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Olvido oncológico: la vida no sigue igual

  • El 20% de los enfermos de cáncer con empleo son despedidos o no se les renueva el contrato
  • Yaiza Cumelles, superviviente de cáncer: “Al reincorporarte a la vida te das cuenta de que son todo puertas cerradas"
  • Este sábado, “La vida no sigue igual”, reportaje de Informe Semanal a las 21:30 en RTVE Play, Canal 24h y La 1 de TVE

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Informe Semanal - La vida no sigue igual

Bastan muy pocos segundos para descubrir el impulso vital de Yaiza, una joven de 32 años dulce y de apariencia frágil, cuyas palabras se clavan con fuerza en lo más profundo de quien invierte un poco de su tiempo en escucharla. Yaiza Cumelles habla alto y claro, con una sinceridad descarnada, de lo que significa ser una superviviente de cáncer en la España de 2024: “Me di cuenta de que lo peor del cáncer no es haber pasado un cáncer –explica a Informe Semanal- sino que lo peor viene después, que es darte cuenta que son todo puertas cerradas, que la sociedad no está preparada para para abrirte las manos.”

Para curarse del linfoma Yaiza se sometió a todos los tratamientos disponibles en 2013: varios ciclos de quimio, radio e inmunoterapia además de un autotrasplante de médula. Pero ninguno resultó efectivo contra su tipo de linfoma y con 23 años fue desahuciada por los médicos. Con los días contados y sin esperanza de curación entró a formar parte de un tratamiento experimental en un hospital público de Barcelona que, contra todo pronóstico, sí funcionó. Después, para lograr la ansiada remisión total del cáncer necesitó un nuevo trasplante de médula con las células de su hermano pequeño. Para entonces tenía ya 26 años y había vivido los últimos cinco entre las paredes de un hospital.

Discriminación laboral

Cuando se reincorporó a la vida tras el infierno que acababa de atravesar, Yaiza pasó de creerse casi invencible a la decepción. “Te sientes totalmente sola, desamparada, como un pollo sin cabeza, estás perdida. Además, te discriminan, pero también tienes como la obligación de estar bien porque tú lo has superado y otros no.”

En cuanto mencionas la palabra cáncer dicen: esta chica está enferma, no la quiero contratar porque me va a coger muchas bajas

A Yaiza, la discriminación que más le dolió fue la laboral: “En cuanto mencionas la palabra cáncer dicen: esta chica está enferma, no la quiero contratar porque me va a coger muchas bajas. O cuando me contrataron, con miedo siempre de si tú vas a poder hacer esto, es decir, un perfil bajito, con pocas responsabilidades, pero tampoco te ayudan.”

En el momento del diagnóstico, Yaiza había terminado sus estudios como maquilladora profesional y había conseguido su primer empleo… Pero debido a las secuelas de los tratamientos, como el dolor crónico en las articulaciones, tuvo que renunciar a su profesión.

Se ha reinventado en las redes sociales para denunciar injusticias desde su condición de expaciente de cáncer: “Empecé a quejarme en redes sociales de todo lo que yo me iba encontrando a la hora de buscar trabajo, de reinsertarme un poco, de hablar con la gente, yo no tengo carnet, no he conducido nunca, pero muchas personas me escribían y me dijeron oye, pues ¿te puedes creer que por haber tenido cáncer ahora me hacen renovar el carnet cada año?”

Pasillo de oncología en un hospital.

La vida no sigue igual para los supervivientes de cáncer que, en el caso de las leucemias y los linfomas, supone vivir entre dos y cinco años entre las paredes de un hospital.

Los datos de las asociaciones contra el cáncer sobre el impacto de esta enfermedad en el ámbito laboral indican que un 20% de los enfermos con empleo son despedidos o no se les renueva el contrato. El 30% se reincorpora a su trabajo con unas condiciones distintas a las que tenía antes del diagnóstico. Y un 14% necesita una adaptación de su puesto de trabajo cuando regresa a la vida laboral.

Estoy en lucha para conseguir, al menos, el mismo nivel que el que estaba

Es el caso de Edu García, conductor de trenes en Barcelona en el momento de enfermar de leucemia. Dos años después estaba libre de cáncer, pero al reincorporarse no pudo retomar su oficio por las secuelas de tipo coronario consecuencia del tratamiento. Ahora desempeña otras funciones dentro de la misma empresa, pero las condiciones económicas son peores: “Estoy en lucha para al menos conseguir el mismo nivel que el que estaba. No digo el mismo trabajo, pero las condiciones de categoría. Y bueno, hay varios complementos que son los que yo hubiera tenido si no hubiera pasado por el cáncer".

Edu García, superviviente de cáncer.

Tras superar una leucemia Edu García regresó a la empresa en la que trabajaba como conductor de trenes antes del diagnóstico, aunque ahora desempeña otra función con peores condiciones económicas.

Otras discriminaciones

Este año la celebración del Día Mundial contra el Cáncer el 4 de febrero se va a centrar en las necesidades de los supervivientes, que no se circunscriben sólo a cuestiones laborales. Otras discriminaciones frecuentes a las que se enfrentan los expacientes de cáncer tienen que ver con la concesión de créditos, de hipotecas y con la contratación de seguros de vida o sanitarios en compañías privadas.

Según los resultados de una encuesta de la Fundación Carreras a 400 pacientes de leucemias y linfomas, “la mitad habían tenido problemas al solicitar un préstamo, el 70% al solicitar un seguro de decesos y el 80% al solicitar un seguro de vida”, explica a Informe Semanal Alexandra Carpentier, responsable del programa de Experiencia del Paciente de la Fundación.

La ley sobre el olvido oncológico, en vigor desde junio de 2023, ha mitigado en parte estas dificultades al establecer que, pasados cinco años desde la remisión completa, los expacientes de cáncer estarán en igualdad de condiciones que el resto de las personas al acceder a este tipo de servicios. Es decir que “ni le pueden grabar, pedir más dinero por un seguro, ni pueden negárselo por este motivo oncológico".

Hay personas que han pasado los cinco años pero siguen tomando algunos tratamientos o tienen cánceres crónicos, ¿qué va a pasar con ellos?

Según esta portavoz de la Fundación Carreras, “hay personas que están un poco en medio de dos aguas, que han pasado los cinco años pero siguen tomando algunos tratamientos. O tienen cánceres crónicos. ¿Qué va a pasar con ellos? A priori, esta ley de ahora no les ampara”.

Las dificultades sociales de los expacientes de cáncer para cerrar ese capítulo y retomar sus vidas plenamente hacen que la mayoría de sientan desplazados y abandonados por el sistema. “Has perdido una beca, has perdido una pareja, has perdido un trabajo. Eso ¿cómo se te devuelve al punto en el cual tú estabas al principio? Denuncia en Informe Semanal Antoni Baena, profesor de la Universidad Abierta de Cataluña… “Eso es imposible que pase. Pero esa transición es la que realmente deberíamos poner más énfasis. Y el sistema sanitario no tiene los recursos para esa transición.” Concluye este profesor para quien el acompañamiento psicológico es fundamental, lo mismo que las ayudas económicas o la información sobre los cambios físicos tras sobrevivir a un cáncer.

El 'shock' de salir de un cáncer y descubrir todas estas injusticias es muy duro

“Yo a día de hoy soy estéril, no tengo posibilidad de quedarme embarazada. Además, compañeras me han comentado la dificultad añadida de adoptar habiendo pasado un cáncer. Y es algo que no me he permitido preocuparme y me hubiera gustado que me hubieran informado porque el shock de salir de un cáncer y descubrir todas estas injusticias es muy duro”, nos cuenta Yaiza quien, antes de despedirse, nos deja una última reflexión: “Recibo una pensión muy pequeña con la que apenas puedo vivir. Me pago mi medicación. Entonces mi futuro ahora mismo no es algo que me ilusione y es algo por lo que he luchado mucho por mi enfermedad. Me ha costado mucho conseguir poder hablar de futuro, pero es que el futuro ahora mismo no es algo que me ilusione porque me veo tantas dificultades… Siento que el mundo no está hecho para mí sólo por el hecho de haber estado enferma”.