De la tramitación de la amnistía a la posible vuelta de Puigdemont: Cataluña vuelve a marcar la política en 2024
- La amnistía continúa su tramitación y el PSOE quiere su aprobación este enero para posteriormente ir al Senado
- Sánchez se verá con Puigdemont y Junqueras en 2024 y la mesa de diálogo se reactivará en el primer trimestre
Con permiso de Galicia y el País Vasco, donde este 2024 se celebran elecciones autonómicas y con todos los partidos mirando a estas regiones para medir fuerzas electorales, Cataluña vuelve a llamar a la puerta para, una vez más, marcar gran parte de la agenda política, algo que ya es más que habitual en los últimos años.
El 2023 acabó con la amnistía en el top de la actualidad política del país, protagonista de una polarización y tensión sin precedentes que marca además el inicio de este año con la posible denuncia del PSOE por el apaleamiento de un muñeco que simulaba al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la protesta que se convocó en Ferraz el día de Nochevieja.
Una amnistía que continurá su tramitación parlamentaria en estos primeros compases del año, con la enmiendas a la totalidad presentadas este miércoles por PP y Vox y que se debatirán la semana próxima en un nuevo pleno que, otra vez, se espera de altísima tensión. La sesión parlamentaria se celebrará de forma casual en el Senado debido a las obras que se están llevando a cabo en el Congreso de los Diputados y las enmiendas serán rechazadas, salvo sorpresa absoluta, por la mayoría parlamentaria que ya dio el visto bueno al primer trámite de la ley de amnistía, esto es, el mismo bloque (todos menos CC) que facilitó la investidura de Pedro Sánchez: PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV, Podemos y BNG.
Tras el posterior trámite de las enmiendas parciales, los socialistas confían en que la ley sea aprobada en un pleno en el Congreso a finales de este enero, para llegar entonces al Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta y dilatará los plazos para el visto bueno definitivo de la norma.
Aprobación de la amnistía ¿justo antes de las elecciones europeas?
Aunque hacer cálculos en la política española, en la que un solo movimiento lo explota todo, es más que arriesgado, los tiempos que se manejan para la ley de amnistía se mueven en la posibilidad de que la norma esté aprobada y vigente en el BOE en torno a la primavera, antes de las elecciones europeas de junio y quizá en medio de las elecciones vascas, que no tienen fecha, pero que se esperan en torno al mes de abril. Este asunto, por tanto, podría colarse de lleno en las campañas electorales previstas para 2024.
Cuando la ley de amnistía entre en vigor, los tribunales y los órganos administrativos y contables implicados, con casos vinculados al 'procés', deberán aplicar la ley con carácter "preferente y urgente" en un plazo máximo de dos meses.
Está por ver cómo afecta a esa aplicación los esperados recursos de inconstitucionalidad que plantearán PP y Vox, que han insistido en que agotarán todas las vías políticas y jurídicas para luchar contra la amnistía. Y también está por ver si la medida de gracia afectará al voto de los españoles en los comicios europeos previstos para el 9 de junio.
Posible vuelta de Puigdemont, que se verá con Sánchez
Más allá de la incógnita de los tiempos concretos de aplicación de la ley de amnistía, la posible vuelta a España del expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, huido en Bélgica de la justicia desde 2017, se plantea como uno de los momentos claves en todo este proceso de aplicación de la ley, con todo lo que ello representa.
La activación de la amnistía abriría también la puerta al retorno de otros independentistas huidos, como la secretaria general de ERC, Marta Rovira, y los exconsellers Antoni Comín y Lluís Puig, aunque, si la ley embarranca por algún recurso a la justicia europea, su vuelta podría retrasarse.
Más allá del momento histórico que supondría la fotografía de la vuelta de Puigdemont a España con todos sus derechos políticos adquiridos, se abrirá entonces (o incluso antes) el debate de los papeles que jugarán los líderes del proceso independentista de cara a unas elecciones catalanas que tocan a principios del año que viene y con la amenaza, siempre posible, de adelanto en las urnas.
En el aire también si Junts volverá a repetir en las elecciones europeas con Puigdemont como cabeza de lista.
Reunión de Sánchez con Puigdemont y Junqueras
El presidente del Gobierno cerró el 2023 mostrándose dispuesto a ir más allá en la "normalización" política iniciada reuniéndose tanto con Puigdemont como con el líder de ERC, Oriol Junqueras, indultado en la causa del 'procés'. No se fijó fecha ni el lugar posible para esos encuentros, aunque el propio presidente sí dejó claro que prefiere se produzcan una vez aprobada la ley de amnistía, así que habrá que esperar aún unos meses para ver sentados en la misma mesa a Sánchez y Puigdemont.
En esas reuniones, cuando se produzcan, tanto ERC como Junts pondrán encima de la mesa el referéndum que siguen planteando para dar salida al "conflicto político" en Cataluña. Ambas formaciones no renuncian a la consulta y en el caso de los de Puigdemont sin renunciar a la unilateralidad, a pesar de su giro iniciado hacia el diálogo con el Gobierno central.
Pedro Sánchez ya ha dicho que un referéndum en Cataluña "no cabe en la Constitución" y pide a estas formaciones hacer un "ejercicio de pragmatismo" para facilitar acuerdos que permitan "reforzar el autogobierno" de Cataluña.
Mesas de negociación con verificador y mesa de diálogo reactivada
La agenda catalana tiene previsto un 2024 con varias mesas de diálogo. La primera entre el PSOE y Junts ya se celebró en 2023 en Ginebra con el diplomático salvadoreño Francisco Galindo Vélez como "verificador" y a la espera está de convocarse la mesa de PSOE con ERC también con mediador para validar acuerdos y negociaciones.
Además en la reunión mantenida a final de año entre Sánchez y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se decidió reactivar la mesa de diálogo en el primer trimestre de este nuevo año.
La financiación autonómica, en medio de la polémica
Junts y ERC han reclamado que durante 2024 se acuerde una financiación con un "carácter singular" para Cataluña, una especie de concierto vasco, en el que la Generalitat recaude los tributos y ceda una parte al Estado, ante el resto de comunidades, la mayoría gobernadas por el PP, que ya han denunciado y alertado ante esta posible negociación que plantean como el fin de la solidaridad entre regiones y un ataque al modelo constitucional.
Con todos estos frentes Cataluña sigue sin bajarse del foco y del protagonismo poltico que solo podría aumentar si finalmente hay adelanto electoral en esta región.