La pesca de la angula en España, cada vez más difícil
- Las autoridades europeas han declarado a esta especie en peligro crítico de extinción
- Los pescadores españoles culpan de la situación a la contaminación de los ríos, las presas y las alimañas que impiden el desarrollo de la especie
- El domingo, a las 22.30 horas, en el Canal 24 horas y en RTVE Play
Negra noche en Asturias. La angula no quiere ni pizca de luz, es su aliada frente a la horda de pescadores. El altísimo precio que tienen estos benjamines y los pocos días que se permite su pesca son el cóctel perfecto para que el río Nalón parezca una romería el día de la virgen del Carmen…
“Antes éramos 200 pescadores y ahora si quedamos 37“
"Solo tenemos ocho días al mes para pescar angulas con un máximo de tres-cuatro meses al año… Un total de 30 días… Hay menos angulas, sí, es cierto, pero que culpen a la pesca de ello…", lamenta Félix, un angulero del río Nalón, en Asturias, donde se ubica una de las capitales de la angula en España, San Juan de la Arena, quien nos explica que cada vez quedan menos pescadores de este exquisito manjar que alcanza los 600 y 700 euros por kilo en subasta. "Antes éramos 200 pescadores y ahora si quedamos 37. No nos dejan vivir…", zanja la conversación Félix.
Unos metros más allá está a Pablo, otro angulero que culpa a la contaminación de los ríos, las depuradoras, los pantanos. "Han destrozado el hábitat de la anguila y lo fácil ahora es prohibir la pesca", razona mientras echa al cesto la escasa captura que recogen. "Si llevo pescados hoy 200 gramos… es mucho… ni para cubrir la noche", se queja.
Especie en peligro crítico de extinción
La unión internacional para la conservación de la naturaleza ha declarado a la anguila y su alevín, la angula, especies en peligro crítico de extinción, y el centro de investigación vasco AZTI ha coordinado un proyecto europeo para mejorar la conservación.
"A nuestras costas llegan ahora, aproximadamente, el 9 % de la angula que llegaba en los años 80, y entre las principales causas está la sobrepesca y la destrucción del hábitat de la anguila, lo que impide su desarrollo. Una de las soluciones, además de recuperar esos humedales, pasa por la pesca cero", explica Maria Korta, una de las investigadoras.
Pero esta solución solivianta a muchos. "Que quiten la angula, que quiten su pesca… Qué bonito… Y los cientos de familias que vivimos de ello, ¿qué? Digo yo que habrá otras soluciones que podamos decidir entre todos…", reclama Marisa, propietaria de Angulas Pura, un vivero y cocedero que lleva cuatro generaciones en marcha.
“Prohibir su pesca no resolverá el problema. De hecho, en Francia cada año se pesca más, porque allí se hace repoblación y los ríos están limpios y con caudal y la angula vive bien”, explica Joseba Aguirrebarena, propietario de viveros Ibaigune, el principal importador de angula francesa a España.
"El 70% de la angula que se consume en España procede de Francia. No hay ninguna diferencia con la angula española. De hecho, las anguilas van a desovar al Mar de los Sargazos, y es allí donde nacen las angulas, atraviesan el océano y vienen a crecer a los ríos europeos… O sea, que nace en el mar, pero busca el agua dulce, y si no entran a los ríos españoles será por algo… En Francia este año se ha pasado de pescar 55.000 kilos a 65.000. O sea..., ¡que angula hay!", concluye Joseba, con la seguridad de quien sabe de lo que habla tras 40 años en el oficio…
Precios prohibitivos
“Está a 800 euros el kilo… Prohibitivo. El precio es lo que va a acabar con las angulas“
"Hoy en subasta se pagaba a 641 euros el kilo… Luego la preparo yo para ponerla ya cocida de cara al público, se la vendo al pescadero, que también se lleva lo suyo… Y al final para el ama de casa está a 800 euros el kilo… Prohibitivo. El precio es lo que va a acabar con las angulas", confiesa Policarpo Mayoz, propietario de un cocedero de marisco en Irún con más de 50 años de historia, aunque no todo el mundo es de la misma opinión.
"Una ración de 50 gramos o 100 sale por entre 50 y 80 euros. Con una buena botella de vino y una mejor compañía. Seguro que es una noche que vas a recordar por mucho tiempo", declara Leyre Azuaga, encargada de una tienda de angulas en pleno centro de Bilbao, mientras nos enseña unos paquetitos de angulas que vienen envueltos como si de joyas se tratara.
“Aquí en Euskadi y sobre todo en Bilbao, hay mucha tradición de comer angulas. Se pescaban hasta en la ría… y sí, es cierto que los que las compran son personas mayores… Los jóvenes ya no están por la labor.”
El surimi como alternativa barata
Y ahí es donde entra el surimi con forma de angula, una alternativa barata, divertida y eficaz para resolverte una cena o un entrante en el momento menos pensado, y que ha irrumpido también con fuerza en el mundo de la hostelería.
"Es uno de los pinchos que más sale del local, porque llama la atención y lo rematamos con una salsa rosa de remolacha y una hoja de espinaca que le da colorido y atrae mucho a la clientela", nos cuenta Joseba, responsable de cocina del Toma y Daka, en plena plaza Mayor de Bilbao.
“Está muy rico… Y oye, nada que envidiar a las angulas…”, ríe Juan Carlos, un cliente habitual, mientras le da un bocado al pincho.
El futuro está en el aire
"Yo no entiendo que aquí nos atornillen tanto y en Francia se pueda pescar sin problema. Si lo acaban prohibiendo, van a acabar con nosotros, con una forma de ganarse la vida que es durísima, pero que a mí me hace feliz… Aquí, solo, con el mar y mi perra…", reflexiona Ramón, un angulero con más de 40 años de oficio, a orillas de la desembocadura del río Sella…
"A lo mejor es que las angulas ya no quieren venir aquí y se van a Francia…", sonríe melancólico. A lo mejor, las angulas se han dado a la fuga hacia el país vecino.