Martin Panchaud: "En 'El color de las cosas' intento transmitir emociones de la forma más pura"
- Se publica este sorprendente cómic, hecho con gráficos, puntos y colores, que ha ganado los mayores premios en Francia
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El color de las cosas (Reservoir Books), de Martin Panchaud (Ginebra, 1982), es el cómic más original y sorprendente de los últimos años, además de uno de los más premiados: Fauve d’Or del Festival de Algoulême, Gran Premio de la crítica Francesa ACDB… Un potente thriller social que está narrado a base de puntos de colores y gráficos, abriendo nuevos caminos narrativos y estilísticos para el cómic. Pero lo más sorprendente de todo es que su autor ha llegado a esta genialidad enfrentándose a su dislexia. Una maravilla que se publica en España este jueves, 25 de enero.
“Yo estudié cómic y grafismo -nos comenta Martin por videoconferencia-. Y cuando la pandemia del COVID no había mucho trabajo para grafistas, así que aproveché para hacer un cómic. Pero decidí realizarlo con la visión de un grafista. Una visión pura de la imagen que evitara cualquier tipo de florituras. Y que me permitiera transmitir las emociones y el mensaje de la forma más pura y directa”
“Después estuve en Londres para aprender inglés y hacer una residencia de escritura narrativa -añade Martin-. Era la primera vez que estaba lejos de mi familia, de mis amigos, de mi ambiente… Y por eso me inspiré en lo que veía a mi alrededor, que para mí era muy nuevo. Ese ambiente inglés, con esas casas perfectamente alineadas, esos pueblecitos, esas zonas donde son tan aficionados a las apuestas deportivas”.
"El dibujo me permite compensar la dislexia"
Una historia que nos atrapa desde el primer momento y que tiene continuos y sorprendentes giros. Algo alucinante para un autor al que le cuesta leer. “Yo tuve muchos problemas con la dislexia en el colegio porque no la identificaron hasta muy tarde -nos confiesa-. Parecía que hablaba correctamente pero no conseguía leer ni escribir bien. Todos ponían el acento en el tema de leer. Me decían que era muy importante que leyera y mi comprensión lectora, pero yo no podía”.
“Después, casi por casualidad, entré en el mundo del cómic -añade el autor-. Yo no quería hacer cómic porque para mí el mundo del libro no era un mundo cómodo ni fácilmente accesible. Pero hacía estudios multimedia y estaba rodeado de gente que amaba el cómic. Y de alguna manera eso me tocó. Entonces empecé a trabajar el texto con las imágenes. Es decir, yo podía entender las imágenes, pero no en una estricta secuencia. A partir de eso empecé a querer leer y escribir. Aunque sigo escribiendo muy mal y con muchas faltas de ortografía. Por eso me siento tan comprometido con el dibujo y el diseño, que me permiten compensar esa dislexia que me ha acompañado durante tanto tiempo”.
Un thriller protagonizado por un chaval de un barrio de Londres
El color de las cosas es un thriller social que mezcla de forma sorprendente una historia de paso de la adolescencia a la madurez con la violencia doméstica, el abuso escolar, la ecología y muchos otros temas, para contarnos la historia de Simon, un adolescente de 14 años al que una adivina le dice cuál va a ser el caballo ganador de la Royal Ascott. Martin apuesta los ahorros de la familia y ¡gana 16 millones de libras! Pero al volver a casa se encuentra con que su madre ha sido atacada y está en coma y su padre ha desaparecido, por lo que, al ser menor, no tiene forma de cobrar esa fortuna.
“Respecto al tema de Inglaterra -nos explica Martin-, pensé que así llegaría a más gente que si ambientaba la historia en Suiza. Además, quería que fuera una historia de paso a la edad adulta porque es una etapa en la que hay muchas cosas que cristalizan, como el despertar sexual, que es un tema del que no se habla mucho, se habla mucho más de las relaciones amorosas. Y pensé que este tema daba más ligereza a un conjunto que tiene mucho dramatismo”.
“Y los chavales problemáticos de esa edad los conozco bastante bien porque cuando descubrieron que era disléxico me pusieron en clases especiales con muchos chavales con problemas familiares que habían vivido experiencias muy traumáticas, con padres toxicómanos, familias desestructuradas. Y me interesaba estudiar cómo crece un chaval en un entorno así de tóxico”.
“Respecto al tema de los malos tratos -añade el autor-, leí que una mujer llora cada día por los golpes de su marido, aunque en reallidad son muchísimas más. Y eso me parece absolutamente espeluznante. Además, hablamos de ello como si nada. Y me parecía importante destacar estos temas”
“También me interesaba mucho el tema ecológico -añade-, con esa vieja ballena que tendrá una gran importancia en la historia.
Contar una historia con puntos de colores
La historia está contada a vista de pájaro y los protagonistas son puntos de colores, lo que no impide en ningún momento que nos identifiquemos con ellos. “Cuando estudiaba grafismo nos enseñaron que las letras eran un dibujo -asegura Martin-, así que intento transmitir emociones en el plano visual en lugar de escribir. Si tengo a Paul diciendo buenos días, pongo un círculo de colores, le identifico como Paul y luego le hago hablar. Es decir, que doy sentido a formas. La palabra Paul no representa a una persona y sin embargo nos evoca una persona que se llama así”.
“El imaginario del lector rellena los espacios vacíos y completa la historia -añade el autor-. Yo construyo la idea de secuencia y yuxtapongo imágenes y formas con con texto. Y el lector tiene que hacer el trabajo de interpretar mi mundo, lo que yo le planteo. Y me gusta pensar que cuanto más sea capaz de evocar emociones y de trabajar para rellenar estos vacíos, pues más personal y fuerte, más potente será la historia. Ese es el espacio que está en el corazón de mi trabajo, este espacio de interpretación del lector”.
“Reconozco que no usar dibujos tradicionales es complicado porque hay cosas que no puedo mostrar -continúa-. Un gesto, una gota de sudor... Esto no lo puedo mostrar, pero puedo utilizar el diálogo y el contexto para hacerlo. Lo interesante es que esto fuerza al lector a crear su propia imagen del personaje, su propia visión. Creo que es un poco como El Principito de Saint-Exupéry. Yo le doy una caja al lector y le digo: “el personaje está dentro, hazlo tuyo”.
Por ejemplo, el personaje protagonista, Simon, es un círculo marrón con otro dentro naranja. “Al principio cada personaje era un círculo de un solo color, pero a medida que avanzaba la historia era más difícil reconocerlos -confiesa-, así que para poder crear más personajes ideé esos dos círculos de diferentes colores. Luego los coloreé siguiendo mi intuición. Por ejemplo, quería que el personaje principal tuviera el centro naranja para que lo pudiéramos reconocer rápidamente. Y después pues jugué un poco con mi percepción de la personalidad de cada uno. Por ejemplo, la madre tuvo un color durante mucho tiempo y prácticamente al final lo cambié, porque me parecía que no le correspondía. Y tuve que cambiarlo en todo el libro. Afortunadamente no es demasiado complicado hacerlo con mi técnica”.
“Me costó mucho encontrar editores que quisieran publicar el libro”
Ahora, después de seducir a la crítica y al público, es fácil hablar del éxito del libro, pero lo cierto es que le costó muchísimo publicarlo: “Yo tenía claro desde el principio que este lenguaje podía funcionar, porque esos círculos me permitían contar muchas cosas y, a la vez, daban la sensación al lector de compartir un código secreto. Pero al leer descubres a los personajes y la intriga. Pero los editores no lo veían. Logré publicarlo en Alemania, pero yo quería verlo publicado en francés y nadie quería arriesgarse a hacerlo. Y tuve que luchar mucho para conseguirlo”.
En cuanto a sus influencias, Martin Panchaud destaca: “Cuando yo era niño leía a Astérix y Gastón el gafe… pero cuando llegué a esa escuela de cómic, en el 2001, me encontré con una explosión de creatividad, con autores realmente geniales, como Frank Miller, que en Sin City estaba revolucionando el lenguaje gráfico de una forma muy potente. También destacaría a Chris Ware. Ese deseo de autores como ellos de representar las cosas de una forma muy potente me ayudó a encontrar mi propia voz. Por eso, lo que he intentado con este libro es que fuera original y no se pareciese a ningún otro”.
“Reconozco que al principio me daba miedo que a los lectores les pareciese un libro demasiado complicado, incluso deshumanizado, y no se atrevieran a descubrirlo -confiesa el autor-. Así que he intentado que todo fuera fluido, que los diálogos encajen bien, que tenga un punto de sorpresa… es decir, crear esa sensación de que, al girar la página, te encuentras algo sorprendente y diferente y no puedes dejar de leer. Así el lector no se pierde y, a la vez, se siente recompensado. Y reconozco que, con este cómic el boca a boca está funcionando genial y mucha gente se lo regala a sus amigos. Y al final, el que sea tan diferente, creo que también sirve para llamar la atención en medio de tantos títulos”.
Una sorprendente adaptación infográfica de ‘Star Wars’
Mientras hacía este libro, Martin también decidió hacer una sorprendente adaptación infográfica de Star Wars que fue subiendo en internet, con más de 120 páginas, y que fue un gran éxito, siendo alabada por el propio Mark Hamill (Luke Skywalker)
“Yo quería que Simon, el protagonista de El color de las cosas, fuera fan de Star Wars -nos comenta Martin- Y pensé en hacer una adaptación que no creía que fuera a interesar mucho más allá del círculo de aficionados a la película. Pero ese éxito que tuvo me dio la confianza para continuar el libro”.
“De hecho, todos los días me siguen preguntando si se podrá editar en formato físico y hay gente que incluso se lo ha imprimido en casa para hacer su propio volumen -añade-. Pero no se puede editar por cuestión de derechos. De hecho, cuando me contactaron los de Lucas Film, creía que sus abogados iban a venir a buscarme. La verdad es que están muy contentos con este tipo de cosas que hacemos los fans, pero publicarlo está complicado”.
Sus proyectos
Ha sido tal el éxito del libro que Martin nos comenta que ya tiene ofertas para su adaptación: “He vendido los derechos para hacer una película y ya hay incluso director que hará suya la historia. Pero yo no tengo mucho más que ver con la película. Además, se está haciendo una adaptación a un videojuego que intentará mantener el estilo narrativo del libro”
“Además -concluye Martin-, estoy con un nuevo libro en el que voy a utilizar este mismo sistema de representación audiovisual. Aunque estoy haciendo mucha investigación del ámbito visual, por lo que no sé si tendrá exactamente el mismo aspecto que El color de las cosas”.