Abascal será reelegido sin oposición en una asamblea que busca cerrar filas entre críticas internas y dimisiones
- El actual presidente llega a la Asamblea General sin rival y será proclamado sin necesidad del voto de las bases
- Abascal confía en Garriga y en representantes del poder territorial para cerrar las críticas veladas hacia la cúpula
Santiago Abascal será reelegido presidente de Vox para un cuarto mandato en una Asamblea General que se celebra este sábado en Madrid y en la que el partido busca cerrar filas tras las últimas dimisiones y las críticas veladas hacia la cúpula de algunos sectores que lamentan la falta de democracia interna.
Abascal -que ha presidido Vox de forma ininterrumpida desde 2014 y que, de completar su mandato, lo hará al menos hasta 2028- llega a esta asamblea sin oposición interna, ya que ha sido el único que ha reunido el aval del 10% de los afiliados y ningún otro candidato se ha presentado a las primarias, por lo que el Comité Electoral del partido ya le ha proclamado presidente electo. Por este motivo, su candidatura no se someterá al voto de las bases y será proclamada directamente.
La Asamblea General debería haberse celebrado a principios de marzo pero Abascal la adelantó a finales de enero justificando su decisión en la necesidad de separar las cuestiones internas de los próximos procesos electorales -habrá elecciones en Galicia, País Vasco y al Parlamento Europeo-. Esto también ha dificultado que cualquier otro candidato haya podido concurrir a las primarias al acortarse los tiempos para articular una alternativa.
En el último cónclave, en marzo de 2020, sí hubo otro aspirante, Carmelo González, cabeza visible entonces del sector crítico, aunque no reunió los avales necesarios y no pudo optar a la Presidencia.
Consagración de Garriga y muchos rostros nuevos
El nuevo Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Vox consagra al actual secretario general, Ignacio Garriga, como mano derecha de Abascal, ya que mantiene su cargo de número dos y asume la vicepresidencia, que en este nuevo período será la única, quedando relegados como vocales los anteriores vicepresidentes: Javier Ortega Smith, Jorge Buxadé y Reyes Romero.
Los vocales pasan de cinco a 17, dando entrada a nuevos rostros, muchos de ellos destacados representantes del poder territorial y figuras al alza como el portavoz en el Congreso y el secretario general del grupo parlamentario, Pepa Rodríguez de Millán y José María Figaredo, respectivamente; además de los vicepresidentes de Castilla y León, Juan García-Gallardo; Murcia, José Ángel Antelo; la Comunidad Valenciana, Vicente Barrero; y Aragón, Alejandro Nolasco.
También se incorporan al Comité Ejecutivo el portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Murcia, Luis Gestoso, y la presidenta de las Cortes Valencianas, Llanos Massó. A ellos se suman Rosa Cuervas-Mons, directora de Comunicación de Presidencia y jefa de prensa del Grupo Parlamentario; la vicesecretaria de Acción de Gobierno, Montserrat Lluis; y la diputada Blanca Armario. Se mantienen en el CEN Pablo Sáez (tesorero) además de Rocío de Meer, Enrique Cabanas y María Ruiz como vocales.
El objetivo de esta nueva cúpula pasa por rearmar el partido tras las turbulencias vividas en los últimos meses, sobre todo tras los resultados de las generales de 23J, en las que el partido de Abascal obtuvo 33 escaños, manteniéndose como tercera fuerza, pero con 19 diputados menos que en 2019, cuando alcanzó su techo electoral con 52 asientos en el Congreso. A ello se sumó la imposibilidad de sumar junto al PP una mayoría absoluta para desbancar a Pedro Sánchez de la Moncloa.
Una brecha tras la marcha de Espinosa
La salida del que fuera portavoz en el Congreso y miembro fundador Iván Espinosa de los Monteros, quien dimitió de todos sus cargos en agosto pasado, abrió una brecha en Vox que se ha ampliado esta misma semana con la marcha del hasta ahora portavoz adjunto del partido en la Asamblea de Madrid y 'número 2' en las elecciones del 28M, José Ruiz Bartolomé, quien deja la política para volver a la actividad privada.
"Concibo la vocación de servicio público de ida y vuelta. Mi viaje en la Asamblea de Madrid termina y vuelvo al sector privado, donde defenderé los mismos principios", aseguró Ruiz Bartolomé en sus redes sociales.
Esta circunstancia ha levantado los rumores sobre una posible salida de la líder de Vox en la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio -cónyuge de Espinosa de los Monteros-, que ella misma se ha apresurado en desmentir. “Por supuesto que me quedo. Todos los que mienten y manipulan sobre Vox tienen claro que somos la única alternativa que existe para sacar España adelante. Y contra todos ellos, Vox”, manifestó en su cuenta de X.
El propio Abascal, en una entrevista en COPE, aseguró el viernes que Monasterio cuenta "absolutamente" con su confianza y afirmó que "no hay ninguna división" en Vox. El líder de la formación declaró no sentirse "preocupado" por las críticas internas, que atribuye a "dos o tres anónimos que quieren hacer daño" y añadió que la situación le produce "risa y algo de indignación" porque los medios se hayan hecho eco de textos anónimos con críticas a la dirección.
Críticas veladas
Lo cierto es que las críticas internas, más o menos veladas, se han venido sucediendo en los últimos meses, sobre todo tras la salida de Espinosa. Algunos, como los exdiputados Víctor Sánchez del Real o Rubén Manso, han sido más explícitos, criticando la deriva de Vox y señalando de forma específica al eurodiputado Jorge Buxadé.
También la que fuera diputada y candidata de Vox a la Junta de Andalucía Macarena Olona -quien abandonó Vox por "motivos de salud" y fundó su propio proyecto político, Caminando Juntos- criticó en reiteradas ocasiones la "deriva" de la formación que lidera Abascal y aseguró en RNE que Vox se había convertido "en una estafa".
Incluso Javier Ortega-Smith -que se mantiene en el nuevo Comité Ejecutivo Nacional aunque el octubre de 2022 fue relevado por Garriga al frente de la Secretaría General- se sumó a esas críticas internas, lamentando la marcha de Espinosa y asegurando que algunos, sin especificar, no habían sabido reconocer al exportavoz parlamentario de VOX su "lealtad, generosidad y sacrificio". Meses más tarde, ahondó en sus críticas a la dirección de VOX, asegurando en una entrevista concedida a Europa Press que el partido no podía convertirse "en una agencia de colocación".
De hecho, su nombre se barajó como posible alternativa al liderazgo de Abascal, aunque el mismo Ortega descartó este supuesto.
Abascal: "En Vox no hay corrientes"
Las críticas hacia el funcionamiento interno también se han reflejado en textos anónimos que piden una refundación del partido y que aspiran a desbancar al líder y a lo que consideran su "búnker", en alusión a Buxadé, el diputado Ignacio Hoces; el asesor Kiko Méndez Monasterio; y Gabriel Ariza.
También lamentan una presunta falta de democracia interna en Vox aunque la dirección del partido ha rebajado estos textos a habladurías y ha negado las críticas, recomendando "no buscar tres pies al gato" al adelanto del congreso interno.
El propio Abascal quita importancia a estas críticas y asegura que "en Vox no hay corrientes, las hay en otros partidos, quizá las hay en el PP entre el señor Ayuso y la señora Feijóo, pero, claro, lo que le pasa a Vox no le pasa a nadie".
De este modo, zanja un debate interno que, al menos de puertas afuera, no se prevé que vaya a tener cabida en la Asamblea General de este sábado, que se celebrará en la sede nacional del partido en Bambú y de forma telemática y, tras ella, Vox llevará a cabo un acto en un hotel de Madrid al que ha llamado a asistir mediante el lema "Ven a la reelección de Abascal".
Temor a un nuevo descalabro en Galicia
Se ha especulado con la posibilidad de que la decisión de Abascal de adelantar a este sábado la Asamblea General, que se tendría que celebrar en marzo, sea una forma de evitar que el previsible descalabro electoral en las elecciones gallegas del 18 de febrero pongan en cuestión su liderazgo.
Hasta la fecha Vox nunca ha logrado representación en el Parlamento gallego y la última encuesta del CIS no parece mejorar esas perspectivas, ya que solo les da el 1,3% de los sufragios y ningún escaño, empeorando incluso el resultado de 2020.
El PP ha reclamado a Abascal que Vox no concurra a estos comicios para que el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, pueda aglutinar el voto de centro derecha y revalidar una mayoría absoluta que el CIS pone en duda. Pero el líder de Vox ha rechazado esa posibilidad y confía en la candidatura que lidera Álvaro Díaz-Mella para romper la tendencia.