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Cómic

Santipérez, el maestro del terror ibérico

  • El dibujante publica la antología Un puñado de historias de terror
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Detalle de la portada de 'Un puñado de historias de terror'
Detalle de la portada de 'Un puñado de historias de terror'

Quién haya leído un cómic de Santipérez (Asturias, 1977) no ha podido olvidar esa perfecta combinación de terror psicológico y visual porque es uno de los maestros en crear atmósferas, pero también es capaz de provocarnos pesadillas con impactantes horrores que parecen salidos de un relato de Lovecraft. Desgraciadamente, este autor se prodiga muy poco, así que su nuevo libro, Un puñado de historias de terror (Diábolo), es completamente imprescindible.

Preguntamos a Santi (Various Horror Visions, El Taxidermista, Diablo House) qué vamos a encontrar en esta recopilación de pesadillas: “Como dice el título, son cinco historias cortas de terror. Tres de ellas ya han sido publicadas en la revista Cthulhu (Diábolo), pero en un formato reducido y no las conoce demasiada gente. Y luego tenemos otras dos que son completamente inéditas, hechas expresamente para este libro”.

“Por un lado -añade-, tenemos El País de las Maravillas, que es una historia de Manuel Mota (inspirada en la obra de Lewis Carroll), que parte de esta idea de si es mejor vivir en la fantasía y ajenos a la realidad. Y la segunda historia tiene guion de Alex Ogalla y está basada en hechos reales, porque... ¿Quién no ha vivido que tu pareja te quiera cambiar? Pero en este caso no me refiero a la forma de vestir o al peinado, sino algo mucho más allá… Sobre todo si tu pareja es un cirujano y un entomólogo aficionado”.

“También -continúa el dibujante-, tenemos otro relato titulado Nieve Negra, que nos muestra cómo, allá donde vaya el ser humano, se lleva todas sus manías, sus religiones y sus cosas. En realidad, no evoluciona y sigue cometiendo los mismos errores. Y todo visto desde el punto de vista de unos chavales que deambulan por la superficie de Marte”.

“En cuanto a las otras dos historias -apostilla el dibujante-, la primera, Mirtha Haley, nos cuenta la historia de una mujer mayor que en su juventud fue apreciada por su belleza, ensalzada por una sociedad rancia y machista de tiempos pasados. Tiene síndrome de Diógenes y rebuscando un día en la basura, pues encuentra una cosilla que le va a cambiar la vida”.

“Y para terminar -concluye el dibujante-, tenemos la historia de una pareja y los esfuerzos que hacen por ser padres, a pesar de que su hijo no sea un bebé precisamente normal. Y al final, en cierto modo, lo consiguen. Pero no voy a contar más porque creo que una parte importante de este álbum es la sorpresa. Siempre intento que mis historias acaben con un final sorprendente y que te deje con la boca abierta”.

Página de 'Un puñado de historias de terror'

Una combinación de terror y ciencia ficción

Una de las cosas que destacan del trabajo de Santipérez es su maestría a la hora de mezclar el terror, la ciencia ficción y nuestro día a día, lo que hace sus historias aún más sorprendentes y terroríficas.

“La verdad es que este álbum tiene unas historias muy diferentes y variadas. Aunque esté etiquetado como terror, hay mucho de ciencia ficción y de fantasía” -nos comenta-.

Algo que hace tan especial el arte de Santipérez, es que sus influencias vienen de los más grandes, como Bernie Wrightson o Richard Corben. “Cuando comienzas a dibujar tienes esas referencias de tu época, que te dejaron alucinado cuando eras joven. Pero, según vas evolucionando y haciéndote mayor, las vas dejando un poco aparte y creando tu propio estilo. Es evidente que esos autores forman parte de mi ADN y permanecen dentro de mí, pero están dentro de ese cóctel creativo que has mezclado para conseguir un estilo propio”.

Un estilo que mezcla el realismo con algunos toques caricaturescos. “No lo hago a propósito -asegura Santipérez-. Eso surge de dejar un poquito al lado la anatomía para que los personajes tengan más libertad en el lenguaje corporal y en los gestos. Por eso parece que tiran un poco a la caricatura. Si los hiciera con la boca cerrada y ceño fruncido parecerían menos cartoon, pero me gusta exagerar esas expresiones para que tengan más fuerza”.

Página de 'Un puñado de historias de terror'

Un maestro del color y el blanco y negro

Otra de las cosas que quedan claras en este cómic es la maestría de Santipérez a la hora de cambiar de estilo y de técnicas, demostrando que se maneja igual de bien en el color que en el Blanco y negro.

Cada historia tiene una técnica diferente -asegura-. Pero también es comprensible, porque he tardado diez años en hacer el cómic. Y entre una historia y otra ha pasado mucho tiempo. Y también es cierto que si no me aburriría. Por eso tengo que ir cambiando de estilo y de manera de trabajar”.

“En este álbum hay dos historias en color -continúa-. Y la de Mirtha Haley, que tiene 26 páginas, la he hecho con una técnica pictórica que me ha llevado muchísimo tiempo, muchísimo esfuerzo”.

“Confieso que no disfruto mucho del proceso porque sufro -asegura-. Hay gente que piensa que soy un gran dibujante, pero en realidad lo que me considero es un currante y le doy muchas vueltas a las cosas, las repito una y otra vez hasta que me quedan bien. Para mí el proceso creativo no es muy divertido. Me divierte más cuando he acabado. No soy un dibujante rápido, pero una vez acabado sí que me siento muy satisfecho del trabajo, pese al sufrimiento que significa a veces hacerlo”.

Ilustración de 'Un puñado de historias de terror'

Incluye una galería de bocetos e ilustraciones

Hay que destacar que el libro incluye una galería de bocetos e ilustraciones. Por ejemplo, los minuciosos lápices de Mirtha Haley. “Soy muy detallista porque al final trabajo para mí -asegura el dibujante-. Trabajo en mis ratos libres y por eso no tengo fechas de entrega. Es cierto que los bocetos no sería necesario que estuvieran tan acabados, pero lo debo hacer porque en ese sufrimiento también hay un poquito de disfrute”.

Busco mucha documentación y lleno libretas de personajes, de ángulos de cámara… Mis originales pasan por muchos procesos. Primero hago un boceto sencillo para planificar la composición y situar a los personajes. Luego viene el proceso a lápiz, que es donde decido si ese boceto me sirve o tengo que desarrollarlo más. Y luego el entintado y el color que, normalmente, ya siempre lo hago en digital”.

“El coloreado digital te facilita mucho el proceso -continúa-. Pero en realidad es muy parecido hacerlo en papel directamente. Y el resultado final es muy similar. Cuando trabajo en digital imito las técnicas originales. Los programas tienen capas y yo a mis capas las sigo denominando capa de acuarela, capa de guache, capa de óleo… Porque las uso como si fueran pigmentos de verdad, teniendo en cuenta su opacidad, etc. Y como digo, los resultados son muy similares a los que conseguía antes con esas técnicas”.

Página de 'Un puñado de historias de terror'

“Sigo con mis colaboraciones con Cthulhu”

En cuanto a sus proyectos, Santipérez nos comenta que: “Como cada vez dibujo con más ilusión, espero no tardar otros diez años en hacer un nuevo libro. La verdad es que antes tenía la historieta como un hobby, pero ahora sí que me estoy centrando más, quiero dedicarle más tiempo. Así que no creo que tengamos que esperar tanto para el siguiente”.

“Y sigo con mis colaboraciones con la revista Cthulhu -nos comenta-. Siempre que tengo un ratillo colaboro con ellos. Precisamente, en el último número, el 28, que está dedicado a Lovecraft, he hecho una ilustración para un relato de José María Tamparillas. No me lo quería perder porque me gusta estar ahí con mis compañeros de andanzas, como Enrique Corominas, que ha hecho una portada espectacular”.

Portada de 'Un puñado de historias de terror'