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Veinte años del 11M

  • Murieron 192 personas y casi dos mil resultaron heridas en el peor atentado en Europa en el siglo XXI
  • Explotaron diez bombas simultáneamente en cuatro puntos diferentes del tren de cercanías de Madrid
  • RTVE Play estrena este domingo 11M, 20 años y el lunes a las 21:25 horas en La 1

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En portada - 11M, 20 años

“El 11 de marzo de 2004 yo estaba en ese tren. Pero podía haber estado cualquiera, cualquiera, porque en el tren había nacionalidades diferentes, trabajadores y gente que iba a estudiar, que iba a Madrid de compras. Me tocó a mí y le podía haber tocado a cualquiera”. Para Dori Majali era su tercer día en un nuevo trabajo.

“De repente lo que vi fue una luz súper cegadora y después mi cuerpo que yo no era capaz de controlarlo, que se estaba moviendo, pero yo no podía controlarlo”. Cuando abrió los ojos y vio aquel desastre, lo último que a Dori se le pasó por la cabeza fue que hubiera sufrido un atentado terrorista, en Madrid, en una estación de trenes de cercanías que utilizaban a diario miles de personas.

Dori en primer plano con el andén de una estación de tren a su espalda.

Dori Majali estudió Derecho después del atentado. EN PORTADA

11M, 20 años

Han pasado veinte años y Dori ha vuelto a subirse a un tren; también Ángel y Antonio. Los tres son supervivientes de aquel atentado y protagonistas del documental del programa En Portada “11M, 20 años”. Sus testimonios son parte del hilo conductor de este trabajo en el que se cuenta cómo el atentado transformó sus vidas, cómo se desarrollaron políticamente los tres días siguientes a esta tragedia, cómo fue el juicio que se celebró tres años después y los cambios que se produjeron en la política antiterrorista en España.

No ha habido desde hace veinte años un 11 de marzo que cada año no haya estado triste

“No ha habido desde hace veinte años un 11 de marzo que cada año no haya estado triste, con ganas de llorar, con el estómago revuelto, sin muchas ganas de hacer nada” así es cómo se siente Dori Majali, al recordar ese día. Para Antonio Miguel Utrera “hay un pequeño dolor siempre bajo la palabra jueves”. Ángel Oña confiesa que “Siempre, siempre, todos los días, todos los días, tiene una imagen de aquello”.

Supervivientes con mayúsculas

Antonio lee un libro sentado en una librería con estanterías detrás y una cristalera con vistas a la calle.

Antonio Miguel Utrera estudiaba primero de Historia cuando sufrió el atentado. EMILIA AYALA

Antonio estaba en primer año de Historia y Ángel llevaba años cogiendo el mismo tren en la misma estación a la misma hora. “Era imposible que me escapase, y me tocó”, asegura Ángel, que iba en el mismo vagón que Dori y a la que salvó la vida, le hizo un torniquete para que no se desangrara y estuvo con ella hasta que llegaron los médicos de SAMUR.

Ni a Dori, ni a Ángel ni a Antonio les gusta la palabra víctima. Ellos se sienten más supervivientes. “No me gusta lo de víctima ¿sabes? No sé desarrollarlo con exactitud, pero no me gusta lo de víctima, asegura Ángel, que se siente “superviviente con mayúsculas.”

Antonio se define como doble víctima. El atentado le dejó secuelas de por vida y además “yo era amigo de Angélica González que tenía toda la vida por delante y que fue asesinada en uno de los trenes. No es solo haber perdido a una persona querida, sino haberla perdido a los 18 años. Es el dolor más grande que yo he vivido realmente”.

Entre el 11 y el 14 de marzo de 2004

“El terrorismo lo que quiere es infundir miedo, crear sociedades inseguras, imponer criterios e ideas por la fuerza, es la antidemocracia, es la destrucción de la democracia. Tenemos que tener mucho cuidado al interrogarnos sobre el porqué de los atentados terroristas por una razón, porque nunca hay un porqué que sea mínimamente válido desde el punto de vista ético, moral, cívico o democrático”. Esta es un razonamiento de José Antonio Zarzalejos, director del diario ABC en 2004, con el que analizamos en este En Portada lo que ocurrió, informativamente hablando, entre el 11 y el 14 de marzo.

Nunca hay un porqué que sea mínimamente válido desde el punto de vista ético, moral, cívico o democrático

ETA fue -durante las primeras horas- la banda terrorista hacia la que todo el mundo miró ese 11 de marzo de 2004. Un atentado en cuatro puntos diferentes de la red de cercanías de Madrid, cerca de la estación de Atocha, en el que explosionaron diez bombas.

El documental 11M, 20 años hace un recorrido pormenorizado de lo que ocurre entre el día del atentado y el domingo 14 de marzo, que se celebran elecciones generales. Especialmente en las declaraciones hechas por el presidente del gobierno, José María Aznar y el ministro del Interior, Ángel Acebes, declaraciones en las que no se abandona la tesis de la autoría de ETA, aunque también se abre una nueva línea de investigación cuando aparecen nuevas pistas que apuntan a un atentado cometido por una célula yihadista.

Veinte años después hemos contactado con ambos –como máximos responsables políticos en aquel momento- para que nos contaran como vivieron aquellos días, pero declinaron participar en el documental.

Exijamos a ETA que de una vez y para siempre desaparezca de nuestras vidas

El lehendakari Juan José Ibarretxe fue de los primeros políticos que acusó a la banda terrorista cuando dijo “Exijamos a ETA que de una vez y para siempre desaparezca de nuestras vidas”. No pasó ni una hora cuando Arnaldo Otegi, en ese momento portavoz de la izquierda abertzale aseguró que “Ni por los objetivos, ni por el modus operandi, se puede afirmar hoy que ETA esté detrás de lo que ha ocurrido en Madrid”.

Para José Antonio Zarzalejos “si era ETA parece que el gobierno había acertado absolutamente en todos sus pronósticos, si no era ETA y eran los yihadistas, la izquierda podía vincular el atentado a las decisiones del gobierno de colaboración con los Estados Unidos en la invasión de Irak”.

Bomberos junto a uno de los trenes en los que explotaron varios artefactos.

Así quedó uno de los trenes tras el atentado del 11M. ARCHIVO TVE

La autoría yihadista se consolida

El mismo día 11 se halla, en la furgoneta que utilizaron los terroristas, una cinta con versículos del Corán, después se localiza un teléfono móvil en una de las mochilas que no explosionaron; este teléfono conduce a la policía hasta un locutorio en el barrio madrileño de Lavapiés regenteado por marroquíes… El día 12 se detiene a tres ciudadanos de nacionalidad marroquí y el 13 hay una reivindicación del portavoz militar de Al Qaeda en Europa, Abu Dujan Al Afgani.

La autoría yihadista se consolida pero el gobierno de José María Aznar seguía insistiendo en que ETA tenía algo que ver en lo ocurrido en Atocha y así se llega al 14 de marzo de 2004. “El Partido Popular -argumenta José Antonio Zarzalejos- ¿iba a ganar las elecciones?, probablemente sí. ¿Las perdió por la gestión que se produjo en aquellos días y por la ebullición de la izquierda? Desde luego".

Todo se centró en controlar a ETA, no se controlaba para nada el yihadismo

Para el presidente del tribunal del juicio del 11M, Javier Gómez Bermúdez “la alerta que teníamos de terrorismo en esas fechas era contra ETA. Todo se centró en controlar a ETA, no se controlaba para nada el yihadismo, por eso ocurrieron también los atentados”.

“Nos hemos sentido utilizados” comenta Dori Majali, que cuando se recuperó de las heridas que sufrió en el atentado comenzó a estudiar derecho y ahora ejerce como abogada. “Yo creo que lo que ocurrió los días siguientes al 11 de marzo fue evidente que se hizo una instrumentalización de las víctimas” y añade que “incluso a día de hoy se nos sigue utilizando”.

Hoy, veinte años después de este terrible atentado, esta es la reflexión que hace José Antonio Zarzalejos: “atribuyo al 11M no solamente la esquela terrible de los asesinatos, sino también la ruptura que provocó entre los dos grandes partidos, que yo creo que desde entonces no se ha restaurado, sino al contrario se ha ahondado”.

La verdad judicial del 11M

Tres años después del atentado se celebra el juicio. Comienza el 15 de febrero de 2007 y queda visto para sentencia el 2 de julio de ese mismo año. Se sientan en el banquillo 29 acusados. 25 son condenados a distintos tipos de penas. Tres de ellos, Emilio Suárez Trashorras, Jamal Zougam y Otman el Gnaoui seguirán en prisión hasta 2044.

Un grupo de personas sentadas tras un cristal con caras de circunstancias.

Tres de los condenados seguirán en prisión hasta 2044. ARCHIVO TVE

Para analizar esta parte, el documental 11M, 20 años entrevista al presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez “España estaba dividida. Había dos opiniones sobre lo que había ocurrido el 11 de marzo del 2004 y quién estaba detrás” y al fiscal jefe en el juicio, Javier Zaragoza. “Siempre puedes pensar que queda algo por saber, pero yo creo que la investigación judicial pues reflejó la realidad de lo ocurrido”, declara el fiscal.

Se sabe lo que ha ocurrido y se sabe lo que no ha ocurrido

“Se sabe lo que ha ocurrido y se sabe lo que no ha ocurrido, y aquí lo que no ha ocurrido, por ejemplo, es que ETA tuviera algo que ver. Eso no ha ocurrido. Es mentira y está archiprobado”, confirma Gómez Bermúdez. Y añade que él estaba obsesionado con tener un tribunal conservador, como así fue, para que nadie le pudiera acusar que la sentencia se había dictado dejándose llevar por “cuestiones ideológicas.”

El fiscal Javier Zaragoza insistió varias veces en su entrevista en que el juicio fue pionero y que sorprendimos a otros países al conseguir celebrarlo. “Yo creo que fue en el 2008-2009 hice una visita a la Fiscalía de Manhattan y ellos observaban sobre todo sorprendidos cómo habíamos podido llevar a juicio un atentado como el del 11 de marzo en tan poco tiempo".

En poco más de cuatro años se hace la investigación, se celebra el juicio, se dicta la sentencia por parte del tribunal competente y se dicta la sentencia por el Tribunal Supremo en recurso de casación. Estábamos preparados por toda nuestra experiencia en la lucha contra ETA.

Por los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos nunca ha habido un juicio. Y por la mayor parte de los atentados que se han cometido en Europa, salvo quizá Francia, que también tiene una mayor experiencia en esos temas, pues no ha habido juicios.

Para Antonio Miguel Utrera “se hizo lo que se pudo y se hizo bien, sabiendo también los límites de la justicia”. Pero no todas las víctimas opinan lo mismo. Dori Majali en el documental nos comenta que “la sentencia no es suficiente para las víctimas” y para ella todavía hoy “nadie nos ha dicho quién lo financió, que es básico, ni quién dio la orden”.

El antes y el después del 11M

El 11M también supuso un descubrimiento para una gran parte de la sociedad española y es que el de ETA no era el único terrorismo que nos amenazaba. “La consecuencia principal del 11M fue el cambio de enfoque en la política antiterrorista, sostiene el fiscal Javier Zaragoza, “actuamos antes en lugar de esperar a que se cometieran atentados. De esa manera se han evitado muchos atentados y esa es la clave de la política antiterrorista en estos momentos, particularmente en relación con el yihadismo”.

La consecuencia principal del 11M fue el cambio de enfoque en la política antiterrorista

Para los supervivientes del 11M ese antes y después está marcado con muchas horas de trabajo psicológico, el paso del tiempo y nuevas experiencias que se van añadiendo a sus vidas y que no tienen nada que ver con el atentado.

Antonio asegura que a él la literatura le salvó la vida, “el hecho de escribir, la escritura, creo que es una herramienta de supervivencia. No vivimos en un museo. El atentado deja de ser tan importante en tu vida porque va sumando días a tu vida y te van pasando cosas”.

Puedo seguir adelante y estoy viva y me encuentro bien

Dori Majali tuvo otro hijo, se divorció dos veces, y como ya hemos contado, estudió Derecho y se hizo abogada. Ella ha pasado por más de veinte operaciones y cada cierto tiempo viaja a Barcelona para hacerse una nueva prótesis para su pierna. “Con dificultades y a veces otra vez con la silla de ruedas y el bajón, pero puedo seguir adelante y estoy viva y me encuentro bien. Tengo una vida independiente, soy autónoma. Eso me hace muy muy feliz, insisto con momentos, pero muy feliz.

Ángel, cada vez que utiliza el tren hace un revisión a todo lo que le rodea, por si ve alguna mochila sospechosa. Todos los días atraviesan su cabeza imágenes de destrucción, pero “continúas, sigues trabajando, sigues tomándote la cañita y la vida continúa.”