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El economista jefe del BCE descarta bajar tipos ya pero alerta contra hacerlo “demasiado tarde”

  • Philip Lane asegura que “la tendencia es buena, pero creo que nos falta algo de tiempo”
  • Augura que habrá más bajadas de tipos si la inflación desciende hacia el 2%

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El economista jefe del BCE descarta bajar tipos ya pero alerta contra hacerlo “demasiado tarde”

El Banco Central Europeo (BCE) está cada vez más cerca de cruzar el Rubicón y empezar a desandar el camino recorrido durante el último año y medio. Una senda de bajada que se le hará más difícil que la escalada histórica por la rapidez con la que ha alcanzado la cima.

La cúpula del BCE contemporiza estos meses con una inflación que, en la zona euro, se está aproximado más rápido de lo previsto al objetivo del “en torno al 2 por ciento”, que encarna la supuesta estabilidad de precios. Pero, antes de lanzarse a dar el paso, en Fráncfort tratan de divisar todos los obstáculos que pueden provocar un traspié en el camino descendente.

En esa sala del Consejo de Gobierno del BCE, su máximo órgano de poder, los próximos 6 y 7 de marzo, hay un hombre que tendrá que dar parte de nuevo a la plana mayor de la institución, actualizar previsiones de crecimiento e inflación, y proponer qué hacer con los tipos de interés. Philip Lane (Dublín, 1969), economista jefe y miembro del Comité Ejecutivo, es de los altos cargos más importantes del BCE, por detrás de la presidenta, Christine Lagarde, y un equilibrista entre los escépticos de la cúpula que ven muy precipitado adelantar acontecimientos y los impacientes que temen que se vuelva a reaccionar tarde.

“En los últimos meses, se ha avanzado más rápido de lo esperado en solucionar el problema de la alta inflación. Vamos en la dirección correcta, pero creo que necesitamos avanzar más todavía y estar un poquito más cerca de nuestro objetivo”, señala Lane, en una entrevista en exclusiva con RTVE. “La tendencia es muy buena, queremos que continúe y nos queda algo de tiempo”, apostilla.

El BCE se arriesga a bajar los tipos “demasiado tarde”

¿Cuántos meses son ese “algo de tiempo"? ¿Cuándo puede estar convencido el BCE de que la inflación no va a resurgir antes de que este ascenso histórico quede en cenizas? El Fondo Monetario Internacional (FMI) añade para la zona euro un riesgo adicional a este dilema: que los tipos de interés elevados terminen minando el crecimiento económico y hundiendo demasiado la inflación, incluso, por debajo de la referencia del 2%.

Preguntado por ello, el economista jefe del BCE dice estar “de acuerdo con ese análisis”. Y añade: “Estamos muy comprometidos con un enfoque que llamamos ‘simétrico’. No queremos mantener los tipos de interés tan altos que la inflación caiga por debajo del 2% a medio plazo, así que comparto esa visión: ni demasiado pronto ni demasiado tarde. Somos muy conscientes del doble riesgo. Sería muy arriesgado bajar tipos demasiado pronto y también lo sería hacerlo demasiado tarde”.

Según el FMI, al BCE le penaliza un “peso desproporcionado” de los precios de la energía en la deriva de la inflación en la zona euro. De hecho, en una presentación en Washington la semana pasada, Lane admitió que la mitad del “proceso de desinflación” vivido hasta ahora se debe a la energía y que, de ahora en adelante, podría incluso acelerar su descenso de no haber sobresaltos en los mercados de gas y petróleo.

El ritmo de bajada dependerá de la inflación

El alto ejecutivo del BCE rehúsa responder directamente a las apuestas de los mercados por primer recorte de tipos tan pronto como en primavera, que den por descontado varios recortes este año y que vaticinen que los tipos de interés en la zona euro se sitúen en Navidades en el 3,5%, un punto por debajo de los niveles actuales.

“Nuestro objetivo es devolver la inflación al entorno del 2% y todavía está más cerca del 3% que del 2%. El número de bajadas de tipos que hagamos dependerá de cuánto avancemos hacia nuestro objetivo”, argumenta Lane.

El economista jefe del BCE repite el mantra oficial de que las decisiones del Consejo de Gobierno “dependen de los datos”, de que van “reunión a reunión” y que, mientras tanto, se está avanzando en la lucha por aplacar el ascenso de los precios en la zona euro. En otoño de 2022, la inflación superó por primera vez el 10% pero, desde entonces, ha descendido de forma casi ininterrumpida. En noviembre llegó hasta el 2,4% para, desde entonces, estancarse justo por debajo del 3%.

Otros focos de riesgo para el BCE

¿Qué puede hacer descarrilar esta tendencia? En Fráncfort, los más escépticos ven que la inflación en el sector servicios sigue siendo “pegajosa” y que hay riesgo de efectos de segunda ronda. En este sentido, en el BCE miran con lupa el ritmo de subida de los salarios en la zona euro, en tasas todavía “históricamente altas”. De momento, los márgenes empresariales –lo que ganan las empresas, una vez descontados los costes– están absorbiendo esas alzas, según Lane, compensándose una partida con la otra.

Por el contrario, no solo la evolución de los precios juega en favor de una bajada de los tipos no muy tardía. El impacto de la política monetaria en las condiciones de financiación de hogares y empresas ha sido mayor de lo previsto, y la economía de la eurozona volvió a debilitarse en la segunda mitad del año pasado y se prevé que el crecimiento continúe siendo débil en 2024.

La cita del 7 de marzo dará las primeras pistas que abonen el optimismo o la cautela en el seno del máximo órgano de poder del BCE al contar con perspectivas actualizadas de PIB e inflación en la zona euro. La siguiente reunión del Consejo de Gobierno será apenas un mes más tarde, el 11 de abril, quizá demasiado pronto para digerir las nuevas previsiones y emprender la ruta de descenso con la máxima unidad y convencimiento. Sería pues la reunión de junio, con nuevas proyecciones económicas, la que está marcada en rojo en el calendario de varios miembros con derecho a voto del BCE para cruzar el Rubicón y desandar más lentamente el camino iniciado en julio de 2022.