La resistencia a los antibióticos, un problema global tan urgente como el cambio climático o la migración
Noticia Documentos TV
- El uso irresponsable de antibióticos en la medicina y la ganadería provoca las resistencias bacterianas
- Tenemos que aceptar que, en la actualidad, todas las infecciones bacterianas no son tratables
Desde los años 30 del siglo pasado, los antibióticos han sido la solución más eficaz contra las infecciones. Han salvado millones de vidas combatiendo a las bacterias sin hacernos daño.
Ahora, estos fármacos han dejado de funcionar frente a algunas de las infecciones. Un uso excesivo e inadecuado de antibióticos está ocasionando la resistencia de las bacterias a las que los antimicrobianos combaten y está afectando gravemente a decenas de miles de personas en todo el mundo.
Resistencia a los antibióticos, entonces, ¿qué?
A Ella Balasa le diagnosticaron fibrosis quística cuando tenía 18 meses. Es una enfermedad pulmonar que provoca la acumulación de mucosidad espesa que recubre las vías respiratorias y que, con el tiempo, atrae a las bacterias del aire que respiramos. Dichas bacterias colonizan el moco y se crean infecciones. “Los antibióticos eran la única vía para solventar el problema”, relata la joven.
Pero, de repente, los antibióticos dejaron de funcionar. Las bacterias han ido desarrollando resistencia a los antibióticos con una rapidez mayor a la que salen nuevos fármacos al mercado.
“No hay ningún antibiótico con el que pueda tratar mis infecciones a largo plazo“
Ella es una entre los 225.000 pacientes estadounidenses que, en 2017, fueron hospitalizados con estos microorganismos multirresistentes. “No hay ningún antibiótico con el que pueda tratar mis infecciones a largo plazo”, subraya con preocupación.
En el lado de la ciencia se encuentra Isaac Stoner, director general de una pyme, nacida a partir de una tecnología desarrollada en Harvard que permite crear unos nuevos antibióticos que atacan directamente a las resistentes bacterias gramnegativas.
Sin embargo, Stoner fue testigo de cómo los laboratorios están dejando de investigar sobre nuevos fármacos antimicrobianos. “No es un sector en el que los inversores obtengan grandes beneficios”, repite lo que sus socios financieros le comentaron. Así que se echaron a un lado como las grandes farmacéuticas, cuenta, y reposicionaron el negocio con el desarrollo de medicamentos para enfermedades autoinmunes.
Países, científicos e iniciativas privadas de todo el mundo trabajan para conformar estrategias y tomar medidas que contrarresten el avance de la resistencia antibiótica.
Antibióticos por todas partes
Christina Fuhrman tomó a lo largo de su vida demasiados antibióticos. Si se acatarraba o tenía una tos fea usaba estos fármacos. “Yo creía que era una estadounidense normal y que tomaba tantos antibióticos como todo el mundo”, explica.
“Cuántos más antibióticos tomaba, más enfermaba“
Se estima que, en Estados Unidos, se prescriben cada año 47 millones de antibióticos para infecciones que no se curan con estos medicamentos. “Cuántos más antibióticos tomaba, más enfermaba”, afirma Christina. Añade también que “aquel hábito me había llevado a contraer una infección por superbacterias”. Le diagnosticaron de Clostridium difficil, una superbacteria intestinal para la que no existen antibióticos eficaces con la que tratarla.
Hoy, gracias a un tratamiento experimental, han conseguido erradicar el germen potencialmente letal y ha podido salvar su vida. Los expertos advierten de que miles de personas mueren cada año a causa de estas superbacterias que desarrollan resistencias por la gran cantidad de antibióticos que nuestros organismos reciben.
“Quiero que la gente sea consciente de que debe utilizar los antibióticos de forma adecuada y que los médicos también sean responsables”, concluye Christina. Desde 2019, Estados Unidos ha adoptado estrategias para evitar el uso indebido y excesivo de estos medicamentos.
“No es solo responsabilidad de un médico, un hospital o una farmacia, sino de todo el mundo“
Se trata de un primer paso en la lucha contra esta pandemia silenciosa, como la denomina la OMS. “No es solo responsabilidad de un médico, un hospital o una farmacia, sino de todo el mundo”, señala Ramanan Laxminarayan, miembro del Consejo Consultor Estadounidense de la Lucha contra las Bacterias Resistentes.
Y es que el problema no radica exclusivamente en el sector sanitario. La responsabilidad de estas resistencias a los antibióticos incluye también a las industrias farmacéuticas, agrícola y ganadera.
Bacterias que pasan de los animales a las personas
El microbiólogo Lance Price comenzó a interesarse por la resistencia a los antibióticos cuando observó cómo se utilizaban en la producción intensiva de alimentos de origen animal. “Hay sistemas industrializados donde los animales están hacinados, estresados y en entornos sucios y eso hace que enfermen”, asegura Price.
“¿Esos microbios se quedan en los animales o se propagan a las personas?“
Esta forma eficiente de producir carne se consigue administrando grandes cantidades de antibióticos a los animales y esas dosis desarrollan en las bacterias la resistencia a los antimicrobianos. Entonces, “¿esos microbios se quedan en los animales o se propagan a las personas?”, se preguntaba el microbiólogo.
En un experimento que puso en marcha junto a un grupo de científicos de Harvard, comprobó que la bacteria E- coli, recogida en muestras de carne de los supermercados, era la misma que la de las muestras de personas infectadas con este germen.
El experimento demostró que “estas bacterias E. coli se trasladaron de las aves de corral a las personas llevando sus genes de resistencia”, explica Price. Aunque algunas explotaciones ganaderas van optando por sustituir los antibióticos por otro tipo de fármacos, aún son las menos.
La ciencia sigue investigando nuevas terapias y fármacos que dejen atrás la crisis en la que nos encontramos hoy. Mientras tanto, conviene no olvidar que la resistencia de las bacterias a los antibióticos es un problema global que sacude los sistemas sanitarios y pone en riesgo la salud del planeta.