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La reinvención de unas monjas de clausura en Sevilla: convierten su convento en un apartamento turístico

  • Cada uno de los cuatro apartamentos de este edificio del siglo XVI cuenta con su propia historia
  • La gestión de las estancias las lleva una empresa privada que paga un alquiler a las hermanas

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Monjas de clausura convierten su convento en apartamentos turísticos

Monjas de clausura y apartamentos turísticos son dos conceptos que, aparentemente, no casan demasiado. Pero 18 religiosas de Sevilla han visto ahí una oportunidad para evitar el cierre del convento y han abierto las puertas de su convento a los turistas, que ahora tienen cuatro alojamientos dentro de este edificio del siglo XVI.

Los apartamentos tienen una o varias habitaciones y llegan a incluir salón, baño e incluso terraza. Además, cada estancia cuenta con su propia historia. Según cuenta a TVE el administrador de los apartamentos, Javier Bernal, uno de ellos era donde vivía el sacristán con su familia, que "tenía muchos hijos", y otro era antes el palomar.

La vida en comunidad de las monjas de clausura no se altera, ya que no se ocupan de las reservas. La gestión la lleva una empresa privada, que tiene un contrato de alquiler firmado con las hermanas para administrar la propiedad.

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De momento, las monjas aún están pagando la inversión realizada. Pero, según las previsiones de la empresa administradora, pronto recogerán los frutos, ya que "en Sevilla lo que ocurre es que ya llega un punto en el que se tiene una ocupación los doce meses del año", en palabras de Bernal. De momento, parece agradar a los clientes. Marietta, que fue desde Holanda en busca de un espacio tranquilo para dormir en paz, comentó a su salida que ya era una "aficionada".

De bisutería a cocina japonesa, otras formas de reinventarse

Oración y trabajo es la razón de ser de la vida contemplativa de las monjas de clausura, pero no son tiempos fáciles y hasta ellas tienen que reinventarse. Y es que la venta de dulces ya no cubre todas las necesidades económicas y es hora de buscar nuevas formas de negocio. Por eso, las Comendadoras del Espíritu Santo de El Puerto de Santa María montan bisutería o bordan ropa para bebés. En Granada, las carmelitas del Realejo se pasaron a la cocina japonesa y el sushi es su plato estrella.