John Carter, la otra gran creación del padre de Tarzán
- Se publica la colección que Marvel dedicó al personaje en los años 70
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Aunque acabase eclipsado por Tarzán, la otra gran creación del escritor Edgar Rice Burroughs (1875-1950), John Carter de Marte (1912) ocupa un destacado lugar en la historia de la literatura fantástica, sobre todo en el mundo anglosajón. Prueba de ello son adaptaciones como la lujosa, pero fallida, película de Disney de 2012, y la serie de cómics que Marvel dedicó al personaje en los años 70, una auténtica joya que ahora publica la editorial Diábolo en un completo integral: John Carter of Mars.
Un volumen imprescindible gracias a autores tan destacados como los guionistas Marv Wolfman (La tumba de Drácula) o Chris Claremont (La Patrulla X) y algunos de los mejores dibujantes de Marvel de la época, como Gil Kane, Dave Cockrum, Carmine Infantino o un jovencísimo Frank Miller (Batman, Daredevil, Sin City), que realizó su primer trabajo para Marvel en esta serie.
Unos cómics que, aunque se publicaron originalmente en color, tenían mucho que ver con las revistas de Marvel en blanco y negro de la época (como La espada salvaje de Conan o El Planeta de los simios), con guiones más adultos y un entintado más elaborado. Por eso, aunque echemos de menos el color, no podemos, sino maravillarnos con el dibujo de estas páginas, que se encuentra entre lo mejor de Marvel del momento.
En fin, unos cómics fantásticos, llenos de acción y de emoción, que demuestran la variedad de contenidos de Marvel de los 70, cuando se abrió a temas como el terror o la ciencia ficción, y que tanto echamos de menos en la actualidad. De hecho, estos cómics no habrían sido posibles sin el gran éxito de Marvel en los 70, la colección de Star Wars.
El libro incluye todos los números de la serie original, 27, más tres anuales, en un tomo de 800 páginas.
Un norteamericano en… Marte
Al igual que las novelas de Burroughs, los cómics de Marvel cuentan las aventuras de John Carter, un capitán de Virginia que, tras la Guerra Civil, se hace rico al encontrar una mina de oro en Arizona. Un día, huyendo de los apaches, se esconde en una cueva donde aparentemente muere, para ser transportado misteriosamente a Marte, donde se reencarna.
En Marte, que los nativos llaman Barsoom, descubrirá que la menor gravedad del planeta, respecto a la tierra, le ha concedido una fuerza extraordinaria y la posibilidad de saltar grandes distancias, lo que le acabará convirtiendo en un poderoso guerrero-salvador (una especie de señor de la guerra), en un planeta donde los habitantes están inmersos en interminables guerras.
Además, John Carter iniciará una relación romántica con la princesa Dejahn Thoris de Helium, con la que tendrá varios hijos. Una princesa que, como vemos en el cómic, en realidad también es una guerrera. De hecho, en la primera aventura es raptada y, en vez de esperar a que la salve John Carter, acabará escapando ella misma para unirse a la batalla.
Un equipo de artistas excepcional
Como decimos, este libro también es un catálogo de algunos de los mejores artistas de la Marvel de finales de los 70, empezando por guionistas como Marv Wolfman, famoso por su etapa en La Tumba de Drácula, junto a Gene Colan, y por otras dos obras maestras junto a George Pérez, Los Nuevos Titanes y Crisis en tierras infinitas, con las que remodelaron el Universo DC. Curiosamente, Pérez dibujo tres portadas de esta colección de John Carter, aunque no colaboró en los interiores.
También contamos con algunos guiones de Chris Claremont, el hombre que convertiría a La Patrulla X en la colección más importante de los 80, en Marvel.
El libro incluye dibujos de algunos de los artistas más importantes de la época, como los mencionados, y otros a los que asociamos con La espada salvaje de Conan, como Ernie Colon, Rudy Nebres, Ernie Chan, Tony de Zuñiga… pero si tuviéramos que quedarnos con uno solo sería Gil Kane, uno de los mejores dibujantes de la historia de Marvel (al que recordamos por sus etapas en Spiderman o Conan), y que aquí hace un trabajo excepcional. Y es que se nota que disfruta con la historia.
Y es que esta historia es un festín para los dibujantes, que disfrutan enormemente con los originales diseños de las criaturas, las naves y la arquitectura de las ciudades marcianas. Lo curioso es que, aunque los marcianos tengan armas de fuego, John Carter suele terminar peleando con espadas a lomos de criaturas fantásticas, como si fuera Conan o Tarzán.
En fin, una obra clave de la Marvel de los años 70, que no puede faltar en la tebeoteca de cualquier aficionado al cómic de ciencia ficción y fantasía.