El arte de "vender mierda" en un sorprendente corto documental nominado a los Goya
- Un documental de Javier Polo denuncia las pseudoterapias no demostradas científicamente
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En 2009, los biólogos Fernando Cervera y Mariano Collantes se inventaron una pseudoterapia: la fecomagnetoterapia, con la que decían que podían curar cualquier enfermedad. Un experimento sociológico que, contra todo pronóstico, fue un enorme éxito. Después el cineasta Javier Polo (The mystery of the Pink Flamingo, Europa en 8 bits) lo convirtió en un divertido corto que ha conseguido importantes galardones como el Premio Feroz y el Premio Berlanga y que es candidato al Goya al mejor cortometraje documental. Hemos hablado con el equipo y con los dos científicos con los que comenzó todo.
"Fernando y Mariano decían que juntando caca con imanes podían curar cualquier enfermedad, y todo el mundo les creyó —nos comenta el guionista, Juanjo Moscardó—. Nadie les paró el carro durante más de dos años. Dieron charlas, conferencias, salieron en los principales sitios de pseudoterapias y demostraron el nulo control que hay, donde se da por buena cualquier terapia sin tener que demostrar su eficacia. Tuvieron que ser ellos quienes dijeron que todo era una mentira".
"Hicieron una charla Ted y escribieron un libro: El arte de vender mierda, contándolo todo y es así como los conocí —añade el guionista—. Estaba documentándome para hacer un documental sobre lo importante que era creer en la Ciencia, dado el aumento de los negacionismos, y descubrí la charla Ted y su historia, que utilizaba el humor para mandar un mensaje muy potente. Entonces me di cuenta de que era a través de su historia que iba a poder articular el mensaje y el discurso que quería dar: cuando dejas de creer en la Ciencia, acabas creyendo en cualquier mierda".
Lo podéis ver aquí:
"Los estafadores querían vender nuestra mierda"
El biólogo Fernando Cervera nos comenta cómo nació esta curiosa historia: "El fecomagnetismo es un engaño. Una ilusión. Una pseudoterapia que nos inventamos en la facultad para hacer un chiste. Decíamos que mezclábamos imanes con caca, y que eso podía curar a personas. Obviamente no vendíamos ningún producto, era una parodia. Pero mucha gente empezó a creerlo, entre ellos estafadores que querían vender nuestra mierda en sus tiendas. Literalmente hablando. Las bondades imaginarias eran que podía curar cualquier cosa, como la homeopatía, que tiene las mismas bondades imaginarias. Las bondades reales fueron que nos permitió mostrar que el mundo de las terapias alternativas en un fraude, ya que webs de plataformas a favor de las terapias alternativas empezaron a publicitar nuestras heces. De nuevo y aunque parezca mentira, literalmente hablando. Y por muy estúpido que parezca, cualquier producto falso tiene un mercado, como por ejemplo la orinoterapia, que consiste en beber orina. Que bien mirado, no es más ridículo que el fecomagnetismo y la gente paga dinero por hacerlo bajo supuestas propiedades curativas."
"El objetivo —añade Mariano Collantes—, era que fuese muy ridículo, muy estrambótico, para probar que da igual los loca que suene una terapia, hay gente que se la va a creer. Y lo hicimos porque ya hay terapias que son igual de increíbles pero que se ofrecen impunemente. Sin lugar a dudas la gente se lo creía. Y, si alguien sospechaba, no lo manifestó".
"Una parodia de la parodia"
Una terapia que Fernando y Mariano aseguraron que había sido creada por los doctores Leslie Lauren y Hugh Nielsen, que no eran sino una combinación de los nombres de los populares actores Leslie Nielsen (Agárralo como puedas) y Hugh Laurie (Dr. House). "Cuando Juanjo Moscardó (guionista y productor del corto) compartió conmigo el guion no me lo podía creer, aunque leí que era basado en hechos reales, me parecía un tremendo disparate", nos comenta Javier Polo. "Me reí mucho y tras darle muchas vueltas, decidimos que lo mejor era llevarlo al siguiente nivel y huir del típico documental de entrevistas. Si ellos hicieron una parodia en forma de experimento social, lo que merecía esta historia es que nosotros hiciéramos una parodia de su parodia. El humor es por naturaleza lo que siempre me sale a la hora de imaginar historias, es muy sano y muy necesario y no por ello debe de estar reñido con el rigor o se puede tachar de vanal. Nos hemos dado cuenta que gracias a este enfoque hemos tenido un resultado mucho más empático, vivimos en un mundo cada día más loco y este cortometraje lo demuestra".
Además, el documental está rodado como si fuera un colorido concurso de televisión. "Una vez decidimos cambiar la idea formal del documental", añade Javier, "estuvimos valorando opciones y a mi todo el proceso que hicieron me recordaba mucho a la teletienda, a los productos crecepelo, a los videntes de televisión, en definitiva, a la caspa en general. De ahí surge la idea de crear un programa ficticio donde ellos mismos pudieran contar su historia pero caracterizados con una estética kitsch donde el dorado debía de predominar. Esto fue un cambio bastante radical a nivel de producción ya que tuvimos que rodarlo todo en plató y teníamos que diseñar personajes ficticios en 3D, por tanto la dimensión del corto creció mucho. Fue ahí cuando nos ayudaron Jorge Acosta, Maxi Valero y Nathalie Martínez, que se sumaron a la coproducción para que pudiéramos disponer tanto de las instalaciones e iluminación, como de un equipo de animadores para llevarlo a cabo".
¡¿Frotarse un ratón por el cuerpo?!
Preguntamos a Fernando Cervera cómo está el tema legislado de las pseudoterapias en España. "En principio hay legislación suficiente para acabar con gran parte del problema, por ejemplo la ley de profesiones y centros sanitarios, que debería evitar que cualquier persona se pusiera a vender tratamientos. La realidad es que las administraciones públicas no velan por su cumplimiento. ¿Estaría bien que existieran nuevas leyes para ayudar? Desde luego. Pero también añado que habría que empezar por cumplir las leyes que ya existen, ya que según estimaciones de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas, en España podría haber más de 15.000 centros ofreciendo pseudoterapias de forma ilegal".
Mariano nos comenta cuáles son algunas de esas terapias más disparatadas: "Hay muchas, es difícil elegir. Por ejemplo, meterse café por el ano (enemas de café), frotarse un roedor por el cuerpo hasta que se muera (la soba del cui), curar con la fuerza de ángeles (angeloterapia, se puede hacer a través de Facebook), varitas mágicas (con "acelerador de plasma triple y acumulador de Orgon" por 300€)..."
Pero... ¿Por qué los seres humanos confiamos en estas terapias tan disparatadas. Juanjo Moscardó asegura que: "Son muchos los los factores, estar solo es uno, ya que al creer en una pseudociencia entras a formar parte de un grupo y te reafirmas en tus creencias, pero sobre todo, la gente lo hace por desesperación. Cuando uno está enfermo y todo ha fallado, es muy tentador probar algo que promete la curación. Además, muchas veces aseguran que no tiene efectos secundarios. ¿Qué enfermo de cáncer no le gustaría curarse y encima sin quimio?"
"Por otro lado, la parte mágica atrae a mucha gente", continúa Juanjo. "Las energías, lo espiritual y lo excepcional atraen a mucha gente. El asombro de lo que prometen hacen que mucha gente quiera creer, y al probarlas se produzca el efecto placebo. Y no hay que pensar que cae la gente menos inteligente. Es curioso como en muchos casos en las sectas o en las pseudoterapias cae gente inteligente, pero también muy curiosa y con ganas de experimentar, pero sobre todo con ganas de creer en algo más allá de lo tangible".
"Vivimos en unos tiempos de crisis para la ciencia"
Preguntamos a Juanjo por qué los seres humanos nos empeñamos en rebatir a la ciencia. "Vivimos en unos tiempos de crisis para la Ciencia, ya que mucha gente no cree en ella, y en gran medida es porque no la entiende. La Ciencia es el cúmulo del conocimiento del ser humano a lo largo de los años, y la componen todas las cosas que se han demostrado a lo largo de los siglos. Además, es demostrable en cualquier momento y el resultado será el mismo. El método científico por el cual se demuestra si algo, al ser demostrado científicamente, pasa a formar parte de la Ciencia está en entredicho".
"Vivimos una época en el que la gente cree más en las fake news y en lo que se publica en las redes sociales que en lo que forma parte de la Ciencia —continúa el guionista y productor—. De hecho, hay una necesidad de ciertas personas en que le demuestren que lo que dice la Ciencia es cierto, lo malo es que muchas veces es imposible que lo entiendan, o si se le demuestra la evidencia lo niegan y salen con una explicación muy loca. Esas explicaciones muy locas son las teorías de la conspiración y nacen normalmente de la ignorancia de los conspiranoicos. Además, es muy común que quieran que se les demuestre que no están en lo cierto. Por ejemplo, los tierraplanistas afirman que si el horizonte es plano como es posible que la tierra sea redonda, o que si fuera redonda la gente del polo sur caería. Solo creen en lo que ven y conceptos como la perspectiva o la fuerza de gravedad no son capaces de asimilarlos y de aceptarlos, por mucho que se les demuestre de varias maneras. Tienen que descubrirlo ellos".
Los han llegado a amenazar de muerte por su denuncia de las pseudoterapias
Preguntamos a Mariano qué consecuencias ha tenido su denuncia de las pseudoterapias. "Nos han amenazado de muerte y nos han denunciado. No solo por el tema del fecomagnetismo, sino por hablar abiertamente de estos fraudes. Hemos ganado todos los juicios, por descontado. Pero actualmente, bajo supuestas intromisiones al honor, te puedes encontrar con que un estafador te denuncie por mostrar al público sus engaños".
Tras este sorprendente trabajo preguntamos a Javier y Juanjo cuáles son sus próximos proyectos: "Ahora mismo me encuentro terminando la edición de la que será mi primera película de ficción como director que se llama Pequeños Calvarios —nos comenta Javier Polo—. Es una comedia negra muy gamberra que rodamos con un cast con el que no puedo estar más feliz, pronto podréis ver en situaciones muy graciosas a Arturo Valls, Andrea Duro, Enrique Arce, Marta Belenguer, Javier Coronas, Vito Sanz o Lorena López entre otros".
En cuanto a Juanjo Moscardó: "Estoy desarrollando un largometraje documental que continúa indagando en el mundo de las pseudoterapias, y la serie La Broma, una comedia de Marina Gimeno, que creo que va a dar mucho que hablar en el futuro. Además, como guionista, estoy desarrollando dos películas para Mediaset y he escrito Custodia Repartida, una serie que también he creado junto a María Mínguez y que ha dirigido Javier Fesser".
Una terapia de mierda es una coproducción valenciana de 4 productoras, Cosabona Films, Los Hermanos Polo, Wise Blue Studios e Inaudita Films. Y lo podéis ver un poco más arriba. Os garantizo que es una historia tan divertida como intrigante, que os hará reflexionar sobre lo absurdo de los seres humanos".
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