La resistencia de Hamás divide a los socios de Netanyahu
- A pesar del elevado número de muertos, el núcleo de la organización continúa intacta
- DIRECTO: sigue el Telediario especial sobre la guerra de Gaza desde Jerusalén con Marta Carazo
Tras tres meses y medio de intensos combates entre el ejército israelí y combatientes de Hamás, las protestas no dejan de aumentar en la presidencia israelí. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, está en el punto de mira por la falta de consenso entre sus socios, divididos entre seguir o no con la ofensiva. Por el momento, el gobierno ha comunicado que continuará hasta "acabar con Hamás", aunque aún no han dado con el núcleo duro de la organización y los nuevos ministros apuestan cada vez más por una salida negociada.
"Creo que estaremos combatiendo al menos un año, pero no en toda la Franja ni con la misma cantidad de tropas", comenta Yaron, un oficial de una división de operaciones en Gaza. De momento, el plan de paz no parece viable a corto plazo, y "tampoco el cese de los bombardeos", señala.
"No hay rastro del núcleo duro"
Más de 25.000 civiles han muerto en Gaza y el 60% de las infraestructuras han sido demolidas, aunque la cúpula de Hamás continúa intacta, al igual que más de la mitad de sus brigadas armadas. Para el ex responsable de asuntos palestinos de la inteligencia israelí, Michel Mishtein, el objetivo de eliminar a Hamás "está lejos de cumplirse". "El ejército [israelí] ha matado a tres responsables de los comandos del Norte de la Franja y cerca de 9.000 combatientes", explica, "pero no hay rastro del núcleo duro".
Entre los líderes de Hamás que aún siguen con vida se encuentra Yihia Sinwar, cerebro de los ataques del 7 de octubre. Los servicios secretos israelíes sospechan que varios de ellos están ocultos en la extensa red de túneles en el subsuelo de Gaza.
Actualmente, la organización tiene miles de militantes en los territorios ocupados de Cisjordania y 700 miembros en el exilio ubicados en países como Catar, Irán o Turquía. Su número dos, enlace con el grupo libanés Hizbulá, fue asesinado en Beirut a principios de año. Mishtein indica que el Gobierno tiene que decantarse entre "continuar la ofensiva" o pactar un alto el fuego que asegure el "fin de los combates y la liberación de los rehenes".