El BCE mantiene los tipos de interés en el 4,5% aunque rebaja sus previsiones de inflación
- Prevé que la inflación de la eurozona cierre este año en el 2,3%, para bajar hasta el objetivo de estabilidad del 2% en 2025
- También estima un menor crecimiento de la economía del euro, que repuntará un 0,6% en 2024 y un 1,5% en 2025
La bajada de tipos de interés tendrá que esperar. El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves que el precio del dinero se mantenga en niveles máximos del 4,5% por cuarta vez consecutiva, pese a la caída de la inflación en la eurozona en los últimos meses y la revisión a la baja de las expectativas económicas.
La segunda cita del año en Fráncfort (Alemania) ha traído pocas novedades: el supervisor sigue insistiendo en que los tipos de interés oficiales seguirán "en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario", pese a las voces que prevén una rebaja a partir del mes de junio. Aunque señala avances respecto a la inflación: "Desde la última reunión, celebrada en enero, ha seguido reduciéndose" y ya se sitúa en el 2,6%, tras bajar dos décimas en febrero.
Esto podría significar una rebaja de tipos a corto plazo, aunque la presidenta del organismo, Christine Lagarde, sigue sin confirmarlo: "No hemos discutido recortes de tipos en esta reunión", ha puntualizado en una rueda de prensa posterior al encuentro, asegurando que necesitan "más información" sobre el avance de la inflación para llevar a cabo ese objetivo.
En consecuencia, tras la reunión del Consejo de Gobierno, el tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito se mantienen en el 4,5%, el 4,75% y el 4%, respectivamente.
No tiene "suficiente confianza" en la evolución de la inflación
En la reunión del Consejo de Gobierno, el BCE también ha actualizado sus previsiones macroeconómicas. Por un lado, el organismo ha decidido revisar a la baja las perspectivas de inflación para 2024 por "una menor contribución de los precios de la energía", situando el IPC de la eurozona en el 2,3% en 2024. No será hasta 2025 cuando se sitúe en el 2%, llegando al objetivo de estabilidad que se marca a medio plazo; para bajar al 1,9% en 2026.
Aunque se mantiene en alerta. Y es que la propia Lagarde ha confirmado que el organismo aun no tiene "suficiente confianza" en la evolución de la inflación.
"La mayoría de los indicadores de la inflación subyacente han continuado descendiendo, pero las presiones inflacionistas internas siguen siendo intensas, debido en parte al fuerte crecimiento de los salarios", advertía previamente el BCE en un comunicado, a lo que se une la incertidumbre sobre el contexto internacional, con los efectos de la invasión rusa en Ucrania y las consecuencias de la guerra en Gaza en el horizonte.
Cabe recordar que la del pasado año fue la subida más intensa registrada en la historia de la política monetaria común. Pero también la más rápida: el precio del dinero pasó del 0% en junio de 2022 al 4,5% en septiembre de 2023. Está solo a 25 puntos básicos de alcanzar el máximo registrado en octubre del año 2000.
Esto ha hecho mella también en el mercado de la vivienda. El euríbor -principal indicador hipotecario en España- subió por primera vez en tres meses y cerró febrero en el entorno del 3,67%, ligeramente por encima del 3,609% que registró en enero. Así, alguien que tenga contratada una hipoteca variable de 150.000 euros con un plazo de vencimiento de 30 años, un diferencial del 1% y deba revisar su tipo de interés en el mes de febrero, verá subir su cuota hipotecaria en unos 11 euros al mes.
Recorta hasta el 0,6% el crecimiento de la eurozona en 2024
El endurecimiento de la política monetaria también está teniendo consecuencias para la economía. En este caso, negativas: el PIB de la zona del euro se estancó en el cuarto trimestre del 2023, con una tasa de crecimiento del 0%, si bien esquivó la recesión técnica tras el descenso del 0,1% observado entre julio y septiembre del mismo año.
Por todo ello, el organismo ha decidido revisar a la baja sus proyecciones sobre el Producto Interior Bruto (PIB), estimando un crecimiento del 0,6% en 2024, dos décimas menos que en diciembre. "Y se espera que la actividad económica se mantenga moderada a corto plazo", ha confirmado el organismo.
Más adelante, los expertos del BCE prevén que la economía se recupere y crezca al 1,5% en 2025 y al 1,6% en 2026, respaldada inicialmente por el consumo y después también por la inversión, apunta el organismo.