Liberadas seis mujeres víctimas de explotación sexual en dos localidades de Barcelona
- Detenidos diez miembros de una organización criminal que captaba a las víctimas en países de Sudamérica
- Las víctimas eran retenidas en dos pisos en los que eran prostituidas y hacinadas en condiciones inhumanas e insalubres
Agentes de la Policía Nacional, en colaboración con la Guardia Civil, han desarticulado una organización dedicada a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual en las localidades de Manresa y Mollet del Vallès, en Barcelona. En el marco de la operación, denominada 'Joya-Aguyje', han sido liberadas seis mujeres que vivían hacinadas y en condiciones de insalubridad en dos pisos que operaban como prostíbulos.
Los cuerpos de seguridad detuvieron a diez personas como presuntos integrantes del grupo criminal, acusados de los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros relativos a la prostitución, contra la salud pública, contra la integridad moral y de pertenencia a organización criminal.
Entre los detenidos se encuentran un hombre y una mujer que presuntamente dirigían la organización y confinaban a las mujeres en dos viviendas de las mencionadas localidades. Allí, se encontraban hacinadas, sin privacidad y en condiciones inhumanas, según el comunicado de la Policía Nacional. Además, en estos inmuebles, los integrantes de la banda criminal traficaban con estupefacientes y obligaban a las víctimas a incentivar a los clientes para comprar cocaína y consumirla ellas mismas si así lo demandaban.
El resto de niveles de la organización obedecían las instrucciones de la dirección, haciendo especial hincapié en uno de los miembros encargado de captar a las víctimas, el cual aprovechaba sus conocimientos como agente de viajes para introducirlas inadvertidamente en territorio nacional.
La organización captaba a las víctimas en Sudamérica
La red delictiva captaba a las víctimas en países de Sudamérica, principalmente Paraguay, mediante el engaño, beneficiándose de su situación de vulnerabilidad y ofreciéndoles unas condiciones de vida y laborales prometedoras. Nada más llegar a España, los delincuentes retiraban los teléfonos y los pasaportes a las víctimas para posteriormente, informarles que habían contraído una deuda económica con la organización debiendo ser satisfecha con la ejecución de servicios sexuales. Otras mujeres víctimas de la organización fueron captadas en España con el mismo 'modus operandi'.
La banda criminal sufragaba todos los gastos y se hacía cargo de los trámites necesarios para que, una vez en España, las víctimas fueran trasladadas a estos pisos prostíbulos donde eran obligadas a mantener relaciones sexuales las 24 horas del día, además de no disponer de libertad de movimiento y padecer violencia física si el cliente lo demandaba. En uno de los pisos las víctimas eran controladas con cámaras de videovigilancia manteniendo la red criminal un control férreo sobre las mismas.
La organización criminal mantenía una sólida jerarquía, con un reparto de roles perfectamente definido en lo relacionado con la captación, traslado y explotación final. Además de liberar a estas seis mujeres, durante la operación policial fueron intervenidos más de 13.000 euros en efectivo, 18 teléfonos móviles, un ordenador, 300 gramos de cocaína, una prensa hidráulica empleada en la elaboración de sustancia estupefaciente y numerosa documentación relacionada con la explotación de las víctimas. Asimismo, a raíz de esta operación policial se bloquearon 11 productos bancarios, tres vehículos y un inmueble.
En el momento de la liberación se clausuraron los pisos utilizados como prostíbulos donde eran explotadas, para después ser asistidas en total coordinación y colaboración por una ONG para atender las distintas necesidades que podían requerir cada una de ellas. Una operación que se enmarca dentro de las acciones de la Policía Nacional y la Guardia Civil contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual.