Kim Jong-un pide definir a Corea del Sur como el principal enemigo del país en la Constitución
- El líder norcoreano ha reclamado revisar la Carta Magna para incluir que no cabe "reconciliación" con el Sur
- Seúl ha advertido que "castigará con mucha más dureza" a Pionyang en caso de ataque
El líder norcoreano, Kim Jong-un, ha pedido revisar la Constitución para definir a Corea del Sur como el principal enemigo del país, en lo que supone una nueva muestra del relevante giro estratégico y diplomático por el que parece estar optando Pionyang.
En la primera jornada de la sesión de la Asamblea Popular Suprema (Parlamento) celebrada este lunes, Kim ha considerado que las políticas de Estados Unidos para acabar con su país, apoyadas por Seúl, no permiten más margen de maniobra que el de prepararse para un conflicto bélico, según ha informado la agencia KCNA.
En línea con los mensajes que ha hecho públicos el mandatario en las últimas semanas, ha asegurado que también conviene dejar claro en la Carta Magna que no cabe "reconciliación ni reunificación" con el Sur y que, en caso de guerra, "es importante tener en cuenta la cuestión de ocupar, reprimir y reclamar por completo la República de Corea (nombre oficial del Sur)".
"Hoy la Asamblea Popular Suprema pone fin a casi 80 años de relaciones Norte-Sur y legisla nuestra nueva política para el Sur", ha clamado el mariscal norcoreano, indicando un cambio fundamental en materia diplomática del que varios analistas han alertado tras el fracaso de la cumbre sobre desnuclearización de Hanói de 2019 o el progresivo acercamiento de Pionyang a Pekín y Moscú.
Por su parte, el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, ha advertido que Seúl "castigará con mucha más dureza" a Pionyang en caso de ataque.
"Si Corea del Norte nos provoca, los castigaremos con mucha más dureza", ha afirmado Yoon durante una reunión de su Gabinete celebrada hoy en Seúl, según informó la Oficina Presidencial.
Fin a los esfuerzos de acercamiento de las últimas cinco décadas
Kim ha dicho también que "la creciente confabulación militar entre Japón y la República de Corea" está dañando "seriamente" la seguridad nacional", por lo que ha instado a todas las agencias gubernamentales "en todos los niveles" a establecer "medidas exhaustivas para la transición inmediata a un régimen de guerra en caso de emergencia" y a "hacer preparativos materiales minuciosos para la resistencia nacional".
El líder ha apuntado que el Gobierno va a implementar de inmediato la decisión, anunciada el fin de semana, de disolver todas las organizaciones de intercambio civil con el Sur establecidas a lo largo de las últimas cinco décadas para lograr un acercamiento entre ambos vecinos, técnicamente aún en guerra ya que el conflicto que los enfrentó (1950-53) se cerró solo con un alto el fuego.
Al duro lenguaje empleado por Kim se ha sumado su propuesta de destruir símbolos o efigies que defienden la idea en torno a la idea de la reunificación pacífica, algo no visto hasta ahora durante su mandato.
Concretamente, ha abogado "por cercenar físicamente" las vías de la antigua Línea Gyeongui de ferrocarril -que unía ambas mitades de la península- hasta dejarlas "en un nivel irreparable", o demoler el llamado Arco de la Reunificación, un enorme monumento que se sitúa a las puertas de Pionyang cuando se accede a la ciudad conduciendo desde el sur.