La serie de animación de 'Heidi' cumple 50 años
- Fue dirigida por Isao Takahata y en ella colaboró Hayao Miyazaki, los futuros creadores de Studio Ghibli
- Se basa en la novela de la suiza Johanna Spyri y se estrenó en 1974 en Japón
Vickie el vikingo, Scooby Doo, Bugs Bunny... en los años 70 las series de dibujos animados que veíamos en la televisión eran de aventuras, ciencia ficción o comedia. Hasta que, en enero de 1974, se estrenó Heidi, un drama basado en la novela del mismo título de la suiza Johanna Spyri, que narraba las aventuras de una niña huérfana que se traslada a vivir a los Alpes suizos con su abuelo, un hombre solitario y silencioso. Contra todo pronóstico, la serie, de 52 episodios, fue un éxito en todo el mundo, incluido España, donde TVE la estrenaría un año después, en 1975.
Heidi ha cumplido 50 años este mes de enero y no solo se sigue recordando como uno de los primeros animes que triunfaron en todo el mundo, adelantándose cinco décadas a la actual fiebre del manga, sino que se siguen rodando nuevas adaptaciones al cine y la televisión, tanto en dibujos animados como con actores.
El responsable de ese éxito fue Isao Takahata (La tumba de las luciérnagas), director de la serie, que logró conmovernos y divertirnos con esta niña que derrochaba entusiasmo para superar todos los sinsabores con los que la vida la atosigaba episodio tras episodio. Y contó con la colaboración de su gran amigo Hayao MIyazaki (El viaje de Chihiro, El chico y la garza), junto al que acabaría fundando, en 1985, el famoso Studio Ghibli, que cambiaría la historia de la animación.
Además de la fuerza de ese personaje principal, la serie fue un éxito porque derrochaba una belleza estilística que no habíamos visto antes en la pequeña pantalla. Con esos bellísimos paisajes de los Alpes y esos personajes a los que queríamos llevarnos a casa nada más verlos.
Para lograr esa fidelidad a los paisajes de los Alpes, Isao Takahata viajó a principios de la década de los 70 a Suiza, para tomar apuntes de los paisajes naturales donde transcurre la acción. En la serie pueden reconocerse paisajes de la comuna de Mainfeld (y su famosa estación de tren), la aldea de Heididorf, e incluso la cabaña del abuelo en la montaña, que actualmente pueden visitarse en una ruta turística que se conoce como Heidiland.
Junto a esa Heidi que no se rendía ante nada, todos recordamos a los maravillosos secundarios de la serie, como su inseparable Pedro, el niño cabrero, o su amiga inválida Clara, que era millonaria y vivía en una enorme mansión. Junto a ellos aprendería la importancia de valores como la amistad o la solidaridad. Y contagiará a todos esa alegría que la hacía tan especial.
Sin olvidar a Niebla, el enorme San Bernardo, el abuelo, la señorita Rottenmeier (institutriz de Clara), el señor y la señora Sessemann (padres de Clara), la tía Dete, las cabras Blanquita y Diana... un reparto de secundarios realmente inolvidable. Como muestra del impacto de la serie, en su época se decían frases como "eres más estirada que la señorita Rottenmeier" o "Eres más vago que Niebla", ya que el simpático perrete solo aspiraba a pasarse el día durmiendo".
Fue tal el éxito de esta serie que poco después Takahata dirigió una similar, Marco, que narraba los viajes, de los Apeninos a los Andes, de un niño en busca de su madre. Posiblemente la historia que más nos ha hecho llorar en televisión y que, a pesar de eso, también fue un rotundo éxito.
Dos de los mayores genios del mundo de la animación
Takahata y Miyazaki se conocieron en la Universidad de Tokio en los años 50 y se hicieron amigos por su afinidad ideológica: ambos eran por entonces marxistas y encabezaban las protestas estudiantiles. Takahata fue el primero en entrar en la histórica Toei Animation en 1961. Como Takahata no era dibujante, empezó a trabajar de ayudante de dirección y escaló muy rápido, hasta que, en 1965, le ofrecieron la dirección de la película Las aventuras de Hols, el Príncipe del Sol. Miyazaki había entrado en Toei poco después que su amigo, pero seguía formándose en los puestos más bajos en la producción de animación como intercalador (realizaba los dibujos intermedios para que la animación de una secuencia tuviera continuidad)”.
Pero Takahata conocía su talento y contó con él para animar Las aventuras de Hols. Y desde el principio quedó claro que Miyazaki no solo era un gran dibujante sino que tenía grandes ideas como guionista. Ambos colaborarían desde entonces en numerosas producciones.
Tras fundar Ghibli, ambos dirigieron sus propios proyectos en la productora y mantuvieron una especie de relación de amor-odio, casi como un matrimonio. Aunque nunca dejaron de apoyarse mutuamente. Takahata falleció en 2018 y nos dejó obras maestras como La tumba de las luciérnagas o El cuento de la princesa Kaguya. Y en cuanto a Miyazaki, sus películas son admiradas en todo el mundo, ganó el primer Oscar a la mejor película de animación para una producción no anglosajona por El viaje de Chihiro, en 2002 y es muy posible que este año gane el segundo con su última película, El chico y la garza.
Johanna Spyri, la escritora suiza más leída y traducida de la historia
Gracias al éxito internacional de Heidi, su creadora, Johanna Spyri (1827-1901), se ha convertido en la escritora suiza más leída y traducida de la historia. Publicó 50 obras literarias, de las cuales 32 fueron cuentos infantiles. Una producción notable, teniendo en cuenta que comenzó a escribir a los 44 años. Y se calcula que sus libros han sido traducidos a más de 50 idiomas y han vendido más de 50 millones de ejemplares.
Jhanna nació en 1827 en la aldea de Hirzel, en las montañas, a unos 11 kilómetros de Zúrich. Se crio en la falda de una colina, entre árboles frutales, senderos y riachuelos (algo que, sin duda, influyó en la creación de Heidi). Ya de niña mostró una gran sensibilidad por las artes, las aves y las flores, algo que pudo haber heredado de su madre, la poetisa mística Meta Heusser. De hecho, aprendió a tocar el piano y el arpa durante su formación académica, que comenzó en su poblado pero que terminó desarrollándose en Zúrich.
No fue hasta 1871 cuando se decidió a escribir con la intención de recaudar fondos para Cruz Roja Internacional. El primer libro que publicó, firmando con las siglas J.S., fue Una hoja en la tumba de Vrony.
Pero un año antes, en 1870, Johanna había comenzado a dar vida al relato de una niña huérfana que vivía en las montañas con su abuelo. En aquel momento se estaba desarrollando la guerra franco-prusiana y la autora quiso entretener a su hijo trayendo al presente algunos de sus recuerdos de infancia. Fue así como nació Heidi. De hecho, hay muchos paralelismos entre el personaje y su creadora, como el lugar en el que ella nació y donde se traslada la niña, el amor de ambas por la naturaleza y los animales, especialmente las aves (recordemos que Heidi tiene una como mascota a la que llama Pichí) y la depresión que sufrieron ambas al trasladarse a la ciudad y vivir alejadas del mundo natural.
Heidi, publicado en el año 1880, fue un gran éxito y se ha convertido en uno de los libros suizos más leídos en todo el mundo. Existen unas 20 adaptaciones tanto en película como en serie de televisión, aunque ninguna ha tenido tanto éxito como la serie de animación. También ha protagonizado numerosos cómics, obras teatrales, dramas musicales...
Siendo ya una escritora de éxito, en 1884 murieron tanto su hijo como su marido. Tenía 57 años y decidió mudarse de casa, trasladarse a un lugar más céntrico en Zúrich, donde siguió escribiendo cuentos infantiles. Entre 1886 y 1901 escribió 48 cuentos, algo que la dejó agotada y que la llevó a un retiro con el que recorrió los Alpes suizos y el norte de Italia. Falleció en Zúrich el 7 de julio de 1901 a los 74 años.
Por cierto, que la obra de Johanna Spyri ha sido reconocida como Patrimonio Mundial por la Unesco.