Vox aspira a encontrar su sitio en Galicia el 18F dando la batalla por las ideas
- Galicia es la única comunidad donde Vox no tiene representación nacional ni autonómica y apenas cuenta con municipal
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El mensaje de Vox no termina de calar en Galicia o, al menos, no se traduce en votos. La formación que lidera Santiago Abascal no tiene representación en el Parlamento gallego, sigue siendo una opción marginal en los ayuntamientos y, a pesar de ser la tercera fuerza política en el ámbito nacional, tampoco cuenta con ninguno de los escaños que se reparten en Galicia. Ni siquiera lo consiguió cuando la formación de extrema derecha pasaba por su mejor momento, en la repetición electoral de las generales de 2019, cuando logró a nivel nacional 52 escaños.
Este 18 de febrero los de Abascal volverán a probar suerte en una comunidad fiel a la derecha que representa el PP, partido que ha gobernado durante 38 de los 43 años de la autonomía. Aspiran a ser “decisivos” en la formación de Gobierno (ahora que los sondeos pronostican una pérdida de escaños del PP tras el salto de Alberto Núñez Feijóo a la política nacional) y lo harán dando la batalla por las ideas, conscientes de que podrían arañar votos a los populares al situarse un paso más allá que la derecha tradicional en temas como la unidad de España, el feminismo o el cambio climático.
Este será el principal objetivo de Álvaro Díaz-Mella, el candidato elegido por la dirección para entrar en un Parlamento que se le resiste. Se trata de un perfil poco conocido y afín a la dirección, que ya lo intentó en dos ocasiones anteriores sin éxito: la primera, como aspirante de Vox a la alcaldía de Vigo en las municipales de 2023 y, posteriormente, como cabeza de lista de Vox por Pontevedra en las generales del mismo año. Y no logró ni sillón de concejal ni escaño de diputado.
Sin embargo, las encuestas no prevén este escenario y dejan una vez más a Vox fuera del Parlamento gallego. Según el promedio de sondeos de DatosRTVE, la formación mejoraría su estimación de voto con respecto al 2% obtenido por el que fuera candidato en las autonómicas de 2020, Ricardo Morado; pero no llegaría a la barrera del 5% de votos necesaria para obtener representación: se quedaría en el 2,6%, una cifra que el CIS rebaja incluso por debajo del 1%.
El principal beneficiado de la marcha de Feijóo no serían los de Abascal, sino la izquierda; aunque la mayoría de sondeos no prevé una alternancia en el Gobierno y estiman que el PP podría refrendar su quinta mayoría absoluta consecutiva, la primera de Alfonso Rueda.
Escasa implantación en Galicia
Precisamente ese mínimo de votos exigido para lograr escaño reduce las opciones de siglas con escasa implantación en Galicia, como es el caso de Vox. Desde su fundación en 2014, la formación solo se ha presentado a unas autonómicas, las de 2020, y en ninguna provincia pasó de la barrera del 2,1% del voto. Tampoco consiguió grandes resultados en las últimas municipales: solo obtuvo un concejal en Avión (Ourense), de los 3.633 que estaban en juego el pasado 28M.
Desde Vox, sin embargo, se aferran a los resultados que consiguieron en las últimas generales. A pesar de no obtener representación en el Congreso, en provincias como A Coruña alcanzaron el 5% de los votos y en otras como Ourense o Pontevedra se quedaron en el 4,7%, lo que este 18 de febrero dejaría a la formación al borde de conseguir un escaño.
Sin embargo, el contexto es radicalmente diferente y su candidato, también. Frente a Santiago Abascal, el candidato Álvaro Díaz-Mella es poco conocido entre el electorado y tampoco cuenta con una destacada experiencia política, tras haber dedicado la mayor parte de su vida laboral a trabajar en la empresa privada. A ello se une el descontento que ha generado la decisión en parte de las bases, que acusan a Díaz-Mella de llevar “cuatro años arruinando el partido en Pontevedra” ―que preside―.
Lo cierto es que la breve trayectoria política de Vox en Galicia no ha estado exenta de polémica. Díaz-Mella llegó a la presidencia de Vox Pontevedra en 2020, después de dos gestoras fallidas en menos de un año. Mientras que su anterior candidato, Ricardo Morado, abandonó el partido cargando contra la dirección nacional, a la que acusó de ejercer un trato “muy desigual” y de "despreciar" todo el trabajo que había llevado a cabo.
“Las ideas de Vox tienen cabida en Galicia”
Independientemente de los resultados, desde Vox consideran que “sus ideas” sí tienen “cabida” en Galicia y, por ello, creen que el partido tiene la "obligación" de presentarse a las elecciones. Así lo señaló su presidente, Santiago Abascal, durante el acto de presentación de sus candidatos, como respuesta al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien días atrás instó a la formación a no presentarse para no poner en riesgo la mayoría del Partido Popular en la Xunta.
“Vox no solo tiene el derecho, también tiene la obligación de presentarse porque lo que Vox defiende solo lo defiende Vox, y lo está defendiendo en solitario tanto a nivel nacional como en Galicia”, recalcó visiblemente molesto con las declaraciones del partido con el que gobiernan en coalición en más de un centenar de ayuntamientos y cinco autonomías.
En la asamblea extraordinaria del partido que le blindó como presidente hasta 2028, el propio Abascal reconoció que las perspectivas el 18 de febrero “pueden ser más halagüeñas o menos”, pero que lo importante es defender “las ideas” por encima incluso del poder. Y, más tarde, en un mitin en Lugo, reflexionó en la misma dirección: "Yo no sé si las siglas de Vox tienen o no cabida, pero desde luego las ideas de Vox tienen cabida".
En este sentido, recalcó que "solo Vox" se "atreve a defender" la unidad nacional al decir que los "separatistas" tienen que estar "fuera de la ley" o que es el único partido que cuestiona las autonomías, que a su juicio "solo han servido para premiar a los traidores y para castigar y postergar a los leales".
Obtener representación en Galicia, un balón de oxígeno para Abascal
Este será el principal mensaje de una campaña en la que Vox tiene todas las esperanzas puestas, pues obtener representación en Galicia sería un balón de oxígeno para la formación tras la crisis de Baleares.
Abascal lleva varias semanas acudiendo a esta comunidad autónoma y tanto él como otros pesos pesados de la formación lo seguirán haciendo hasta el día de las elecciones, conscientes del escaso tirón que tiene su candidato entre el electorado.
Pese a los ataques al PP, han confesado que su rival a batir será el BNG, ya que se juegan “todos los escaños” con la formación nacionalista. No obstante, y como viene siendo habitual, se muestran escépticos con las encuestas y creen que tienen posibilidades reales de obtener un escaño si se repiten los resultados de las elecciones generales. “Queremos representar ese hartazgo de quienes piensan que nada puede cambiar, porque lo hemos demostrado. Cuando Vox llega (a las instituciones), cambian las cosas”, reivindican.
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