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Francia, a un paso de ser el primer país que incluye el aborto en la Constitución tras aprobarlo en el Senado

  • El próximo 4 de marzo, el texto pasará por el Congreso para su aprobación definitiva
  • "Hemos escrito una página de la historia de los derechos de la mujer", ha asegurado el ministro de Justicia, Éric Dupont-Moretti

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Francia, a un paso de ser el primer país que incluye el aborto en la Constitución
Una pantalla muestra los resultados de la votación de una ley constitucional sobre el aborto durante el debate en el Senado. EFE

El Senado francés ha aprobado este miércoles la inclusión del derecho al aborto en la Constitución, convirtiéndose en el primer país en adoptar la medida.

Por un resultado de 267 votos a favor y 50 en contra, el organismo ha aprobado respaldar el texto que la Asamblea Nacional votó el 30 de enero. La próxima cita entre diputados y senadores será el lunes en Versalles en un Congreso conjunto donde se modificará la Carta Magna y se incluirá esta reforma constitucional. En Francia, el derecho al aborto existe desde 1975 gracias a la ley impulsada por Simone Veil, una figura política clave de la derecha.

Pese a que no goza de mayoría en ninguna de las dos Cámaras, Macron ha logrado sacar adelante esta medida que cuenta con un amplio respaldo popular. "Me comprometí a convertir en irreversible la libertad de las mujeres a recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo inscribiéndola en la Constitución. El Senado ha dado un paso decisivo", ha asegurado el presidente en la red social X.

"Hemos escrito una página de la historia de los derechos de la mujer. Este es un voto histórico. Seremos el primer país del mundo en inscribir en la Constitución esta libertad para las mujeres de disponer de su cuerpo", ha proclamado el ministro de Justicia, Éric Dupont-Moretti, encargado de defender la reforma por parte del Ejecutivo. Aunque ha reconocido que en la actualidad el derecho al aborto no está amenazado en el país, el ministro de Justicia considera "necesario" inscribir el aborto para que "en el futuro ninguna mayoría pueda ponerlo en cuestión". En esta línea, ha recordado los casos de Hungría o Polonia, donde partidos conservadores han restringido el derecho al aborto, advirtiendo que en el futuro puede suceder también en Francia.

Con esta medida será más difícil modificarlo, puesto que será necesaria una mayoría cualificada de tres quintos en el Congreso para volver a modificar la Constitución. Mientras los senadores debatían la reforma, un pequeño grupo de militantes antiaborto se han manifestado a las puertas de la Cámara, donde también se ha concentrado un grupo a favor.

El objetivo del Gobierno francés de garantizar constitucionalmente el aborto se reavivó cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos derogó el derecho federal al aborto en el país en junio de 2022. La decisión otorgó a cada uno de los 50 estados el poder para legislar.

Un momento de paz en medio de la discordia

El presidente ha logrado así un momento de concordia en un mandato en el que está teniendo varias dificultades para sacar adelante sus medidas, con amplia oposición en algunas leyes como la reforma de las pensiones o la ley de inmigración. La reforma constitucional modificará el artículo 34, en el que se inscribirá "la libertad garantizada de la mujer a recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo".

En la versión del texto aprobado el pasado 30 de enero, la Asamblea Nacional respaldó la "libertad garantizada" de las mujeres a abortar, con una abrumadora mayoría de 493 votos contra 30. Dicha definición fue elegida por el Ejecutivo del presidente francés frente a la preferencia de la izquierda por "derecho garantizado" con el fin de facilitar el apoyo del Senado. Algunas voces conservadoras habían introducido enmiendas al texto, pero no han salido adelante. Como ejemplo, el presidente del grupo mayoritario del partido conservador de Los Republicanos (LR), Bruno Retailleau, es partidario de incluir en la Constitución el derecho a la cláusula de conciencia del personal médico respecto a los abortos.

Finalmente, la oposición de izquierdas ha abrazado el texto con entusiasmo y la derecha no se ha opuesto.