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En el backstage de los Goya: del abrazo entre los Javis y Sigourney Weaver a Sofía Otero como nueva Stella Maris

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En el backstage de los Goya 2024
Las actrices Sofía Otero y Aitana Sánchez-Gijón durante la gala de la 38 edición de los Premios Goya.

“¡Tu padre ha ganado un Goya! Mira qué guapo va”. J.A Bayona grita al móvil que sostiene un compañero de La sociedad de la nieve, a la salida del escenario de los Goya 2024. Tiene las gafas empañadas de llorar. La película ha arrasado en la gala con 12 cabezones, pero el director no se ha dejado ver demasiado entre bambalinas: siempre había una categoría más a la que aspirar. 

Y mientras tanto, la parte de atrás del enorme auditorio montado en una nave de la Feria de Valladolid ha sido escenario de numerosas celebraciones y encuentros, del abrazo de los Javis con Sigourney Weaver y el de Malena Alterio con Fernando Tejero a la revelación de Sofía Otero como nueva Stella Maris. Muchos no se han captado por las cámaras de televisión. 

Matías Recault, en “estado adrenalínico” 

El champán se ha descorchado pronto para los de Los Andes con el premio al mejor diseño de vestuario, solo el primero de los ocho reconocimientos técnicos con los que se ha alzado La sociedad de la nieve.

"No puedo ni hablar". Han sido las primeras palabras de Matías Recalt tras bajar del escenario en el que ha recogido el premio a mejor actor revelación por su interpretación de Roberto Canessa, uno de los supervivientes del accidente aeronáutico más épico. 

Entre el revuelo, mientras esperaba a ser fotografiado, Recault se ha sentado en una de las escaleras móviles del decorado desperdigadas en el hangar y ha apoyado la cabeza entre las manos, con los codos hincados en las rodillas. Después de todo, parece en shock. "En estado adrenalínico", ha descrito él, tras lanzar un grito. "Es la primera vez que hablo entre tanta gente", ha agregado al micrófono de José Fernández de TVE, como si fuera lo único que acaba de hacer por primera vez.

Era solo la primera de muchas alegrías para él, y mientras se alejaba recibiendo la enhorabuena al paso, aún se le ha oído responder ese "maaaal" que arrastran uruguayos y argentinos para expresar que algo es demasiado (bueno, en este caso). 

El abrazo de Malena Alterio y Fernando Tejero

Las apuestas también se han cumplido en la categoría de Mejor actriz: Malena Altero ha pasado de la calle Desengaño al firmamento del cine español (como escribe nuestro compañero Samuel A. Pilar), pero al otro lado también estaba Fernando Tejero esperándola. Su compañero en la mítica Aquí no hay quien viva ha salido rápido a su encuentro en la rampa que baja del escenario al backstage. “¡Cuqui, no llores!”, le ha exhortado ella. Pero Tejero no ha parado de llorar.

“¡¡Tengo un Goya!! ¿Qué estará pasando en casa en este momento?”, se ha preguntado Alterio ante la cámara de TVE, y ha dejado claro que el galardón era parte de su destino: “Yo no lo buscaba, él me buscó”.

El éxito de 'Robot Dreams' 

La sonrisa de Pablo Berger ha sido otro habitual de la noche entre bastidores. Además del esperado premio a la mejor película de animación por Robot Dreams, el director también ha logrado el premio a mejor guion con la adaptación del cómic estadounidense. 

“Ya solamente nos queda el Oscar”, ha dicho en una ocasión, y se ha reconocido “feliz, feliz, feliz” por el premio con una película sin diálogos, una muestra del “cine como experiencia sensorial” que le gusta especialmente, como ya demostró con Blancanieves. “Nos vamos mañana a Los Ángeles, esto es el ecuador de la temporada de premios”, ha confesado, tras salir del escenario arropado por su equipo. “Somos un claaan”, se ha escuchado a su productora, y luego han posado todos juntos para las cámaras de la Academia.

Su segundo paso por el backstage ha servido a Berger, además, para interceptar a Salvador Sobral tras su actuación con Silvia Pérez Cruz. Su hija es fan del cantante portugués, ha justificado y, así, el premiado con dos Goya ha acabado pidiendo una foto al artista invitado.

El abrazo de los Javis y Sigourney Weaver

No ha sido el único encuentro afortunado detrás del escenario. Los Javis han aprovechado el abrazo a Sigourney Weaver para contarle que ellos también son “cineastas”, además de presentar galas, cantar, bailar y actuar. 

La actriz estadounidense premiada con el Goya Internacional, además, ha arrancado los primeros aplausos de los presentes, mientras Inés Hernand le gritaba “You are iconic!” ("¡Eres icónica!”) desde el set de RTVE Play. 

Otro cruce fortuito lo han protagonizado José Coronado y David Bisbal, segunda persona a la que ha abrazado el actor tras ganar el Goya a mejor actor de reparto. Y hemos sido testigos de un chispazo de conexión entre la actriz Lola Rodríguez (Veneno, Vestidas de Azul) y Sofía Otero. La intérprete de 10 años, protagonista de la emotiva y delicada historia sobre la infancia trans, ha saltado al encontrarse, mientras su compañera en la entrega del premio, Aitana Sánchez-Gijón, se enjuagaba las lágrimas de emoción. 

Sánchez-Gijón y Otero han entregado el Goya a la mejor actriz de reparto a Ane Garabain, tía abuela de la pequeña en ficción de 20.000 especies de abejas. “Es una niña tan especial, una actriz nata”, la ha alabado Garabain en RTVE Play. Al pasar por ese mismo set más tarde, Otero ha logrado los segundos aplausos de la noche en el backstage por su imitación exacta de la coreografía de Stella Maris, de la serie La Mesías. “De mayor quiero ser mocatriz (modelo, cantante y actriz) y bailarina”, ha asegurado.