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Cinco claves de las elecciones en Galicia: de la fortaleza del PP al auge de los partidos regionales

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Análisis de las claves del resultado electoral en las elecciones gallegas de 2024
Análisis de las claves del resultado electoral en las elecciones gallegas de 2024 DISEÑO RTVE / EUROPA PRESS

Las elecciones de Galicia han refrendado la fortaleza del Partido Popular en su principal feudo autonómico, al lograr su quinta mayoría absoluta consecutiva. Al mismo tiempo, han revelado la pujanza de los partidos regionales, especialmente del renovado nacionalismo de izquierdas que encarna el BNG, que se consolida como principal partido de la oposición ante la debacle del PSdeG, pero también del regionalismo de Democracia Ourensana, que por primera vez tendrá representación en el Parlamento gallego.

El notable incremento de la participación -a falta del escrutinio del voto de los residentes en el extranjero, ha superado el 67%, ocho puntos más que en 2020, cuando los comicios se celebraron en plena pandemia del coronavirus- ha encarecido los escaños para todos los partidos, aunque el reparto final no difiere demasiado de la situación previa: un PP dominador, una oposición de izquierdas dividida y sin opciones de fraguar una alternativa, y un Parlamento poco fragmentado, en el que, pese a la irrupción de Democracia Ourensana, vuelve a haber solo cuatro partidos con representación.

Estas son las claves de los resultados electorales del 18F en Galicia.

1. El PP vence con solvencia

Pese a los vaticinios de una elección ajustada, el Partido Popular ha exhibido su fuerza en un territorio en el que enlaza mayorías absolutas desde 1989, con un único paréntesis entre 2005 y 2009, cuando una coalición de PSdeG y BNG le sacó de la Xunta. No ha sido así en esta ocasión: Alfonso Rueda ha obtenido apenas medio punto menos que Alberto Núñez Feijóo, un solvente 47,4% de los votos que le reportan, eso sí, dos escaños menos que en 2020. Con todo, los 40 diputados logrados siguen siendo dos más de los necesarios para asegurar la mayoría absoluta.

Es el reflejo de un dominio aplastante que se extiende por toda la región: aunque el PP es especialmente fuerte en las zonas rurales, también es el partido más votado en seis de las siete principales ciudades gallegas y solo le supera el BNG en Vigo. De hecho, es el partido ganador en 295 de los 313 municipios gallegos

En estas elecciones ha cosechado casi 73.000 votos más que hace cuatro años y, aunque baje ligeramente en porcentaje por el incremento de la participación, obtiene más votos que sus dos inmediatos perseguidores juntos. De esta forma, el reparto por bloques sigue prácticamente inalterado en términos de escaños: la suma de la izquierda logra solo recortar uno. En definitiva, un triunfo solvente que le asegura otra legislatura sin obstáculos parlamentarios y, de propina, supone un espaldarazo para Feijóo en Madrid.

2. El BNG desplaza al PSdeG en sus principales feudos

El nacionalismo gallego, pese a haber quedado lejos de alcanzar la presidencia de la Xunta, puede presumir de su mejor resultado histórico, uno que restaña todas sus heridas previas, escisiones incluidas, y consolida su posición como segunda fuerza en Galicia, con casi el triple de diputados que el PSdeG. Ana Pontón ha obtenido 155.000 votos más que hace cuatro años y se hace con 25 escaños, siete más que en 1997, cuando el BNG alcanzó su tope bajo el liderazgo de Xosé Manuel Beirás.

Los nacionalistas no solo se mantienen como segunda fuerza, sino que hunden al PSdeG, su principal rival en el espacio político de la izquierda, hasta su peor resultado, con apenas el 14% de los votos y nueve diputados. Lo peor para los socialistas, en cualquier caso, es comprobar cómo los nacionalistas les superan en sus feudos históricos, especialmente en Pontevedra, donde el BNG ha sido el partido más votado en Vigo o Redondela, tradicionales caladeros de voto obrero.

Es una tendencia que se inició hace cuatro años y que se ha consolidado en estas elecciones, pero que deja al PSdeG especialmente tocado: ha perdido casi 45.000 votos, a falta del recuento del voto de los no residentes, y hunde su suelo histórico, el 18% registrado en 2016, otros cuatro puntos más abajo. El breve liderazgo de José Ramón Gómez Besteiro queda en entredicho y su fracaso tendrá resonancias más allá de Galicia.

3. Un nuevo partido en el Parlamento: la irrupción de Democracia Ourensana 

No llega a ser una sorpresa, porque Democracia Ourensana ya ostenta la alcaldía de Ourense y las encuestas le daban muchas posibilidades de lograr representación, pero sí es una novedad que el regionalismo se haya hecho con un escaño en el Parlamento gallego. Su triunfo tiene ecos de las movilizaciones de la España vaciada y del escaño logrado en el Congreso en 2019 por Teruel Existe, toda vez que sus reivindicaciones se centran en el desarrollo de las comarcas olvidadas del interior gallego.

El triunfo aplastante del PP impedirá que su diputado, Armando Ojea, sea la llave de la mayoría, como pretendía la formación, pero el éxito es incontestable: sus más de 15.000 votos son apenas el 1% del total, pero rozan el 9% en la provincia de Ourense, la única en la que se presentaban a los comicios. 

Su desempeño contrasta con el de formaciones como Vox o Sumar, que también aspiraban a obtener representación, pero que no se acercan al umbral mínimo requerido del 5% en ninguna provincia, pese a que han logrado casi 32.500 votos en el primer caso y más 28.000 en el segundo. Muy por debajo queda Podemos, que apenas recaba 3.854 votos y queda como octava fuerza, por detrás incluso del animalista PACMA, que supera los 5.000.

4. Escaños más caros incluso cuando se gana

La solvencia del PP en las urnas también se ha reflejado en el reparto de escaños. El partido de Rueda ha conservado la mayoría absoluta con 40 escaños y solo ha perdido dos: uno en A Coruña y otro en Lugo, que han ido para un BNG que crece en todas las provincias. 

La formación de Pontón ha sumado seis asientos a los 19 que ya ostentaba. En A Coruña ha pasado de siete a nueve, en Pontevedra, de seis a ocho, y en Lugo y Ourense de tres a cuatro escaños por cada circunscripción. El PSdeG, por el contrario, ha sido el gran damnificado del 18F, ya que ha perdido cinco de los 14 escaños que defendía en estas elecciones. Las mayores pérdidas han sido en Ourense y Pontevedra, donde se ha quedado a tan solo 112 y 6.450 votos, respectivamente, de arrebatarle el asiento al PP. 

Con estas cuentas, los tres grandes partidos gallegos han necesitado más votos que en 2020 para lograr cada escaño. De nuevo, el PSdeG es el que sale peor parado, ya que ha necesitado un 24% más votos que el PP y un 19% más que el BNG a la hora de sentar a cada diputado en el Pazo del Hórreo, sede del Parlamento gallego.

Los escaños también se han encarecido si se analiza el resultado por provincias, con la excepción del BNG en Lugo, cuyo coste apenas se ha movido. Destaca el caso del PSdeG en Ourense, al que le han hecho falta casi 22.000 votos para mantener a su único representante en esta circunscripción; 11.000 votos más que para tres escaños en 2020. 

Democracia Ourensana, en cambio, ha sido el partido que mejor ha optimizado sus papeletas. La lista encabezada por Armando Ojea ha logrado sentar a uno de sus representantes en el hemiciclo autonómico por primera vez con tan solo 15.312 votos.

Más de 75.600 votos han ido a parar a candidaturas que no han logrado representación. Son en torno a un 5,2% de las papeletas, con Vox a la cabeza como el partido con más sufragios que no se han transformado en escaño: casi 32.500, un 17% más que hace cuatro años. 

5. Galicia sigue igual

Pese a todo, el 18F no ha dibujado cambios significativos en el mapa electoral gallego. El partido ganador solo ha cambiado en 13 municipios, pertenecientes a tres provincias gallegas - las 67 localidades pertenecientes a Lugo mantienen el mismo vencedor que en las elecciones de 2020.

El BNG se ha impuesto al PP en ocho de los municipios en los que sí ha habido cambio. Ha ocurrido así en Vilar de Santos (Ourense), en Fene y Mugardos (A Coruña) y en Catoira, Moaña, Cangas, Vigo y Redondela (Pontevedra). El PP, por su parte, ha sumado cinco municipios de Pontevedra y Ourense que no conquistó en 2020. Lo ha hecho, sobre todo, a costa del PSdG (en A Illa de Arousa, Fornelos de Montes, Carballeda de Avia y Parada de Sil), pero también ganando en votos al BNG en la localidad ourensana de A Mezquita.

En ese sentido, 2024 sigue una tendencia que viene de largo, como se puede ver en la siguiente serie de mapas de resultados autonómicos. Desde 2009, el partido ganador en cada municipio ha variado poco, con el azul del PP casi imperturbable sobre la geografía gallega.

En esta información han colaborado José Á. Carpio y Paula Guisado, del equipo de DatosRTVE.