Bruselas propone su estrategia en defensa: mayor gasto, aumento de compras conjuntas y ventajas fiscales
- La financiación será de 1.500 millones de euros y se aplicará entre 2025 y 2027
- "La UE debe impulsar sus capacidades defensivas", señalan representantes de la organización
La Comisión Europea (CE) ha propuesto impulsar su industria de defensa al incrementar su gasto, la producción mediante compras conjuntas de varios Estados miembros y la aplicación ventajas fiscales como la exención del IVA.
La financiación, de 1.500 millones de euros, procederá del presupuesto de la Unión Europea y se aplicará entre 2025 y 2027.
Adjunto al estímulo industrial, la Comisión ha estudiado aplicar incentivos para fomentar inversiones colaborativas de los Estados europeos, incluido el desarrollo de equipamiento militar.
Con el fin de mejorar la preparación militar de la Unión Europea ante amenazas externas, la Comisión ha presentado dicha iniciativa a través de dos nuevos instrumentos: una Estrategia Industrial Europea de Defensa (EDIS) y un Programa Europeo Industrial de Defensa (EDIP).
"Como respuesta a la agresión de Rusia contra Ucrania, la Unión Europea debe impulsar sus capacidades defensivas, desplazándonos de un estado de emergencia a una estrategia planificada que haga nuestra industria de defensa más fuerte y capaz de asegurar nuestra seguridad colectiva", ha señalado el alto representante para Asuntos Exteriores y Seguridad, Josep Borrell, durante el anuncio de la iniciativa.
El nuevo programa invita a los Estados miembros de la UE a adquirir al menos el 40% de su equipo de defensa de forma conjunta para 2030, así como que el comercio intraeuropeo en este sector represente el 35%. Ninguna de estas medidas son vinculantes, por lo que su cumplimiento es meramente orientativo.
La Comisión ha recalcado las palabras pronunciadas días atrás por su presidenta, Úrsula Von der Leyen al proponer el uso de una parte de los beneficios sobre los activos rusos congelados para financiar la compras de armas para ayudar a Ucrania.
Von der Leyen ya adelantó que la estrategia europea para el futuro próximo pasaría por priorizar la compra conjunta de material militar, "tal y como se ha hecho con éxito con las vacunas o la compra de gas", señalaba.
La medida anunciada no es una novedad en el marco de seguridad en el que se ubica la UE. La organización no ha dejado de incrementar su presupuesto desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. En dicho año, el Fondo Europeo de Densa invirtió 1.900 millones de euros exclusivamente en actividades de I+D orientadas a la industria armamentística.
Europa ante la amenaza rusa
La Unión Europea mira con preocupación su estrategia defensiva ante las próximas elecciones estadounidenses de noviembre y la posibilidad de que Donald Trump sea elegido como futuro presidente del país norteamericano. El pasado febrero, en un mitin en Carolina del Sur, Trump señaló que "no protegería a un país de la OTAN" de una invasión Rusia si no dedicaba al menos un 2% de su PIB en Defensa. "De hecho, les animaría [a Rusia] a que hicieran lo que les diera la gana", sentenció.
A pesar de las palabras del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, sobre cómo Europa "no puede defenderse sola" y necesita de sus aliados, los países de la UE se han mostrado cada vez más proclives a promover iniciativas propias de defensa que les evite depender en exceso de los Estados Unidos.
La semana pasada, durante una conferencia de paz en Ucrania en París, el presidente francés, Emmanuel Macron, habló sobre un eventual envío de tropas europeas a Kiev. Aunque en su momento el mandatario ya advirtió que aún "no había consenso" en ese sentido, además de provocar la rápida oposición de varios países europeos, representa un nuevo intento europeo por posicionarse de forma independiente a la actual amenaza rusa.
La Comisión ha dejado claro que los fondos comunitarios usados en la propuesta actual no se van a utilizar para adquirir armas, sino para mejorar la base industrial y tecnológica de defensa la UE, y que las propuestas van en línea con los tratados europeos sin inmiscuirse en las competencias de los Estados.