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Ucrania, dos años de guerra (IV)

Ucrania busca soldados, pero hay hombres que intentan evitar el frente: "No quiero combatir, pero me obligan"

  • El Parlamento ucraniano debate las enmiendas a la ley de movilización, que rebajará a 25 años la edad de reclutamiento
  • Según el Gobierno, el Ejército ucraniano necesita 500.000 nuevos reclutas en el frente
  • Guerra Rusia - Ucrania, en directo

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Un mural con la imagen de Oleksandr Khmil, campeón ucraniano sobre hielo y soldado voluntario, en un apartamiento en Kiev
Un mural con la imagen de Oleksandr Khmil, campeón ucraniano sobre hielo y soldado voluntario, en un apartamiento en Kiev AP/Efrem Lukatsky

Artur tiene 40 años y trabaja en el Ayuntamiento de Bucha ayudando a la gente a tramitar documentos. Dos años después del inicio de la guerra, confiesa su mayor temor: “Voy a decir la verdad, tengo muchísimo miedo. Es una guerra muy dura, no como antes. No quisiera ir allí, aunque es cuestión de tiempo”. La ciudad cercana a Kiev se convirtió en un símbolo de los actos de barbarie cometidos por las tropas rusas o, como los llaman los ucranianos, “los orcos”, en febrero de 2022.

Cuando las fuerzas rusas capturaron Bucha, Artur se fue con su familia a una provincia cercana. Su hermano gemelo ha estado combatiendo dos años en el frente y ahora se encuentra en la Brigada Número 53, en la zona de Avdiivka, de donde se retiraron las unidades militares ucranianas recientemente. “Al comienzo de la guerra deseaba alistarme en el Ejército”, admite mientras fuma un cigarro tras otro en una de las principales calles de esta población.

Al igual que Artur, el deseo de miles de ucranianos de luchar contra el enemigo en el campo de batalla se ha ido desvaneciendo a lo largo de los dos años de guerra. Cuando Rusia inició su invasión, los ciudadanos de este país se apresuraron a alistarse para defender Ucrania, pero ahora muchos tratan de evitar ser reclutados.

Las calles de las ciudades y las carreteras están repletas de anuncios en los que militares ucranianos aparecen luchando contra “los orcos” para llamar a la movilización, pero de poco sirve. Altos mandos han confirmado que el Ejército ucraniano tiene dificultades para encontrar nuevos reclutas que enviar al frente, donde, según fuentes del Gobierno de Estados Unidos, han fallecido unos 70.000 soldados. El miedo a ser reclutados y enviados al campo de batalla ha provocado incluso varios ataques a coches y oficinas de reclutamiento.

En un esfuerzo por hacer que el servicio militar sea más aceptable, el Gobierno está revisando su política de reclutamiento.

“A mi juicio, el que no quiera hacerlo no va a combatir de ninguna forma. Hay que tener otra actitud para reclutar a los combatientes. No hay motivos para culpar a las autoridades”, asegura Artur. “No se puede decir que todos los comités de reclutamiento sean malos”, añade.

Los centros de reclutamiento, más agresivos en la búsqueda

Dimitri es uno de los pocos hombres que está haciendo cola junto a uno de los diez centros de reclutamiento que hay en Kiev, edificios rodeados por erizos checos, mallas de camuflaje y varios coches militares.

Salía del metro cuando me dieron la citación. Eso es ilegal”, asegura con enfado. “He venido porque si no bloquean mis tarjetas bancarias y me declara en busca y captura la Policía. No quiero vivir esa situación tan desagradable”, comenta este hombre de 40 años que no tiene hijos. “No quiero ni puedo combatir, pero me obligan a hacerlo”, se queja.

Mientras aumenta la cifra de soldados ucranianos fallecidos en el frente y se estancan los avances en el campo de batalla, los miembros de los comités de reclutamiento se han vuelto cada vez más agresivos en sus esfuerzos para reponer soldados en sus filas. 

Los civiles denuncian incidentes de citaciones de reclutamiento indebidos, comisiones médicas no profesionales y tácticas de movilización coercitiva. Abogados, activistas y ciudadanos afirman que los reclutadores han confiscado pasaportes, han sacado a la fuerza a algunas personas de sus trabajos e incluso, en al menos un caso, han intentado enviar a un ciudadano con discapacidad mental a un entrenamiento militar.

Además, en las redes sociales y en los medios locales se han publicado vídeos de soldados empujando a hombres al interior de vehículos y reteniendo a otros en contra de su voluntad en los centros de reclutamiento.

Este tipo de acciones se está llevando a cabo tanto con aquellos que evaden el servicio militar obligatorio como con hombres que estarían exentos del servicio, lo que demuestra los grandes desafíos a los que se enfrenta el Ejército ucraniano para mantener los niveles de sus tropas en el conflicto.

El ministro del Interior, Igor Klimenko, informó recientemente de que se han abierto al menos 9.000 casos penales por evasión de la movilización en vigor. Aunque, salvo ciertas excepciones, los hombres en edad militar tienen prohibido abandonar Ucrania, solo en Alemania viven actualmente alrededor de 190.000 ucranianos aptos para el servicio militar.

Rusia, con problemas de reclutamiento, pero con más hombres en activo

Una de las ventajas que siempre ha tenido Rusia sobre Ucrania es que ha tenido más mano de obra para el ejército, así como la voluntad de enviar una cifra indefinida de hombres a luchar y morir en el campo de batalla, estuvieran preparados o no.

El Ejército ucraniano cuenta con alrededor de 500.000 militares, de los cuales 200.000 están en activo, según datos de Global Firepower registrados en 2023. Por su parte, las fuerzas armadas de Rusia tienen más de 1,3 millones de hombres en activo, hasta cuatro veces más militares, a los que se suman 250.000 reservistas.

Pero Moscú también está teniendo dificultades para movilizar a los reclutas que necesita y su táctica de enviar a cientos de miles de hombres al frente sin el equipo adecuado, en muchas ocasiones, puede traducirse en miles de bajas diarias.

“Parece que Rusia está más o menos en la misma situación”, comenta a RTVE.es el asesor del Gobierno ucraniano y otros gobiernos extranjeros, Pavlo Kukhta. “Tienen serios problemas de reclutamiento. Está cubriendo los huecos con mercenarios de todo el mundo. Nuestras tropas están capturando a somalíes, cubanos, nepalíes… Están pagando hasta 20.000 dólares para el reclutamiento de gente para el Ejército ruso”, afirma.

“Aun así, están perdiendo a gente rápidamente. El reclutamiento es tan impopular en Rusia como en Ucrania”, añade.

“Sería un error que se aprobara el proyecto de ley sobre movilización”

En un esfuerzo por reforzar las filas, el Gabinete de Ministros de Ucrania ha presentado un nuevo proyecto de ley sobre movilización al Parlamento, la Verjovna Rada. El documento, de 72 páginas, incluye medidas que tienen como objetivo ampliar el grupo de ucranianos elegibles para el reclutamiento -rebajando la edad mínima de 27 a 25 años-, así como castigar de forma más severa a los que lo eviten.

Además, el Gobierno ucraniano está buscando diferentes formas de hacer más aceptable la inscripción en el servicio militar. En este sentido, el Ministerio de Transformación Digital ha ideado un proyecto piloto de “movilización inteligente” para permitir que los propios ucranianos busquen sus roles militares. El Gobierno de Zelenski también ha prometido un salario eficiente y transparente, así como alojamiento garantizado al personal militar.

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“El proyecto de ley que están estudiando en el Parlamento no está bien”, dice Anna, quien espera en la cola de un centro de reclutamiento junto a su hijo Artyom, de 18 años. “Viola las reglas de la convención internacional de derechos humanos. Sería un error que se aprobara esa ley. Los militares deben ser profesionales. El Ejército debe ser profesional y durante décadas se han gastado mucho dinero de los contribuyentes en construir el Ejército. Reclutan a los civiles y eso no es correcto”, opina.

Artyom, que asegura que no iría a combatir si le llamaran a filas, quiere estudiar en la universidad para convertirse en dentista, pero para poder estudiar esta carrera debe formalizar determinados documentos. “Sin ellos no tiene permiso para ir a la universidad. La edad para reclutar empieza a los 25, pero sin este documento no puede matricularse”, detalla su madre.

En Bucha, Artur asegura que la razón por la que en los centros de reclutamiento las colas no son tan largas como al inicio de la guerra a gran escala es que el conflicto está ahora centrado en la zona este del país. “Por una parte, los ucranianos tienen mucho miedo y preferirían volver a la vida tranquila y pacífica, pero si vuelven a atacar el norte, la provincia de Kiev, volverán las colas a los centros de reclutamiento. Recuerda mis palabras”, asegura.