Gabriel H. Walta: "Me gusta introducir elementos sobrenaturales en entornos cotidianos"
- El dibujante publica Carretera fantasma, su nueva serie junto al guionista Jeff Lemire
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Tras triunfar en Marvel con cómics tan populares como Magneto, Doctor Extraño y, sobre todo, La Visión, su colaboración con el guionista Tom King que consiguió un Premio Eisner a la Mejor Serie Limitada en 2017 y otro a la Mejor Reedición en 2019, el dibujante Gabriel Hernández Walta (Melilla, 1973) empezó a trabajar con otro de los guionistas del momento, Jeff Lemire (Black Hammer, Essex County). En 2020 crearon la miniserie Sentient, que también fue nominada al Premio Eisner, y ahora nos sorprenden con Carretera fantasma (Astiberri), que ha sido definida como un cruce entre Mad Max: Furia en la carretera y Sandman.
“Antes de irme de Marvel –nos cuenta Gabriel-, contacté con Jeff y, desde entonces no hemos dejado de trabajar nunca. De hecho, el primer proyecto que nos planteamos fue justamente este de Carretera fantasma, aunque en aquel momento no fue posible e hicimos Sentient, que era un encargo. Luego seguí trabajando con él en Barbalien. Planeta rojo (Astiberri) y otras series. Pero este cómic es la culminación del proyecto primigenio que teníamos cuando contactamos por primera vez”.
Un camionero y una joven atrapados en un mundo surrealista
Carretera fantasma cuenta la historia de Dom, un camionero que intenta escapar de su trágico pasado. Una noche presencia un accidente de tráfico, conoce a una joven llamada Birdie y juntos hallan un extraño objeto que les transportará a un mundo surrealista habitado por unos extraños zombis.
“Cuando empezamos a idear este cómic, Jeff me preguntó qué cosas me gustaba dibujar -nos comenta Gabriel-. Es algo habitual en los primeros contactos entre guionista y dibujante. Pero más allá de decirle cosas concretas, como que me gusta dibujar coches o monstruos, le hable del tipo de historias y ambientes que me atraen”.
“Empecé destacando ese ambiente típico norteamericano de la carretera, que no es totalmente campo, pero tampoco ciudad –añade-. Luego me gusta mucho también la presencia de elementos sobrenaturales en un ambiente cotidiano. Así que entre los dos partimos de esa idea”.
Pero… ¿Tiene algo que ver esta historia con el universo de Black Hammer, que Lemire ha desarrollado durante estos últimos años? “En principio no –asegura Gabriel-. A no ser que Jeff tenga algún plan maestro en ese sentido, pero a mí no me ha dicho nada al respecto. Black Hammer era un homenaje a los superhéroes y esto es una historia completamente diferente”.
Los protagonistas y… ¿los zombis?
En cuanto a los protagonistas Gabriel destaca: “Una de las cosas que Jeff hace mejor es definir a los personajes, tanto por sus diálogos como por sus acciones. Y desde el primer número sabemos perfectamente como es Dom, el camionero protagonista. Tanto por como habla con la camarera como por cómo se lanza a la acción de cabeza. Y por como acoge a Birdie, casi como una figura paterna. Me fascina como Jeff define a los personajes con apenas cuatro frases de diálogo y yo intento hacer eso con la fisonomía, con el lenguaje corporal…”.
La otra protagonista es Birdie, a la que Dom protegerá de esa especie de zombis que los acosa. Es un personaje que, al principio, ni siquiera cae bien, porque tiene un comportamiento incluso cobarde. Pero también es más inteligente y educada que Dom. Por eso se complementan muy bien. Ella tiene muchos matices y ahora mismo estoy terminando el número 10 de la serie y la relación entre ambos ha cambiado completamente. Eso es lo bueno de hacer una serie larga, que puedes hacer que los personajes evolucionen de forma natural. Aunque exija un poco más de paciencia al lector”.
En cuanto a los zombis que los acosan prácticamente desde la primera página: “Quería que fueran criaturas humanoides indefinidas –nos cuenta Gabriel-. Lo primero que piensas es que son zombis, pero en realidad no lo son. Son más como gente que no recuerda exactamente lo que es ser una persona. Yo quería que tuvieran una imagen ambigua, vaga… que no tuvieran una fisonomía clara, pero que, a la vez, fueran sólidos. He juntado esas dos ideas. Además, siempre intento que los personajes sean naturalistas, que tengan proporciones realistas, pero en estos personajes busco justo lo contrario”.
“Conforme avance la serie descubriremos el origen de estas criaturas –añade el dibujante-, pero los auténticos misterios irán por otro lado, sobre todo en el segundo arco en el que aparecerán muchos más secundarios que, en principio, terminarán teniendo mucha importancia”.
¿Una mezcla de Mad Max y Sandman?
En la contraportada del libro lo definen como una mezcla de Mad Max y Sandman. Preguntamos a Gabriel qué hay de cierto en esa afirmación: “En Estados Unidos hay mucha costumbre de hacer esas mezclas, de comparar los proyectos con otras cosas cuando se presentan a los editores o se promocionan. Es una forma de obtener cierto impacto previo y de que el lector se haga una idea de por dónde van los tiros”.
“Pero en este caso –continúa Gabriel-, no usamos esas obras como referencia. La principal similitud con Sandman es que Jeff quería recuperar esa estructura de las series de Vértigo que tenían un desarrollo largo. Pero también me hablaba de The Witcher y otras. Digamos que hay una pequeña referencia a esas series, pero también a muchas otras cosas”.
¿Podría ser una de esas cosas la mítica serie La dimensión desconocida? “Me encanta esa serie –confiesa Gabriel-, pero sus capítulos tenían la típica estructura de relato corto de ciencia ficción autoconclusivo y con una paradoja final, algo muy diferente a lo que pretendemos. Aquí yo vería más influencias de David Lynch, sobre todo de sus ambientes y también hay referencias, que Jeff y yo compartimos, a las películas de los hermanos Coen y a cualquier película o novela que se ambiente en la típica Ruta 66”.
“Dibujar el desierto es casi una broma entre los dibujantes”
En los primeros cinco números de la serie, que son los que contiene este tomo, la historia se desarrolla en una carretera del desierto y las típicas estaciones de servicio/restaurantes que lo jalonan.
Preguntamos a Gabriel si ese escenario le resulta más sencillo de dibujar. ”Lo de usar el desierto como escenario es casi una broma entre los dibujantes y cuando vas mal de tiempo realmente es lo más sencillo de hacer, porque no hay edificios ni perspectivas, que para mí es lo más engorroso”.
“A no ser que quieras hacerlo atractivo para el lector –continúa- Entonces tienes que esforzarte, página tras página, para que sea algo visualmente interesante. Pero más allá de eso es como un ambiente muy limpio. Cuando dibujaba me acordaba de los desiertos de Moebius, esos paisajes que eran prácticamente metafísicos”.
“Me atrae mucho ese tipo de atmósfera, cuando vemos una estación de servicio, una persona, solos en el desierto, como si no hubiera nada más en el mundo. Ese tipo de composiciones siempre me ha atraído muchísimo” –concluye Gabriel-.
“Jeff me deja total libertad”
Además de ser uno de los grandes guionistas de la actualidad, Jeff Lemire también dibuja algunas de sus historias más personales como Essex County. Por eso preguntamos a Gabriel si le pasa bocetos o dibujos previos. ”Jeff me da total libertad. Ya hemos colaborado bastante y conoce de sobras mi trabajo y yo conocía el suyo, por lo que es muy fácil acoplarse. En lo que sí se nota que es dibujante es en que el guion es muy visual. Nunca pide demasiadas cosas por viñeta porque sabe que eso dificulta la lectura”.
“He tenido la suerte de trabajar con escritores con mucha formación visual y no me puedo quejar –afirma Gabriel-, porque a veces hay guionistas que te piden cosas que no puedes dibujar en el limitado espacio de una viñeta. Pero tanto con Jeff como con Tom King, cuando hicimos La Visión, conforme avanza el proyecto cada vez me daban menos indicaciones. Lograban ser muy escuetos en sus descripciones, pero también muy precisos”.
“También me pasó con Mike Mignola (Hellboy), que es un dibujante excelente –asegura-. Me dan todos los datos que necesito para saber cómo se desarrolla la historia, pero no me insinúan los encuadres, ni el número de viñetas, ni nada de eso. Tengo completa libertad. Para mí es muy importante en el caso de Carretera fantasma, porque es la primera vez que soy cocreador de un libro desde que hice El bosque de los suicidas (2011), con el Torres”.
¿Fue esa la razón por la que dejó Marvel? “Marvel no es precisamente generosa con los Royalties –nos confiesa-, aunque tienen otro tipo de tratos. Pero para mí, más que el dinero, valoro poder acometer los proyectos de forma personal y tener más capacidad de proponer cosas. Y en Marvel ni siquiera sabía con quién iba a trabajar hasta que no me lo decían. Proponer cambios con personajes de franquicias que existen desde hace 50 o 60 años, es muy complicado. Mientras que en Carretera fantasma puedo proponer que destaquemos más a un personaje que me gusta, que vayamos en una dirección concreta. Con Jeff tengo muchísima libertad para proponer cosas”.
“Disfruto cuando Jordi Bellaire me manda las páginas coloreadas”
Gabriel destaca la importancia del color de Jordi Bellaire para la historia: “Trabajamos juntos, por primera vez, en Magneto y, desde entonces, siempre que no me puedo colorear yo mismo confío en ella. Es algo muy fluído. Tenemos una conversación previa de cómo imaginaba este mundo desértico e hice algunos bocetos a color. Pero luego, al igual que Jeff me da completa libertad, yo tengo una confianza ciega en Jordie, porque es una profesional talentosa y de reconocido prestigio, y me limito a disfrutar cuando me envía las páginas coloreadas”.
Gabriel también nos ha contado que esta puede ser su serie más larga y ambiciosa: “Sí, no recuerdo cuantos números hice de Magneto, pero en principio tenemos historia para unos 50 números, aunque creemos que con 20 o 25 también podría quedar estupendamente. Ahora tengo los guiones de los números 11 y 12. Y en ese último hay un sorprendente giro de timón, por lo que estoy deseando hincarle el diente”.
Así que, de momento, Gabriel se va a centrar en este proyecto: “Ahora consume todo mi tiempo y he tenido que rechazar varias propuestas. Quizá hagamos un pequeño descanso entre los arcos tercero y cuarto y me pueda plantear dibujar algún número suelto con otro guionista”
Pero, de momento, Gabriel H. Walta y Jeff Lemire nos invitan a seguir recorriendo esta Carretera fantasma en la que cualquier cosa es posible.
Por cierto, la estupenda traducción del cómic es de Santiago García.