La renovación de la cúpula militar, un delicado cambio de Zelenski para dar un impulso al conflicto estancado
- Se trata del mayor cambio realizado en la cúpula militar desde que Rusia inició la invasión
- Guerra en Ucrania, en directo
La destitución del popular comandante en jefe del Ejército de Ucrania, Valeri Zaluzhni, por parte del presidente del país, Volodímir Zelenski, se ha llevado a cabo en un momento en el que las fuerzas rusas han estado ganando terreno después de casi dos años de guerra.
El cambio se produce tras meses de especulaciones sobre las tensiones crecientes en la relación entre Zelenski y el jefe del Ejército. Mientras en Ucrania está sobre la mesa el debate de la reforma de la legislación actual para facilitar futuras movilizaciones militares, la sustitución de Zaluzhni podría repercutir en la moral de las tropas que luchan en un frente de 1.000 kilómetros.
“Es obvio que han existido tensiones entre las autoridades civiles y militares y es algo natural de las relaciones entre diferentes partes de los dirigentes públicos”, asegura a RTVE.es el politólogo ucraniano Viktor Savkiv. “Desde la perspectiva de Zelenski, quizá sea una forma de refrescar y revigorizar algo. Zelenski está en su derecho de destituir al jefe del Ejército, pero no sé hasta qué punto será o no una buena decisión. No creo que vaya a cambiar la situación en el campo de batalla”, opina.
Bajo el mando de Zaluzhni, las tropas ucranianas frenaron a las fuerzas rusas en su asalto inicial contra Kiev y pudieron recuperar algunas partes de su territorio en la segunda mitad de 2022. Sin embargo, los avances del Ejército en el campo de batalla se frenaron en 2023 y la contraofensiva ucraniana no consiguió el objetivo de atravesar las líneas rusas.
El general Zaluzhni es considerado por muchos ucranianos como un héroe nacional. Según una encuesta publicada a finales de 2023, el entonces jefe del Ejército contaba con un apoyo de los ucranianos del 90%, una cifra significativamente más alta que el 77% con el que contaba Zelenski.
El general Oleksander Sirskii, sustituto de Zaluzhni, ha tomado el mando del Ejército en medio de una profunda incertidumbre y en un momento en el que Ucrania espera la llegada de una ayuda militar vital procedente de Estados Unidos, que la mayoría de los republicanos del Congreso han impedido que se apruebe durante meses.
Sirskii, quien nació en la Unión Soviética y asistió a la Escuela Superior de Mando Militar de Moscú, es percibido como el arquitecto de la contraofensiva ucraniana que logró recuperar una parte del territorio de la provincia de Járkov en septiembre de 2022, la victoria más significativa de la guerra para las tropas de Kiev.
Más allá de las decisiones estratégicas, el general Sirskii también debe encargarse de mantener la moral de sus soldados durante uno de los momentos más complicados del conflicto para su país.
“Va a ser muy difícil sustituir a una persona como Zaluzhni, que ha demostrado una competencia en lo que hacía, una persona con mucho carisma”, asegura Savkiv. “Sirskii es una figura opuesta a Zaluzhni, con un perfil mucho más discreto y uno de los generales más de estilo soviético. Su nombre ha acompañado muchos de los éxitos de las fuerzas armadas ucranianas, como la defensa de Kiev y la contraofensiva en la provincia de Járkov, pero no tiene una popularidad tan amplia como Zaluzhni”, añade.
Renovación para intentar un giro en la guerra
Este movimiento en la cúpula militar ha sido el mayor cambio que ha realizado el presidente ucraniano desde que Rusia inició la invasión el 24 de febrero de 2022 y llega en un momento en el que las tropas ucranianas están a la defensiva en varias zonas del frente, especialmente en las regiones de Járkov y Donetsk. Además, las fuerzas de Kiev están escasas de proyectiles y otras municiones, así como de soldados experimentados.
Zelenski ha tomado esta decisión con el objetivo de dar un nuevo impulso en un conflicto ahora estancado, pero no parece que vaya a resolver algunos de los mayores problemas a los que se enfrenta su país: la falta de voluntad de los ciudadanos ucranianos para una movilización masiva que cubra las bajas en las fuerzas armadas, así como el suministro insuficiente de armas por parte de países occidentales.
“Estas renovaciones de equipo son inevitables, tanto en tiempos de paz como de guerra”, indica a RTVE.es el catedrático de Ciencia Política de la Universidad Pablo de Olavide, Manuel Torres. “El cambio puede venir motivado por una pérdida de confianza en estos líderes militares o porque intenta imprimir algún tipo de giro a los acontecimientos, otro ritmo a lo que está aconteciendo para intentar imprimir algún cambio en la guerra antes de final de año”, asevera.
“Nuevas perspectivas sobre cómo encarar las operaciones o determinados estilos de dirección tienen un impacto muy profundo en toda la cadena del Ejército. Un mal líder puede hacer que un buen Ejército tenga un desempeño pobre y, por el contrario, un buen líder puede cambiar el estado de ánimo de un Ejército en horas bajas”, recalca Torres.
El profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Josep Puigsech, considera que el cambio realizado por Zelenski viene de “la necesidad de combatir la sensación de estancamiento que se ha producido en la evolución militar”. “Una manera de transmitir a la ciudadanía ucraniana que sus dirigentes se ven aún capacitados para revertir esta situación. Es una forma de desviar la atención, de transmitir a la población la sensación de liderazgo”, añade.
Además, Puigsech no cree que la renovación en la cúpula militar lleve a cambios en el rumbo de la guerra porque “no es una cuestión de eficiencia o ineficiencia de la cúpula militar, es una cuestión cuantitativa”. Además, puntualiza que "no es tan fácil reponer tropa".
Miedo a la fatiga bélica de los aliados
Ahora que la guerra va a entrar en su tercer año, Ucrania sigue dependiendo en gran medida del apoyo de los aliados de Occidente, entre quienes se han comenzado a detectar signos de fatiga. Las tropas ucranianas están agotadas y carecen de armas y municiones, y la ayuda de Estados Unidos, que Kiev necesita con urgencia, sigue estando en duda.
El paquete de ayuda militar de 61.000 millones de dólares de la Administración Biden está bloqueado en el Congreso, a pesar de que 18 senadores republicanos apoyaran el proyecto. El expresidente y aspirante a ser el candidato republicano en las elecciones presidenciales que se celebran en noviembre, Donald Trump, ha hecho numerosas declaraciones oponiéndose a la continuación de la ayuda a Ucrania. Este paquete de ayuda está pendiente de su aprobación en la Cámara de Representantes.
“La moral sigue siendo elevada en el lado ucraniano, porque al final han conseguido sobreponerse a la agresión inicial, pero existe una preocupación cada vez más arraigada porque ven algunos síntomas de fatiga por parte de sus aliados”, señala Torres, quien subraya que “lo que más preocupa es que Estados Unidos puede cambiar de postura”. “Si Estados Unidos se retira, Europa es incapaz de mantener la resistencia ucraniana”, recalca.
Para Savkiv, en la sociedad ucraniana “hay un cierto rechazo a la retórica de que todo va bien, de que todo va estupendo y de que no hay problemas”. “Hemos cometido errores, no todo va tan bien como se dice, tenemos que aprender de lo que ha pasado”, asegura el politólogo ucraniano.
“Ucrania es rehén de los juegos políticos de Trump y del ala extremista del Partido Republicano. Las tropas ucranianas van cortas de munición de artillería y eso se está notando mucho en el frente de batalla”, indica.
Frentes estancados: Rusia ha aprendido de sus errores
Dos años después del inicio del conflicto, la maquinaria de guerra rusa está funcionando a toda velocidad y tiene una reserva mucho mayor de hombres a la que recurrir para reponer sus filas que Ucrania. Moscú está eludiendo las sanciones internacionales y sus ingresos por la exportación de petróleo están ayudando a financiar sus abundantes gastos para continuar la guerra.
“La iniciativa la tiene Rusia desde hace algunos meses. En esta fase de guerra de desgaste tiene cierta ventaja por la resiliencia de su complejo industrial, por haber encontrado la forma de reclutar personal para reponer sus tropas y se ha visto reforzada por los suministros de armamento por Corea del Norte y por Irán”, comenta Savkiv.
Ahora, la tarea más urgente del nuevo jefe del Ejército será estabilizar las líneas del frente en beneficio de Ucrania, así como reponer las filas mermadas de algunas de las mejores brigadas de Ucrania y lograr que se acelere la llegada de la ayuda de Estados Unidos y sus aliados europeos.
“El Ejército ucraniano ha evidenciado su incapacidad de recuperar el territorio perdido”, opina Puigsech. “Es difícil pensar que Rusia va a perder el control de las zonas que ahora tiene bajo su administración militar porque llevamos ya dos años de conflicto armado y el Ejército ucraniano está siendo incapaz de recuperar esas posiciones”, anota.
En este sentido, Torres recuerda que “la evolución de la campaña rusa quedó frenada muy rápidamente” y que “la percepción que se había arraigado era que Ucrania iba a ir avanzando de manera continuada, algo que se acrecentó con la contraofensiva”. “Lo que ha sucedido es que Rusia ha aprendido de sus errores y ha sido capaz de hacerse fuerte en el territorio que estaba dominando”, detalla.
“Rusia ha sido capaz de fortalecerse a la hora de resistir esa contraofensiva ucraniana y el resultado es que actualmente los frentes están un poco estancados. No se están dando grandes progresos ni en una dirección ni en otra”, comenta el catedrático. “Rusia juega la carta de resistir, sobre todo hasta que tengan lugar las elecciones presidenciales en Estados Unidos, con la perspectiva de que gane Trump y los ucranianos se vean forzados a negociar”, asevera.