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La OCDE prevé un descenso de más de cinco puntos de la deuda de España, que sigue a la cabeza en endeudamiento

  • Las emisiones de deuda soberana total superarán el récord de 2020 por la refinanciación de los bonos que vencen
  • El volumen global se ha más que duplicado desde 2008 y alcanzará los 56 billones de dólares este año

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La silueta de Europa en un billete de 50 euros, en una imagen de archivo
La silueta de Europa en un billete de 50 euros, en una imagen de archivo

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) prevé un descenso de más de cinco puntos porcentuales de la deuda de España en relación con el producto interior bruto (PIB) este año, si bien el país continúa a la cabeza en el ratio de endeudamiento, solo por detrás de Japón, Italia, Estados Unidos y Reino Unido, en ese orden.

El informe sobre la deuda mundial 2024, publicado este miércoles, señala que Japón, Portugal y España serán los países que más reduzcan su deuda entre los 38 que componen el organismo internacional.

Además, se espera que las emisiones de deuda soberana alcancen en 2024 el récord de 2020, al llegar a los 15,8 billones de dólares, frente a los 15,4 billones del año de la pandemia que supuso una movilización masiva del gasto público por los Estados. La cifra, según la OCDE, supondrá un incremento en términos reales de casi un 45 % respecto a 2019 y del 25 % si se compara con 2022.

Este incremento de las emisiones se debe a que los Estados deben refinanciar los bonos que vencen en 2024 y no a que vayan a poner más títulos de deuda nueva en el mercado. De hecho, estos descienden a 3,3 billones de dólares, después de 3,6 billones en 2022 y de los 7,3 billones del pico de 2020.

En cuanto a la refinanciación de bonos, la cifra asciende 12,6 billones de dólares, cuando antes de la pandemia eran unos 7 billones anuales y se superó el listón de los 10 billones en 2021.

La deuda soberana se ha más que duplicado desde 2008 

Así, el volumen total de deuda de los 38 países de la OCDE subió hasta 54 billones de dólares en 2023 y va a crecer hasta 56 billones este año, lo que supone un incremento de 30 billones desde la crisis financiera de 2008.

Estados Unidos representará aproximadamente la mitad de esta deuda, el doble que en 2008. La proporción de la deuda de la República Popular China (China) en los Mercados Emergentes y las Economías en Desarrollo también se ha duplicado, alcanzando casi el 30% 

Estados Unidos por sí solo representará aproximadamente la mitad de esa cantidad, esto es, el doble que en 2008, no solo por la progresión de la deuda de la primera potencia mundial, sino en parte por la apreciación del dólar frente a otras divisas. Mientras, la deuda de la República Popular China (China) en los Mercados Emergentes y las Economías en Desarrollo también se ha duplicado, alcanzando casi el 30%. Al término del año pasado, por su parte, los países de la Unión Europea representaban al terminar el pasado año el 20 % de la deuda pública de la OCDE, Japón el 16 %, el Reino Unido el 6 % y el resto de los miembros el 9 %.

Por todo ello, también ha aumentado el peso de la deuda pública en el PIB conjunto. Según el informe de la OCDE, al término de 2023, representaba el 83% del PIB, esto es, 30 puntos porcentuales desde la crisis financiera, a pesar de que la última espiral inflacionista ha contenido el incremento en términos relativos.

Una de las peculiaridades de esa expansión de la deuda es que una parte significativa se la han quedado los bancos centrales con compras masivas de títulos soberanos. En sus libros tienen anotados bonos por un valor del 30 % del PIB de los miembros de la OCDE, lo que ha reducido el coste de la deuda de los países, pero también de las empresas. No obstante, ahora que las autoridades monetarias quieren deshacerse de una parte de esos títulos, el mercado tendrá que absorber una cantidad récord de bonos y los inversores privados son más sensibles a la rentabilidad.

Condiciones más duras para refinanciar la deuda 

Los autores del estudio señalan que la cesión de esa deuda soberana por parte de los bancos centrales tendrá un impacto en el mercado de la deuda corporativa, con una mayor tensión de las condiciones financieras. El volumen de la deuda corporativa mundial ha pasado de 21 billones de dólares a 34 billones, donde más del 60% de este incremento procede de empresas no financieras.

El reparto geográfico ha cambiado significativamente, en particular porque las empresas chinas, que suponían menos del 1 % del contingente en 2008, han elevado su parte a finales del pasado año a casi un quinto del total.

La OCDE señala que, si bien las compañías han ampliado el periodo de vencimiento de sus títulos de deuda (de 5,6 años de media en 2000 a 7,9 en 2023) y la gran mayoría tienen tipos de interés fijos (lo que reduce su exposición a fluctuaciones), el endurecimiento de las condiciones monetarias desde 2022 va a tener consecuencias. En concreto, consideran que los van a tener que refinanciar a tipos más altos y eso teniendo en cuenta que en los tres próximos años (hasta finales de 2026) va a vencer un 37 % de la deuda corporativa, 12,3 billones de dólares. En el caso de la deuda soberana, será el 40 % la que habrá que refinanciar en ese mismo periodo.