'Lab Orquesta': partituras del siglo XXI escritas por una inteligencia artificial
- El nuevo proyecto transmedia de Lab RTVE y la Orquesta de RTVE explora el impacto de la IA en la música clásica
- Ha hecho posible que una orquesta sinfónica interprete por primera vez en España una composición generada por un algoritmo
- Pincha aquí para comprobar el resultado de 'Lab Orquesta'
La llegada de internet trajo consigo la piratería musical a gran escala, mientras que las plataformas de streaming, como Spotify, cambiaron las reglas del juego a la hora de escuchar música. Ahora, la inteligencia artificial (IA) vuelve a suponer un desafío para intérpretes y compositores, que ven cómo la reciente explosión y popularización de las aplicaciones de IA generativa han impactado de lleno en el ámbito musical, sacudiendo conceptos como la autoría o la originalidad de las obras. Además, la inteligencia artificial no solo ha cambiado la forma en que se crea la música, sino también cómo se consume, analizando las preferencias de los usuarios y ofreciendo recomendaciones personalizadas.
Para descubrir el grado de desarrollo en el que se encuentran las inteligencias artificiales de generación musical, el Lab RTVE, junto con la Orquesta y Coro de RTVE, han desarrollado el proyecto transmedia Lab Orquesta, que ha hecho posible que una orquesta sinfónica interprete por primera vez en España una pieza generada mediante IA. "La idea era poner a prueba las inteligencias artificiales que ahora mismo están disponibles para la creación de música, y comprobar si el resultado era digno de ser interpretado por una orquesta sinfónica", explica César Peña, coordinador del proyecto dentro del Lab RTVE.
[Pincha aquí para comprobar el resultado de 'Lab Orquesta']
Para la creación de la obra se experimentó con varias aplicaciones de inteligencia artificial, y finalmente se escogió una que trabajaba a través de prompts, o instrucciones de texto descriptivas de lo que se buscaba. Para optimizar estas indicaciones, el equipo de Lab RTVE pidió ayuda a ChatGPT, otra herramienta de inteligencia artificial que se basa en el lenguaje y que está entrenada para mantener conversaciones.
A partir de los prompts, la IA musical generó una pieza de seis minutos que únicamente sirvió como punto de partida, ya que "ni la composición ni la instrumentación generadas por inteligencia artificial tienen en este momento la calidad mínima para ser interpretada por una orquesta sinfónica", a juicio del equipo que ha desarrollado el proyecto. Por este motivo, el arreglista Borja Arias creó una versión "interpretable" del original. Además, compuso una versión final, que ya se ajustaba a los estándares de una orquesta profesional.
"La primera se ajusta todo lo posible a la obra generada por inteligencia artificial, mientras que la segunda la he pasado por mi mundo afectivo y he hecho una versión libre de ese material", apunta Arias. "Lo que le he aportado a la segunda obra creo que es lo que le faltaba a la primera: unidad, coherencia en el discurso… Sí que es verdad que el lenguaje era correcto técnicamente, pero lo que expresaba no tenía sentido, era como si hablase bien castellano, utilizase bien las palabras y construyese bien las frases, pero el discurso no tuviese sentido, saltase de un párrafo a otro, de un tema a otro, y al conjunto le faltaba un sentido global", describe este director y compositor.
El 17 de noviembre de 2023, la Orquesta de RTVE interpretó en directo en el Teatro Monumental de Madrid las dos composiciones, sin avisar al público de que la mano de la inteligencia artificial estaba detrás. Solo desvelaron el secreto después. El experimento quiso convertirse en una reflexión, tanto para los asistentes como para los propios músicos, sobre la relación de la inteligencia artificial y la creatividad humana, y todo el proceso se ha reflejado en un documental TikTok y una web interactiva que a partir de este martes 6 de febrero pueden verse en la web del Lab RTVE y en redes sociales.
"Convocamos a Juanma Latorre, músico del grupo Vetusta Morla, para que escuchase la obra en directo, y él nos comentó que el público había reaccionado de manera más fría a la primera versión, y que la segunda, la versión más humana, fue acogida con mayor calidez", narra César Peña. "Juanma tiene cientos de conciertos a sus espaldas y sabe leer muy bien las reacciones del público", puntualiza.
Los músicos de la Orquesta Sinfónica de RTVE tampoco supieron que la inteligencia artificial estaba involucrada en aquellas piezas hasta el ensayo general, que se llevó a cabo el mismo día del concierto. En cuanto a su valoración, hubo una relativa unanimidad sobre la pobreza compositiva del resultado, especialmente la primera versión, la que apenas pasó por un filtro humano. "Al final, la idea que ellos comparten es que no tiene mucho sentido, como que no tiene ni pies ni cabeza. Y es verdad que, por ejemplo, a día de hoy una inteligencia artificial no sabe resolver una composición, terminarla con un final clásico, con ese chimpón que todos tenemos en mente. Las resuelve de manera muy tajante, como si empezase una frase y no concluyese en un punto y final, aunque estoy seguro de que con el tiempo todo eso se pulirá,", opina Peña, del Lab RTVE.
En esta misma línea, Marta Jareño, intérprete de viola, cree que las composiciones "no tienen una línea, una coherencia general; son como pequeñas cosas que no encajan". "Si no sabes nada, podrías pensar que se trata de un compositor malillo", valora.
Sobre el futuro que le espera a la inteligencia artificial en el mundo de la música clásica, Jareño considera que "nunca podrá ser lo mismo", porque "la música clásica es calidad, es sutileza". "Nuestra interpretación es artesanía, igual que nuestros instrumentos, y creo que todo lo que no lo sea es frío, y eso se trasluce al público, y por eso creo que el público no va a querer venir a escuchar ni máquinas ni nada compuesto por máquinas. Creo que sí que hay diferencia, o al menos es lo que quiero pensar", asegura.
Por su parte, el violinista Rubén Darío Reina coincide en que, ya antes de saber que estaba compuesta por una inteligencia artificial, había visto que aquello era "muy flojo desde el punto de vista musical", aunque también reconoce que "la segunda versión tenía como más vida, más sentido". "Seguramente, esto se va a perfeccionar y algún día una inteligencia artificial va a escribir una sinfonía como Beethoven o como Mozart. Aunque no sé si llegaremos a ese punto, porque creo que las máquinas piensan como máquinas, y los seres humanos pensamos y sentimos como seres humanos. Es un camino que está todavía por recorrer, y no sabemos adónde va a llegar", valora.
El solista de percusión Raúl Benavent afirma que él desde el principio tuvo la sensación de que aquello era un "corta y pega". "Es como si alguien hubiese escuchado algo de música y lo hubiese copiado, porque muchos elementos aparecen en la música de cine, o en la música de videojuegos...", opina, y cuenta cómo echa de menos "más estructura, más valor emocional". Para exponer que su oficio aún está "a salvo", hace una comparación: "Solo hay que escuchar 30 segundos de una música de Mahler y luego esto".
Finalmente, el tubista Mario Torrijo tiene muy claro que "calidad, ninguna". "No sirven para nada ninguna de las dos", recalca, y cuenta que "cuando vimos las composiciones por primera vez, pensamos que era alguna música para un anuncio".
Inquietud profesional
Igual que en otros ámbitos profesionales, como es el caso de la fotografía, los músicos comienzan a ver con inquietud esta popularización de las aplicaciones de IA generativa, a pesar de que se trate de un viejo conocido para ellos, ya que la música fue una de las primeras expresiones artísticas a las que se aplicó la inteligencia artificial, hace ya décadas.
"Creo que a priori todos lo vemos como una amenaza. Nos preocupa ese aspecto: que pueda ser sustituida la labor que hace un compositor, un arreglista, un músico… Luego vas buceando un poco en cómo está ahora mismo la inteligencia artificial y te das cuenta de que aún le queda mucho recorrido", asegura Rocío León, subdelegada artística de Orquesta y Coro de RTVE, quien recuerda que "también los sintetizadores parecía que iban a hacer desaparecer a las orquestas, y hemos visto que no, que tienen su espacio, que convive perfectamente con el nuestro".
"Tendremos que adaptarnos. Si sabemos utilizar bien la IA, como toda tecnología, entonces será una ayuda, pero si lo tomamos como algo que hay que temer, y no lo utilizamos, pues a lo mejor nos estamos perdiendo algo interesante", concluye.
Para el director y compositor Borja Arias, el arte "requiere algo más que inteligencia". "Necesita de un valor emocional, humano y expresivo al que de momento la tecnología no está siendo capaz de llegar", continúa, y se muestra convencido de que, al menos por ahora, "la inteligencia artificial no va a reemplazar a la mano humana". "El sonido de una orquesta, la calidad de los músicos, la calidad artística de los compositores, la calidad humana… Eso es irremplazable", sostiene.
Animar este debate y profundizar en él era precisamente uno de los principales objetivos del proyecto del Lab RTVE, cuyo equipo ha llegado a una conclusión similar. "Durante este proceso hemos aprendido que la inteligencia artificial viene a ser una herramienta, no llega para sustituir a nadie, y tendremos que aprender a utilizarla para que su trabajo y el nuestro luzcan conjuntamente", reflexiona su coordinador, César Peña.