Dos años de guerra en Ucrania: 30.000 víctimas civiles y seis millones de refugiados
- Solo en la región del Donbás se han registrado 30.000 bombardeos y más de 13.000 muertos
- España es el sexto país que acoge a más ucranianos refugiados por el conflicto
Ya han pasado dos años: 730 días desde que Vladímir Putin ordenó bombardear Ucrania; 104 semanas de crisis y destrucción que han dejado al menos 30.000 víctimas civiles, entre muertos y heridos, y seis millones de personas refugiadas, en un país con más de 43 millones de habitantes.
Con el estruendo del primer avión ruso derribado sobre Kiev el 24 de febrero de 2022, la invasión de Rusia, una pretendida operación relámpago, se ha convertido en el mayor conflicto armado en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial y aún está lejos de terminar.
En esta guerra desencadenada en suelo europeo, hasta noviembre de 2023 el recuento de víctimas civiles ucranianas sumaba más de 10.000 muertos -500 niños- y cerca de 19.000 heridos -más de 1.600 niños-, según el último informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR).
O lo que es lo mismo, cada 24 horas 16 civiles mueren y 29 son heridos, y el recuento actual es menos letal que hace un año. Respecto al primer año de guerra, el número de fallecidos se ha reducido un 78% y el de heridos, un 52%.
Los primeros meses de la ofensiva fueron los más mortíferos, con casi 4.200 fallecidos solo en marzo y más de 800 en abril. En el otro extremo, tras un invierno duro, con el frente congelado y escasez de armamento, los últimos meses de 2023 han sido los que han registrado un menor número de víctimas mortales.
Pero, a pesar de haberse reducido considerablemente el número de víctimas, los bombardeos no cesan y Ucrania, que se ha acostumbrado a constantes cortes de suministro de agua y energía, reclama una ayuda occidental (sobre todo procedente de Estados Unidos) que se bloquea y se demora.
Tres provincias del este registran el 65% de las víctimas mortales
Las regiones más castigadas por la guerra han sido desde el principio las provincias de Donetsk y Lugansk, que, a su vez, componen el Donbás y están en la frontera con Rusia. Las tropas rusas, tras ocupar esta macrorregión parcialmente en 2014, se desplegaron por la línea de frente y centraron su ofensiva en estos dos sectores bajo el pretexto de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
En la región de Donetsk han tenido lugar algunos de los enfrentamientos que han marcado el ritmo del conflicto durante meses, como la disputa por Soledar, Bajmut o ahora Avdivka. En esta provincia de menos de un millón de habitantes y algo más grande que la Comunidad Valenciana, 4.600 civiles han perdido la vida -un 47% del total- y otros 8.600 han sido heridos. Al norte del Donbás, en la región de Lugansk, Naciones Unidas cifra en más de 500 los muertos y en casi 800 los heridos.
Otra región que ha sufrido asedios y bombardeos constantes ha sido Járkov, donde la línea de frente se sitúa fundamentalmente en los alrededores de Kúpiansk y Limán y las fuerzas de Moscú han dejado más de 1.200 cadáveres.
La provincia de Jersón, al sur del país y bañada por el Mar Negro, que es clave por su conexión con la península de Crimea -anexionada unilateralmente por Rusia en 2014-, registra más de 800 civiles fallecidos por ataques rusos. Los combates posicionales en este sector son constantes: el río Dniéper lo divide en dos y ambos bandos luchan por hacerse con el control de la otra orilla.
La región de Kiev, a pesar de no estar en la frontera con el país, registra más de 900 víctimas mortales. Según las cifras de Naciones Unidas, 75 civiles perdieron la vida en la capital, que mantiene sus defensas aéreas en constante alerta. Solo tres regiones del oeste permanecerían a día de hoy sin víctimas civiles, según las cifras disponibles: Ternópil, Chernivtsí y Úzhgorod.
Objetivo Donbás: 30.000 bombardeos y más de 13.000 muertos
En estos dos años de contienda, se han sucedido más de 17.000 batallas, con un saldo de casi 35.000 muertos, y más de 70.200 ataques con bombas, que se han cobrado la vida de otras 30.200 personas, según los últimos datos del Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados (ACLED, por sus siglas en inglés).
Aunque todo el país sufre las consecuencias de la guerra, tres de cada cuatro explosiones ocurrieron en las regiones del este de Ucrania. Un 40% de los bombardeos alcanzaron Donetsk, dejando casi 8.800 muertos. Otras 4.300 vidas civiles fueron arrebatadas en Lugansk, con solo un 4% de las explosiones.
Un 17% de los ataques aéreos y bombardeos tuvo como objetivo Járkov y un 13%, Zaporiyia, otra región clave por la presencia de la central nuclear más grande de Europa. Al sur del país, Jersón registró un 10% de los impactos aéreos.
Respecto al primer año de guerra, el ritmo de los bombardeos se mantiene en unos 34.000 al año, pero la cifra de muertos se reduce a la mitad: de 20.000 fallecidos a menos de 9.700. En lo que llevamos de 2024 (datos hasta el 15 de febrero) se han registrado 3.711 explosiones que han provocado la muerte de 1.073 personas.
El mes con más bombardeos fue agosto de 2022 (más de 4.000), y entre junio y septiembre se registraron uno de cada dos ataques aéreos del primer año de guerra (14.800). Ese verano, después de que el Kremlin capturara la totalidad de Lugansk, ambos bandos combatieron por el control de Járkov, antes de que en septiembre Ucrania lanzase una contraofensiva relámpago para recuperar el bastión del este.
Al menos 3,7 millones de desplazados internos y seis millones de refugiados
Las consecuencias de esta guerra, más allá del impacto bélico, se miden también en los casi 10 millones de ucranianos que han abandonado su hogar. Así, una de cada cuatro personas ha buscado refugio en otra región ucraniana o ha emigrado a otro país.
Aunque hay personas que han regresado a su casa, hay en este momento al menos 3,7 millones de personas desplazadas a otras regiones del país, según datos de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de Naciones Unidas. Sin embargo, se estima que la cifra sea mayor, puesto que no se puede saber con exactitud cómo está la situación en las regiones del frente.
El 65% de los desplazados provienen de las regiones del este, las más arrasadas por los combates. Un tercio partieron del Donbás; un 22% dejó Járkov; un 11%, Zaporiyia; y otro 11%, Jersón.
Como lugar de destino, casi un millón de personas -uno de cada cuatro desplazados- eligieron Dnipropetrovsk y Járkov, dos regiones del este próximas a la línea del frente y que también sufren continuos ataques aéreos. Por otro lado, casi 650.000 ucranianos se han desplazado a la provincia de Kiev y más de 300.000 se han refugiado en las regiones más occidentales.
Más de seis millones de personas han huido de Ucrania y se han convertido en refugiados, sobre todo en países de Europa. Según el último informe de ACNUR a partir de las cifras aportadas por los países receptores, una de cada cinco personas se han refugiado en Rusia, otro millón en Alemania y un 16% ha viajado a la vecina Polonia.
República Checa ha acogido a más de 380.000 personas y Reino Unido a más de 250.000. España es el sexto país con más refugiados ucranianos, con cerca de 200.000. Poco más de un 7% del total ha encontrado asilo en Bielorrusia, Eslovaquia, Hungría, Moldavia o Rumanía, que, junto a Alemania y Polonia, comparten frontera con Ucrania, aunque son destinos donde han llegado menos refugiados.