Cien años de Chillida en diez obras

• Este año se celebran 100 años del nacimiento de uno de los escultores claves del siglo XX
• El Museo Chillida Leku celebra el centenario con un fin de semana de puertas abiertas

Cien años del nacimiento del escultor Eduardo Chillida

"El arte está ligado a lo que no está hecho, a lo que todavía no creas. Es algo que está fuera de ti, que está más adelante y tú tienes que buscarlo. De otra manera, uno estaría todo el tiempo repitiéndose", decía Eduardo Chillida. El 10 de enero se celebra el centenario del escultor, uno de los más importantes del siglo XX. Nacido en 1924 en San Sebastián, comenzó a estudiar arquitectura, una carrera que acabó dejando por su verdadera pasión: el arte.

Su destreza con el dibujo fue evidente desde muy joven. Al escultor nunca le gustaron los materiales blandos y en cuanto volvió a su tierra natal, en 1951, descubrió el potencial del hierro y se convirtió en un elemento fundamental en la carrera del artista. Para conmemorar los 100 años del nacimiento de Chillida, recordamos diez de sus mejores obras.

El Peine del viento XV (1976)

El Peine del viento de Eduardo Chillida Paco Torrente

Quizá sea su obra más conocida. Situada en la playa de la Concha de San Sebastián, se ha convertido en un símbolo de la ciudad. Conforma la XV edición de esta serie que se compone de un total de 23 piezas.

Tres piezas helicoidales de acero corten se funden en el paisaje vasco y rompen con las olas del Cantábrico. Una obra que llevaba tiempo trabajando y en el que la ubicación ocupa un lugar especial: su rincón favorito de la ciudad y a donde iba con su mujer cuando eran jóvenes.

Elogio del horizonte IV (1989)

Elogio del Horizonte de Eduardo Chillida en Gijón J.L. Cereijido/AGENCIA EFE

Ubicado en el Cerro de Santa Catalina, en Gijón, esta enorme escultura de hormigón de 10 metros de altura y con un peso de 500 toneladas simboliza, para el propio Chillida, “la patria de todos los hombres”.

Esta escultura es un espacio de encuentro, situado en las alturas del cerro, con el mar a sus pies, y que supone para el hijo de Chillida, Luis, junto con el Peine del viento XV, una de sus obras favoritas.

Lugar de encuentros III o La sirena varada (1972)

Lugar de encuentros III, o La sirena varada, obra de Eduardo Chillida en el paseo de la Castellana, en el Museo de Escultura al Aire Libre de Madrid Gustavo Cuevas/ EFE

Lugar de encuentros III forma parte del Museo de Escultura al Aire Libre de La Castellana, en Madrid. Se trata de la primera escultura de Chillida de hormigón.

Llegó a la capital en los años 70, pero pronto la disposición de la pieza generaría polémica. La escultura estaba suspendida en el aire, más de 6.000 kilos de hormigón colgaban de los pilares del puente. En 1973 se retiró la obra de Chillida, que se traslada a la Fundación Maeght de París y la Fundación Miró de Barcelona.

Cinco años después, la escultura, denominada popularmente como La sirena varada, vuelve a su emplazamiento inicial, donde hoy en día, podemos apreciar esta figura desafiando las leyes de gravedad.

Monumento a la tolerancia (1992)

Monumento a la Tolerancia de Eduadro Chillida Eduardo Abad/ EFE

"La obra para un escultor es una forma de comunicar y a través de sus obras comunicaba de alguna manera conceptos como la tolerancia, la libertad, el respeto a los demás…”, explica su hijo y director de la Fundación Chillida-Pilar Belzunce, Luis.

Este mensaje se hace evidente con su monumento en Sevilla. El Monumento a la tolerancia fue un encargo de la Fundación Sefarad para recordar la expulsión de los judíos en España en 1492. Ubicado a las orillas del Guadalquivir, la escultura, representa la protección y acogida con uno de los brazos que se recoge hacia el interior y, los planos terrestres y celestes, con el otro, tocando la tierra y dirigiéndose al cielo.

Gure aitaren etxea (La casa de nuestro padre) y Estela de Gernika I (1987)

Gure Aitaren Etxea (La casa de nuestro padre) del escultor Eduardo Chillida en el "Parque de Europa" de Gernika. Txema Fernández/EFE

Con motivo del 50 aniversario del bombardeo de Guernica, el Gobierno vasco le encargó a Chillida este monumento que rinde un homenaje a su tierra y a sus antepasados.

Chillida diseña, por un lado, una estructura de hormigón de casi ocho metros con una ventana abierta a la naturaleza, y por otro, introduce una pequeña estela de acero en su interior, Estela de Gernika I.

Homenaje a Jorge Guillén II (1982)

Homenaje a Jorge Guillén II de Eduardo Chillida (1982) Chillida Leku

"Soy, más, estoy. Respiro. Lo profundo es el aire. La realidad me inventa, Soy su leyenda. ¡Salve!”, escribió Jorge Guillén en su poema Más allá (1984). Poema que tomó prestado para nombrar la serie “Lo profundo es el aire”. La relación del escultor con el poeta de la generación del 27 no fue solo de amistad, ya que trabajaron juntos en Más allá, poema en el que Guillén escribía las líneas y Chillida dibujaba las ilustraciones.

En homenaje a su íntima relación, Chillida realiza esta obra en la ciudad natal de Guillén, en Valladolid, junto al Museo Nacional de Escultura.

Elogio del agua (1987)

Elogio del agua de Eduardo Chillida(1987) Chillida Leku

En Barcelona encontramos esta obra de ingeniería: una escultura suspendida sobre un lago artificial. Un estructura de 54 toneladas de hormigón sujeta por unos cables de acero y que, con su reflejo en el agua, aludiendo al mito de Narciso, se completa. Con obras como esta o La sirena varada, el escultor se ganó el apodo del "arquitecto del vacío". Se trata de una de las obras maestras de Chillida.

Topos (1985)

Topos V de Eduardo Chillida (1985) Chillida Leku

Lo antiguo y lo moderno dialogan en esta plaza del barrio antiguo de Barcelona. Situado en la plaza del Rey, está frente a las escaleras del edificio medieval, Palau Reial Major. Una escultura moderna del año 1985 junto a un edificio que comenzó a construirse siglos atrás (s.XI). "Topos" proviene del griego y significa "lugar" y es lo que Chillida logró, una obra en una escultura-lugar. Esta pieza se inauguró en 1986 coincidiendo con una exposición antológica del artista en la Fundación Miró,

Puerta de música (1993)

Puerta de música de Eduardo Chillida (1993) Chillida Leku

Si bien la materia y el espacio ocupaban un lugar primordial en las obras de Chillida, la música también. Apasionado de la música clásica, Chillida era un admirador de Johann Sebastian Bach. El compositor alemán, fue, en palabras de su hijo, “su músico de cabecera”. “Solía decir que la música de Bach era como la mar, que nunca era la misma. No hay dos olas iguales, todas tienen sus diferencias”.

Esta obra está basada en el texto de San Agustín titulado "De música", y con la que pretende reflejar la relación entre la escultura, la arquitectura y la música.

Elogio del hierro III (1991)

Elogio del hierro III, obra de Eduardo Chillida (1991) Chillida Leku

El hierro fue un material fundamental para Chillida, al regresar a su tierra natal vio algo en este material que le atrajo, convirtiéndose en un elemento esencial en su trayectoria artística. Por ello, el título de esta pieza de acero remite a la relación de Chillida con este material.

Ahora mismo se puede disfrutar en Chillida Leku pero esta obra pertenece a la colección del BBVA y en sus inicios se encontraba frente a la sede del banco en la Gran Vía de Bilbao.

Chillida Leku celebra el centenario con un fin de semana de puertas abiertas

"Soy como un árbol, con las raíces en un país y las ramas abiertas al mundo", decía Chillida y estaba en lo correcto. Más de 1.000 obras de Chillida se reparten no solo por España sino por todo el mundo: Nueva York, Londres, Doha hasta la ciudad japonesa de Toyama. Pero no hace falta irse al otro lado del planeta para disfrutar de las obras del escultor donostiarra. Chillida Leku, es un museo que además de albergar las obras de Chillida, fue el lugar que rehabilitó el propio escultor manteniendo su identidad tradicional. Además, con motivo del centenario, Chillida Leku lo celebra con dos jornadas de puertas abiertas los días 13 y 14 de enero.