Más de tres meses sin respuestas sobre los rehenes de Hamás: "No creo que vuelva, pero lucharé por su cuerpo"
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El recuerdo del 7 de octubre no es nítido, pero algo que no olvida la joven Ziv Abod (26) es el terror en los ojos de su pareja, Eliya Cohen (27). “Él no se asustaba con nada, pero ese día su mirada lo decía todo: estaba aterrado”, asegura a RTVE.es, al revivir su último momento juntos. Fue en un refugio, junto a una treintena de personas que, como ellos, intentaba escapar de los cientos de milicianos de Hamás que habían irrumpido en el festival de música al que habían ido a “bailar y divertirse” y que no tardaron en encontrarles.
Lo último que susurró Eliya a su novia antes de ser secuestrado fue que estaba “herido”. Para entonces, Hamás había lanzado “nueve granadas al refugio” y todo lo que rodeaba a la pareja eran cadáveres. “Las granadas mataron a la mitad de las personas delante de mis ojos”, relata la joven durante un acto en Madrid organizado por Voice for Freedom. Después, los milicianos entraron a llevarse a los que quedaban vivos, también a su pareja, sin que ella pudiera hacer nada para remediarlo.
“Estoy viva porque todos los cuerpos cayeron encima de mí”, cuenta Ziv, que pasó seis horas bajo los cadáveres. Cuando se levantó, los vio a todos muertos, también a su sobrino y a su novia, que habían ido con ellos al festival. 110 días después, Eliya continúa en alguna parte de la Franja de Gaza, vivo o muerto. "No sabemos nada de él", se lamenta.
El 7 de octubre, en un ataque sin precedentes sobre Israel, Hamás secuestró a más de 200 israelíes y a decenas de personas de distintas nacionalidades en una sangrienta jornada en la que murieron al menos 1.200 personas. Israel respondió con la promesa de acabar con Hamás y lanzó una ofensiva masiva en la Franja con ataques por tierra y aire que todavía continúa, dejando una cifra de más de 25.000 palestinos muertos.
Tres meses después, 136 de los secuestrados israelíes continúan en Gaza, mientras crece la incertidumbre entre sus familiares y amigos, que piden un acuerdo para su liberación.
"Es como una pesadilla"
Entre los que no han vuelto de Gaza se encuentran Ziv y Gali Bernan, dos hermanos gemelos de 26 años que trabajaban como técnicos de luces en la industria musical y que fueron secuestrados por Hamás en su propia casa, en un kibutz cercano a Siderot, donde vivían junto a su familia. Su hermano mayor, Liran, que vive a dos horas, perdió la comunicación con ellos hacia las 9:30 de la mañana, cuando dejaron de responder a sus mensajes.
"A las 7:30 vimos por televisión el primer camion con terroristas en Siderot, a solo siete minutos del kibutz de mi familia", relata a RTVE.es. Hacía apenas una hora que se había despertado por el ensordecedor sonido de las alarmas, sin entender muy bien qué estaba pasando. "Hablamos por WhatsApp y me dijeron que oían disparos y gritos en árabe, algo que jamás había pasado", asegura. Tras 10 días desaparecidos, las autoridades israelíes les comunicaron que tanto Ziv como Gali se encontraban entre los secuestrados.
En noviembre, una tregua de cuatro días pactada entre Israel y Hamás dio un breve respiro en Gaza y esperanzas a las familias de los rehenes que aún continuaban en manos de Hamás. De hecho, la milicia palestina liberó a algunos de ellos a cambio de un intercambio de presos palestinos en cárceles israelíes.
Fue por aquel entonces cuando la familia Bernan supo que Kiv y Gali estaban vivos. Algunas de las personas liberadas les habían visto, "pero estaban separados, y levemente heridos", cuenta Liran. "Desde entonces, no hemos vuelto a saber nada", añade. "Es como una pesadilla, como una película de terror de las que ves por televisión, pero sin poder pararla, tienes que verla 24 horas al día, siete días a la semana", explica a este medio.
"Mi vida está del revés desde el 7 de octubre"
Tanto Kiv como Liran llevan más de 110 días sin respuestas, lidiando con una espera que cada vez se les hace más dura. No saben si las medicinas que entraron a la Franja han llegado a donde ellos están y sus esperanzas en traerles de vuelta vivos se van diluyendo.
"No creo que vuelva - confiesa Kiv - pero lucharé por él, aunque sea por su cuerpo y no esté vivo", asegura. "Si me hubieran dicho que había muerto, habría tenido que gestionar esa pérdida, y ya está", relata Kiv, que ahora vive sola en la casa que un día compartió con Eliya. "Pero no le mataron, está en Gaza, le secuestraron en su tierra y le llevaron a otra... las personas que nos atacaron, a las que vi con mis ojos. Es terrorífico", añade.
Liran dice que el peor momento llega cada noche. "Ya no hay buenos días y solo soy capaz de dormir con medicación, si no, todo son pesadillas", relata. De momento, han sido liberadas 110 personas y no pierde la esperanza de que sus hermanos también vuelvan pronto a casa.