La Fiscalía de El Salvador inicia un juicio masivo contra 500 líderes de grupos pandilleros
- Se les asocian hasta 37.000 delitos cometidos a lo largo de una década
- "La fiscalía velará por que estos delincuentes paguen por el sufrimiento que cometieron", señala la institución
De acuerdo con la Fiscalía General de la República de El Salvador, el país ha iniciado un juicio masivo para procesar a casi 500 presuntos líderes de la Mara Salvatrucha (MS-13) por más de 37.000 delitos cometidos a lo largo de una década, la mayoría por homicidio agraviado. Entre los acusados se encuentran 24 cabecillas de la MS-13, algunos de los cuales cuentan con solicitudes de extradición a Estados Unidos por delitos de homicidio agravado, secuestro y tráfico de armas.
"Cada delito cometido por los pandilleros tenía que ser ordenado por los cabecillas. La fiscalía velará por que estos delincuentes paguen por el sufrimiento al que sometieron a los salvadoreños durante décadas", ha señalado la institución en su cuenta oficial de la red social X.
Los juicios se han desarrollado de manera virtual, ya que los acusados se encuentran detenidos en varias prisiones diseminadas a lo largo del país. Algunos han estado retenidos durante años, mientras que otros fueron capturados como parte de la ofensiva del país tras el Estado de emergencia declarado por Bukele en 2022 y que se saldó con detenciones masivas.
Entre las formas de homicidio de las que se le acusan figuran los métodos H1, consistentes en matar a sus víctimas y luego enterrarlas, y el sistema de "válvulas abiertas", períodos donde los cabecillas permitían matanzas indiscriminadas contra miembros de otras pandillas o incluso población. Entre otros delitos de los que les inculpa la Fiscalía, están la desaparición y tráfico de personas, extorsiones, tráfico de armas y de droga y terrorismo.
La política de seguridad de Bukele
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, que ha tomado medidas enérgicas contra la delincuencia como piedra angular de su administración, fue reelegido el domingo en las elecciones presidenciales de las que se declaró vencedor incluso antes de conocerse los resultados. El mandatario ha construido su imagen con base en las políticas de seguridad contra las maras, con persecuciones que detenían de forma indiscriminada tanto a miembros como colaboradores de las pandillas que operan en el país.
Las políticas de represión dieron como resultado la detención de decenas de miles de salvadoreños, en muchos casos sin vinculación alguna con las organizaciones criminales. Durante la cumbre de la ONU de septiembre de 2022, Bukele aseguró que “El Salvador ha pasado de ser, literalmente, el país más peligroso del mundo, a estar en camino a ser el país más seguro de América”. A finales 2023, la tasa de homicidios fue de 2,4 personas por cada 100.000 habitantes, cuando solo cuatro años antes, en 2019, se situaba en 38,2.
El éxito de su política de seguridad, aunque le ha granjeado una gran popularidad entre los votantes, se ha puesto en duda por organizaciones internacionales y ONG, que han señalado el alto costo con respecto al debilitamiento del estado de derecho y los derechos humanos entre la población a raíz de las políticas de Bukele.
De acuerdo con las declaraciones del pasado enero del ministro de Seguridad de El Salvador, Gustavo Villatoro, la audiencia a los miembros de la Mara Salvatrucha solo se llevará a cabo para los presuntos líderes de la organización criminal, y no con los miembros de menor rango.