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Entrevista en RTVE

Vadim Karasev, politólogo: "Cuanto más alarguemos la guerra, estaremos más cerca de la derrota de Ucrania"

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Vadim Karasev, politólogo: "Cuanto más alarguemos la guerra, estaremos más cerca de la derrota de Ucrania"
Los participantes sostienen velas y una pancarta que dice "¡detengan las matanzas en Ucrania!", durante una manifestación contra la guerra frente a la Puerta de Brandenburgo, Berlín EPA / CLEMENS BILAN

Vadim Karasev es uno de los politólogos más reputados de Ucrania. Fue asesor del expresidente ucraniano Viktor Yushenko, uno de los líderes de la "revolución naranja", y es director del Instituto de Estrategias Globales de Kiev.

PREGUNTA: Hace unos meses nos dijo que Ucrania corría el riesgo de convertirse en un país de niños, mujeres y viejos; sin hombres adultos. ¿Cómo ve la situación ahora?

RESPUESTA: Por desgracia, sigue yendo por ese camino. Hemos entrado en una guerra de desgaste clásica, según la definición de Helmut von Moltke sobre la guerra de Napoleón en Rusia. Ucrania no podrá derrotar a Rusia y liberar militarmente el territorio ocupado por la anexionada Federación Rusa. Solo es posible si la OTAN entra directamente con un contingente militar, pero eso no va a suceder en esta etapa. Rusia sigue, digamos, eligiendo. Tiene las dos opciones: seguir o parar. Putin ha ofrecido poner fin a la guerra con un acuerdo con Occidente. Pero no va a ceder territorio. Y si falla el diálogo, las fuerzas rusas pueden avanzar en Donetsk y Járkov. Pero para llevar a cabo una gran ofensiva, necesitan otra movilización. Mientras tanto, la guerra está en un punto muerto.

P: ¿Ucrania no puede sostener este tipo de guerra?

R: Recordemos lo que dijo el general Valeri Zaluzhny [ex comandante en jefe de las FFAA de Ucrania]: "Ucrania necesita aviones, munición y, sobre todo, soldados". Pero creo que ni siquiera con estos elementos se resolvería el problema. Ucrania carece de industria militar propia. Y quien sí la tiene, y además recursos naturales y una gran capacidad de movilización, es Rusia. Los medios de Ucrania se están agotando.

P: ¿Qué piensa concretamente de la ley de movilización que discute el Parlamento?

R: Para empezar, no está claro quién ha tomado la iniciativa porque el general Zaluzhny nunca dijo que necesitaba movilizar a 500.000 personas. Los políticos tampoco lo asumen porque saben que la movilización es impopular. En el fondo, nadie quiere asumir la responsabilidad de esta movilización. ¿Por qué? Porque no creen que vaya a tener éxito ni que vaya a conducir a la victoria de Ucrania. Al contrario, saben que supondrá la muerte de miles de ucranianos. Ni siquiera Zelenski asume la propuesta. Sigue diciendo que, con una nueva ofensiva, es posible lograr la liberación de los territorios ocupados, incluida Crimea. Pero esto no es posible ahora y todo el mundo se da cuenta de ello en Europa. Tarde o temprano, en dos o tres meses, la OTAN y Estados Unidos tendrán que decidir qué hacen.

P: ¿No ve ninguna posibilidad militar para Ucrania?

R: El problema es que los recursos de movilización de Rusia son cinco veces mayores que los de Ucrania. Rusia puede movilizar hasta 100.000 personas en edad de reclutamiento al mes, mientras que Ucrania sólo puede llegar a 200.000 personas al año. Y esta es una guerra terrestre, no aérea ni de operaciones especiales. Es una gran guerra entre dos ejércitos terrestres con unos 800.000 hombres en el frente. Ahora los rusos tienen 600.000 hombres y nosotros 400.000. Y ni siquiera con ese refuerzo podríamos ganar. Porque para romper la línea del frente hay que tener una ventaja de tres a uno en soldados y equipamiento, en proyectiles, tanques, artillería, etc.

P: ¿Rusia está jugando con esa ventaja?

R: Putin sugirió que hiciéramos un trato al inicio de la invasión. Pero los líderes ucranianos decidieron que solo valía una victoria militar. Por eso han cambiado recientemente al jefe del Ejército. Zaluhzny se dio cuenta de que la solución militar no era posible en este momento. Y quería salvar al ejército, no lanzarlo a la batalla en este momento y estas condiciones. Pero el presidente y los políticos tienen sus propios planes y siguen con el discurso de la victoria militar.

P: ¿No es posible negociar?

R: Las negociaciones ahora no son posibles porque ya hubo una oportunidad, y se perdió en marzo y abril de 2022 en Estambul. La pregunta que habría que hacerse es para qué tantos muertos. Si no es posible la victoria militar, lo que habría que hacer para conseguir un acuerdo con Putin es reconocer los territorios como ocupados. Además de aceptar la neutralidad, convertirse en un país no alineado y renunciar a integrarse en la OTAN. Pero si llegamos a eso, la gente pedirá explicaciones de por qué hemos perdido a 100.000 personas en el campo de batalla.

P: ¿El dilema podría resolverse con elecciones en Ucrania?

R: Es que no hay elecciones. Ahora mismo están canceladas. Y el gobierno, a partir de marzo, ya no tiene mandato. La legitimidad del gobierno actual está en juego. Luego está la cuestión de asumir la derrota, porque quien lo haga tendrá que asumir las consecuencias. Por eso ponen la esperanzan en Europa y confían en que, en un par de años, Europa será capaz de producir un millón de proyectiles al año. Y además produzca tanques, cañones y demás. Pero yo no tengo grandes esperanzas de que Europa sea capaz de transformar su economía en una máquina de guerra. Si quiere tener una oportunidad, Ucrania debe producir proyectiles, y se puede hacer. Ahora bien, ¿eso aseguraría la victoria? Es dudoso, porque a Rusia la puede ayudar Corea del Norte y China. Y eso llevaría el enfrentamiento a un duelo entre Estados Unidos y China.

P: ¿Todos los caminos están cerrados?

R: En principio, Europa entiende que Estados Unidos va a irse del continente poco a poco. Con Trump será más rápido, pero con Biden, o Harris, o quien sea, se irá igualmente y se preocupará más del Océano Pacífico. Y Rusia se quedará. Por lo tanto, la transición hacia una militarización de Europa sucederá gradualmente. Europa se está preparando para un largo período de confrontación militar con Rusia, pero no para asegurar la victoria de Ucrania, sino para preservar la Unión Europea.

En todo caso, creo que en un mes y medio todo se aclarará, porque las autoridades ucranianas van a tener que tomar decisiones dolorosas. ¿Por qué? Porque todo podría ser peor. Es posible que se pierda territorio. Además, el problema de la legitimidad del gobierno se agudizará en abril, porque el 20 de mayo expira el mandato del actual presidente, y el 28 de agosto expira el mandato del actual parlamento.

No habrá una protesta colectiva organizada, pero existe una oposición interna

P: ¿Ve riesgo de desestabilización política, incluso de un movimiento de militares descontentos?

R: No, y tampoco habrá una protesta colectiva organizada. En primer lugar, en tiempos de guerra, está mal hacerlo porque eso debilita al país y da al enemigo una mejor oportunidad de atacar. Pero hay una oposición interna. Después de todo, cuando la gente huye del reclutamiento, es una forma de votar con los pies: votan contra la guerra, no quieren luchar, no quieren morir en una guerra. De nuevo, creo que eso es lo que entendió Zaluzhny, que un general debe dirigir a los soldados en la lucha, no para morir, sino para ganar. Y precisamente por eso lo cesaron, siguiendo la lógica de que, si no hay cambios positivos en el frente sino, al contrario, Ucrania sigue perdiendo, el descontento crece. Pero el poder político busca la forma de responsabilizar a los militares.

P: ¿Cree que puede haber protestas en el ejército?

R: Sí, puede haber protestas en el ejército. Un ejército que sufre derrotas, que no consigue vencer, es una fuerza peligrosa. Puede mostrar su opinión política. O sencillamente mostrar descontento con los políticos. Y eso es una realidad, porque, de hecho, hay muchas preguntas sin responder desde el punto de vista de la conveniencia militar. ¿Deberíamos haber retenido Bajmut durante nueve meses? ¿Deberíamos haber retenido Avdiivka durante cuatro meses? Desde el punto de vista militar, no tiene sentido estratégico. Lo lógico habría sido mantener a la gente con vida y llevarla a posiciones preparadas para la defensa. Es lo que hicieron los rusos al retirar a un contingente de 40.000 hombres de Jersón. Pero los rusos están haciendo su guerra y no tienen que demostrar a Occidente que saben luchar. Así que pueden actuar únicamente desde el punto de vista de la conveniencia militar y operativa. Aquí, sin embargo, han entendido que también están luchando para la opinión pública española, o alemana, británica o estadounidense. Se dirigen a ellos diciéndoles que Ucrania puede ganar, que puede derrotar a Rusia, a cambio del dinero de sus impuestos.

P: ¿La guerra se está conduciendo por criterios políticos?

R: Hay una gestión militar de la guerra, pero también están entrando decisiones políticas. Y ahora, con la sustitución del general Zaluzhny, lo que ocurre es que Zelenski asume responsabilidad de la dirección de la guerra. El líder político se ha convertido en el comandante de la guerra. Y eso es peligroso en caso de fracaso porque se le culpará a él como comandante en jefe supremo. Mi opinión es que Europa también debe decidir si seguir ayudando o si es necesario empujar a Ucrania a la vía diplomática. La cuestión que debemos tener clara es que, cuanto más alarguemos la guerra, podemos estar más cerca no de la victoria sino de la derrota de Ucrania. Y eso también sería la derrota de la Unión Europea. Por lo tanto, la conclusión es que, si no podemos ganar la guerra, debemos ganar la paz. Y la paz se gana con diplomacia.