Crisis institucional en Polonia tras refugiarse dos exministros en el palacio presidencial para evitar su detención
- Los dos diputados de Ley y Justicia fueron indultados en 2015, pero el Supremo ha declarado inválida la decisión
- El presidente polaco ha anunciado que indultará a los dos diputados encarcelados
En Polonia se ha abierto una crisis institucional tras la detención, en el palacio presidencial, de dos altos cargos del anterior gobierno ultraconservador. Allí se habían refugiado el exministro de Interior Marius Kaminski y el exviceministro de Interior Maciej Wąsik, condenados a dos años de cárcel por abuso de poder y falsificación.
Los dos diputados del ultraconservador Ley y Justicia (PiS) fueron indultados por el presidente polaco, Andrzej Duda, en 2015 después de que dicho partido asumiera el Gobierno. Sin embargo, un fallo del Tribunal Supremo en diciembre del año pasado declaró inválidos los indultos al haberse producido cuando aún estaba sin resolver una apelación de los dos procesados, por lo que se decretó su entrada en prisión y se les retiraron sus actas de diputados.
A esta sentencia le sucedió otra del Tribunal Constitucional, compuesto en su mayoría por magistrados nombrados por el anterior Gobierno, que reafirma la validez del indulto presidencial y contradice la decisión del Tribunal Supremo.
Kaminski y Wasik pasaron la mayor parte de este martes en el palacio presidencial, en compañía de Duda, mientras varias patrullas de policía apostadas en la entrada del recinto registraban los vehículos que salían del palacio por temor a que los dos políticos pudiesen escapar. Finalmente, fueron detenidos en el momento en el que el presidente se hallaba reunido con representantes de la oposición democrática bielorrusa.
Tras ser arrestado y conducido a la comisaría, Kaminski se declaró en huelga de hambre indefinida y afirmó haberse convertido en "el primer preso político de Polonia" desde la llegada de la democracia en 1989.
Enfrentamiento entre el presidente y el primer ministro
En un mensaje televisado este miércoles, Duda se ha referido a la actuación policial como "una amenaza absoluta a la Constitución y a la ley" y ha dicho estar "profundamente conmocionado" porque "quienes han luchado por una Polonia libre hayan sido encarcelados, mientras que otros, acusados de corrupción, estén libres".
En un tono firme, el presidente polaco ha enfatizado que no descansará hasta que los dos estén libres y ha añadido que, "como un presidente elegido por diez millones y medio de polacos", no tendrá "miedo de actuar dentro de la legalidad, conforme a la Constitución y a la ley". Una opinión que no comparte el primer ministro, Donald Tusk.
El enfrentamiento entre el conservador Duda, que comparte ideología con el anterior Gobierno, y el liberal Tusk ha desembocado así en una crisis institucional que pone de relieve la difícil convivencia que se avecina con el nuevo Gobierno, que tomó posesión del poder hace solo unas semanas.
Tusk, por su parte, se ha dirigido a Duda y le ha pedido que no haga "un sabotaje a la Justicia" con su "preocupante actitud", al tiempo que ha recordado que "el delito de protección a un delincuente puede ser castigado con cinco años de cárcel".
"Señor presidente, le hago un llamamiento: por el bien del Estado polaco, debe detener este espectáculo, que nos está llevando a una situación muy peligrosa", ha dicho Tusk ante la prensa en Varsovia.
Para tratar de "reducir la tensión política y jurídica" en torno a este asunto, el presidente del Parlamento, Szymon Holownia, ha decidido este martes suspender la actividad parlamentaria y posponer los plenos hasta la semana que viene.
Esto añadirá aún más presión al actual Gobierno, que trabaja a contrarreloj para aprobar los presupuestos generales de 2024, pues, según la Constitución, si este documento no se aprueba antes de final de mes, el presidente tendría la potestad de convocar nuevas elecciones