nubes y servidores de los Estados Unidos, y la red social que triunfa entre los adultos de mañana, ¡también para informarse!, TikTok, es china.
El objetivo acordado es encontrar el equilibrio entre autonomía e interdependencia económica, es decir, proteger nuestra economía común y a la vez promover acuerdos fuera de la UE. "Hay que tener menos dependencia de países conflictivos diplomáticamente y ampliar, diversificar, esa red de interdependencias globales" señaló Rem Kurteweg del Netherlands Institute of International Relations, "la estrategia económica de la UE tiene que ir de la mano de la seguridad".
Para Miguel Otero, de Elcano, nos encontramos ante un trilema: transición verde, seguridad económica y disciplina fiscal. Cómo cumplir con las tres aristas de ese triángulo.
Kurteweg señaló los retos obvios: que todos los miembros de la UE tengan la misma capacidad (tecnológica y económica) para emprender las inversiones necesarias, que se involucre al sector privado y que los 27 sean capaces de coordinarse para hacer de ello una labor conjunta, "ya les adelanto que los Países Bajos sí harán esta transformación",
Fabian Zuleeg advirtió de que sería "brutalmente sincero" y cumplió: tenemos que hacernos a la idea de que la interdependencia como arma, que ya hemos experimentado, es el futuro que nos espera, un chantaje permanente, un ojo con lo que haces que te dejo sin materias primas, sin semiconductores, sin…
Más sinceridad brutal: "El multilateralismo ha muerto porque a las dos principales potencias económicas (Estados Unidos y China) no les interesa, estamos en la era de ‘mi país, primero’, aumenta la rivalidad entre las dos potencias y la UE no está preparada para hacer frente a esa situación. Además, no estamos haciendo nada para combatir el principal desafío global, el cambio climático".
"El presidente Trump fue quien espoleó a la UE en 2017 para tener mayor autonomía, ahora hay que darse cuenta de lo urgente que es y del coste que tiene" siguió advirtiendo el neerlandés Rem Kurteweg. Al respecto el alemán Fabian Zuleeg siguió haciendo gala de sinceridad sin paños calientes: "Y hay que hacerse la pregunta, todo esto ¿quién lo paga?" Porque en Alemania están cansados de sufragar al resto de socios y, esto lo añado yo, en los Países Bajos el partido más votado en las elecciones generales de noviembre ha sido el más nacionalista y eurocrítico, tampoco están por la labor.
Estamos advertidos.