Realidad virtual y personas mayores: un puente tecnológico para volver a conectar con lo cotidiano
- Las gafas de realidad virtual se cuelan en las residencias de España como una herramienta terapéutica y de ocio
- La inteligencia artificial abre un futuro en el que estos dispositivos estén más conectados con la realidad
"Nunca nos hubiéramos imaginado un futuro tan tecnológico y tampoco que llegaríamos a utilizar estos cachivaches", comenta riéndose Florentina mientras señala las gafas de realidad virtual que están encima de la mesa. Esta risueña jubilada vive junto con María Luisa e Isabel en Amavir El Balconcillo, una acogedora residencia a las afueras de Guadalajara. Sin embargo, esta presenta algo especial, ya que la tecnología ha logrado inmiscuirse en cada recoveco del centro, que cuenta con un programa centrado en la tecnologización de sus residentes.
Aquí las tablets, las pantallas interactivas y las gafas de realidad virtual forman parte del día a día, convirtiéndose en armas sociales para recuperar la conexión con lo cotidiano, pero a la vez como un vehículo para poder viajar a lugares recónditos o ejercitar el cerebro con actividades terapéuticas.
"Me sentí como la primera vez que fui al acuario de Valencia. Rememoré la imagen de mis hijas sorprendidas al ver tantos peces nadando por encima o a mi marido haciendo fotos", relata Florentina, quien siempre ha destacado por su gran vivacidad.
Este centro utiliza desde octubre la realidad virtual gracias a una colaboración entre la Junta de Castilla-La Mancha y la empresa tecnológica Oroi. "Fue todo un desafío al principio porque ni nosotros sabíamos cómo se manejaban o las aplicaciones que podían llegar a tener", confiesa la directora del centro, Marta Lisbona.
Una primera toma de contacto difícil
Según el nivel de dependencia cognitiva, los residentes comparten espacio en una de las tres plantas que conforman el centro. En la tercera planta, donde conviven Florentina, María Luisa e Isabel, se dedican a actividades terapéuticas relacionadas con la memoria, la atención y el lenguaje. En cambio, el progreso en la primera planta, donde las personas mayores muestran un deterioro cognitivo más severo, ha sido más lento. "Para ellos tiene que ser algo más tranquilo y con imágenes muy claras, lo que nos lleva a hacer un uso más frecuente de la pantalla interactiva", detalla Virginia Márquez, una de las terapeutas ocupacionales del centro.
Que nos tapen los ojos no suele ser una experiencia placentera, y esto puede ser especialmente cierto para las personas de edad avanzada, para quienes la vista reviste una importancia vital. Isabel dudó al enfrentarse por primera vez a la perspectiva de usar las gafas. "Me asustaba porque temía que me causaran mareos", rememora. Esta toledana padece de un deterioro visual que le ha infundido una profunda inseguridad al desplazarse. Ahora, afirma que estas tecnologías le permiten continuar explorando entornos sin tener que angustiarse por sufrir una caída o tropezarse en el camino.
Las sesiones terapéuticas colectivas con las gafas se llevan a cabo semanalmente. Mientras uno de los participantes se sumerge en la experiencia visual controlando lo que quiere ver por medio de un mando, los demás pueden igualmente participar a través de las tabletas. "A menudo se quedan estáticos porque piensan que van a ver pasar un objeto o algo", comenta Márquez, quien les proporciona orientación constante para saber lo que están viendo y sintiendo. Además, los dispositivos disponen de audios incorporados que funcionan como guías turísticos.
Volver a conectar con lo cotidiano por medio de la tecnología
"Hemos logrado que numerosas personas que anteriormente se mantenían aisladas ahora se acerquen a participar en las actividades. Son los más atrevidos quienes terminan irradiando esa energía contagiosa y curiosidad al resto", agrega la terapeuta. María Luisa quedó tan asombrada por la experiencia de Florentina en el acuario que quiso vivirla por sí misma. "Al atravesar el túnel, sentía como si estuviera inmersa en un sueño", comparte con alegría. Dado que nunca tuvo la oportunidad de irse de vacaciones, sus horizontes quedaron limitados a su Guadalajara natal y a Madrid, donde trabajó durante varios años. Tras haberlas usado, no dudaría en volver a hacerlo.
“"Sentía como si estuviera inmersa en un sueño"“
Además de sumergirse en las lentes de VR, los residentes, que se consideran vecinos entre sí, también hacen un uso diario de las pantallas interactivas. Por medio de una serie de cartones que simulan dinero y una frutería virtual, Isabel puede continuar haciendo sus compras. Además, ellos pueden ajustar los precios y, en muchas ocasiones, se observa cómo regatean para obtener la mejor oferta", añade Virginia.
La creación de jarrones de cerámica virtuales también ha tenido una buena acogida. "Este tipo de actividades permiten fomentar la creatividad, la atención y la destreza manual, además de estimular la capacidad de tomar decisiones", explica la terapeuta. Posteriormente, los habitantes de esta residencia pueden vender los productos terminados para adquirir nuevos materiales.
Cada vez más empresas desean explorar este nicho
Las situaciones de soledad, particularmente acentuadas en este estrato de la población, pueden desembocar en un aislamiento social, provocando una amalgama de emociones que van desde la melancolía hasta el temor, e incluso desencadenar la aparición de problemas de salud mental como la depresión o neurodegenerativos, según confirman varios estudios. En este centro se defiende el contacto humano como pieza clave para la salud tanto física como mental y se emplea la tecnología como medio para fomentarlo.
"Buscamos formas innovadoras de ocupar el tiempo de los residentes, estimulándolos a interactuar entre sí. Por ejemplo, durante las sesiones de terapia con las gafas se observa cómo se retroalimentan mutuamente, compartiendo impresiones y evocando recuerdos", describe la directora del centro.
En esta línea, la idea preconcebida de que las nuevas tecnologías son exclusivas para las generaciones jóvenes está cambiando con el tiempo. Cada vez más empresas emergentes como Oroi o Virtual Voyagers se esfuerzan por democratizar su acceso. "Que sea intuitiva es un punto a favor. Se ha demostrado que las personas mayores comprenden mejor estas tecnologías que las convencionales, como es el caso del móvil o un ordenador", destaca el CEO de Virtual Voyagers, Edgar Martín-Blas.
En su caso, Oroi está desarrollando tres aplicaciones de realidad virtual con un enfoque terapéutico: una para estimular cognitivamente, otra para generar bienestar reviviendo lugares significativos en la vida del usuario, y una tercera centrada en el ejercicio motriz con pedales conectados a las gafas. Según el co-CEO de la empresa, Iñaki Aramburu, el próximo objetivo es llevar estas tecnologías a los hogares para que las personas mayores logren total autonomía, dada la escasa demanda de pedidos individuales en la actualidad.
“ "Las personas mayores comprenden mejor estas tecnologías que las convencionales"“
No obstante, fundaciones como MTP continúan resaltando la necesidad de erradicar la brecha generacional, la cual, si bien ha mostrado mejoras según los últimos datos, persiste de manera más acuciante en los grupos de edad más avanzada. "La disparidad se debe a la falta de familiaridad con la tecnología, la escasez de oportunidades de formación y el acceso restringido a la infraestructura necesaria", defiende el cofundador de la organización, Marcos Manchado. Desde esta entidad abogan por este tipo de iniciativas como una vía para que la población mayor se integre plenamente en el mundo tecnológico.
El futuro pasa por la cercanía con la realidad
Hasta ahora, los dispositivos de la industria XR o extendida (la realidad virtual y aumentada) se enfocaban en desconectar a las personas de su entorno, pero los expertos destacan que el futuro apunta hacia una integración más profunda con la realidad gracias a la llamada Spatial Web.
"Estamos presenciando un cambio en la experiencia del usuario al trasladar la interacción con la información del plano virtual al espacio físico. Por ejemplo, las nuevas gafas de Apple, las Vision Pro, parten del mundo real para luego superponer capas de contenido virtual", explica Martín-Blas. Este especialista destaca los beneficios que estos dispositivos pueden ofrecer a las personas mayores. "Aunque la familia no pueda visitarnos constantemente, con estas gafas podremos ver a nuestros seres queridos de forma hiperrealista en la misma habitación en la que estamos", agrega, "además, podremos revivir recuerdos a través de experiencias volumétricas".
“Apple Vision Pro x Zoom was pretty cool in our monday kickoff with @jinha_io and @petergng.
— Anand Agarawala (@anandx) February 5, 2024
Their avatars look better than they do! pic.twitter.com/sOH3nz5G3I“
Sin embargo, esta nueva realidad parece aún distante para muchos debido al elevado precio de estos dispositivos. Martín-Blas señala que será con el lanzamiento de las próximas gafas de Meta en 2025, que serán "mucho más asequibles", cuando se inicie un proceso de transformación hacia una tecnología más accesible para todos.
Parte de estos avances se deben a la proliferación de la inteligencia artificial en todos los aspectos de nuestra vida, cuyas mejoras, aunque con riesgos, ya se pueden observar. En la residencia, prefieren avanzar aun con cautela antes de permitir la creación de una variedad infinita de escenarios y contenidos gracias a esta tecnología. "Nuestra selección de vídeos y experiencias es aún limitada. Hemos viajado a lugares como Italia o París, pero cada vez más nos solicitan destinos exóticos y remotos que aún no tenemos disponibles", añade la terapeuta.
"Aún vemos estas tecnologías como algo lejano, pero estamos dispuestas a aprender", agrega María Luisa. Ahora bien, estas tres pioneras tienen claro que es necesario establecer unos límites en el consumo y llaman también a la prudencia, en especial a la gente joven. Por el momento, la residencia va a continuar con el programa, ya que están observando una buena acogida, sin embargo, tocará esperar al futuro para poder observar todo el potencial que este tipo de herramientas pueden tener en las personas senior, quienes ya miran con otros ojos hacia una sociedad más tecnológica.