El legado de Rosa Montero, Rosa León y Marisa Paredes entra el 8M en la Caja de las Letras del Cervantes
- Rosa Montero: "En toda época histórica, en todos los sectores, ha habido siempre mujeres que han destacado”
- Unas gafas de ver o una pluma, las aportaciones más personales
La escritora Rosa Montero, la cantante Rosa León y la actriz Marisa Paredes han dejado su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes en una jornada marcada por el Día Internacional de la Mujer.
Libros, películas, fotografías y objetos más íntimos, como unas gafas de ver, han sido algunos de los elementos seleccionados por estas referentes de la cultura española, para persistir en el tiempo.
El Instituto ha querido homenajear no solo a estas tres legatarias, sino a todas las mujeres que han sido parte de la historia y cultura de nuestro país. “Las mujeres han estado privadas de lo más esencial a lo largo de la historia, privadas también de modelos. Pero pese a tener tantos hándicaps, en toda época histórica, en todos los sectores de la vida como la política, la ciencia o el arte, ha habido siempre mujeres que han destacado”, ha expresado Rosa Montero.
Al evento que ha dirigido la responsable de Cultura del Cervantes, Raquel Caleya han acudido las legatarias presentadas por directivas de la institución. También ha contado con las asistencia de la presidenta del Congreso, Francina Armengol y la del Consejo de Estado, Carmen Calvo. Esta última ha clausurado el acto celebrando el Día Internacional “de las mujeres”, en plural. Además, ha hablado de Montero, Paredes y León como “cimeras” de nuestra cultura y “deudoras de otras que les debió de costar mucho tomar la palabra pública sirviéndose de escenario, escribiendo, actuando, dirigiendo, hablando”, ha dicho Calvo, jurista, política y autora de Nosotras.
“Estamos hartas y cansadas de que se nos niegue la propia historia, no solamente con la intención de retardar todos los cambios que exigimos, sino con la injusticia que supone negar que hemos estado, claro que hemos estado en todos los sitios”.
Cuadernos de notas o una Bruna Husky de ganchillo, legado de Montero
Montero, antes de plasmar sus historias en el ordenador, escribe a mano y por ello ha dejado, como parte de su legado, la primera pluma estilográfica que se compró hace cuatro décadas. “Para mí los objetos se quedan impregnados de una realidad, de una memoria, de un recuerdo, de un determinado tiempo y de una emoción”, ha expresado antes de depositarla.
La novelista, ensayista y periodista ha donado, entre otros, dos cuadernos con diversidad de notas; la portada de su novela “más ambiciosa”, la Historia del Rey Transparente, y “artefactos literarios” o cuadernos con notas de sus tres libros “más raros”. Y una figura de una salamandra como símbolo de regeneración y supervivencia.
Uno de los objetos de los más le ha costado desprenderse es una muñeca de ganchillo que le regaló una de sus lectoras en México. Esta figura representa a Bruna Husky, protagonista de tres de sus novelas publicadas y de una cuarta de la que, como ha admitido, ya ha terminado el borrador.
La obra Espejo roto de Mercè Rodoreda y la carta de la autora estadounidense, Úrsula K. Le Guin, dos de sus referentes, son los elementos más importantes y que más emocionan a la escritora. “Tener un modelo es esencial y a muchas mujeres se les ha arruinado la vida porque creyeron que no tenían”, explica.
“Con estos dos objetos que son los que me llegan más al corazón, quiero honrar también a todas las pioneras, a todas las mujeres que vinieron antes y que nos fueron abriendo camino, porque como decía Isaac Newton, ‘avanzamos a hombros de gigantes’ y hoy, 8 de marzo, voy a añadir con muchísimo orgullo, y ‘de gigantas’”, ha concluido.
La poesía en los inicios musicales de Rosa León
Rosa León, la cantante que puso música a la poesía, ha dejado en su caja algunos de sus primeros trabajos. A los trece años escribió su primera canción, pero la letra, como ella misma ha admitido, no era buena y se dio cuenta de que sí era ávida lectora de poesía, por lo que con 15 o 16 años, empezó a musicar poetas.
Por ello, dentro de su legado se encuentran: el libro de poesía Jardín cerrado de Emilio Prados, del que León puso música a su poema, La voz inmóvil, los versos de Campo de amor, de Blas de Otero y, pese a no haber grabado la obra de Bertolt Brecht, también incluye la obra de este dramaturgo y poeta.
La música no podía faltar con el disco Paloma desesperada que hizo con Rafael Alberti. Con el autor de Marinero en tierra, Rosa León trabajó a lo largo de un año decidiendo qué poemas cantaba ella, cuáles recitaba él y cuáles, los dos.
También ha aportado las gafas con las que aparecía en el primer disco que grabó, Al alba, y que la han acompañado siempre: “Cuando estaba grabando el primer disco, me hacían fotografías y la compañía de discos me decía ‘no, las mujeres no pueden cantar con gafas’. Un dislate de la España en blanco y negro”.
La cantante ha concluido con unas palabras de recuerdo a la escritora y poetisa argentina Elena Walsh, quien la motivó para hacer música para niños.
Marisa Paredes: “La cultura siempre queda y no hay quien la destruya”
“La cultura es lo que queda, el Guernica, el Quijote, Lorca… Y eso es lo que queda como parte enorme de la historia de los países, de las gentes y eso no hay quien lo destruya”, ha expresado la actriz Marisa Paredes en su discurso previo a dejar su legado en la Caja de las Letras.
Paredes actuó en la adaptación al cine de la novela de Gabriel García Márquez, El coronel no tiene quien le escriba, con la dirección de Arturo Ripstein. Dentro de su larga trayectoria en la gran pantalla están sus papeles en cinco películas de Pedro Almodóvar. Por ello, la actriz ha dejado la invitación al estreno de La flor de mi secreto (1995), de ese cineasta. “Las palabras de esos diálogos de Pedro Almodóvar son realmente parte de la cultura popular”, ha dicho la intérprete.
Del director también ha depositado el filme Tacones lejanos (1991) con el que despegó su trayectoria internacional y que le permitió, luego, actuar en películas alemanas, italianas, francesas o inglesas.
María Paredes no ha actuado solo en la gran pantalla, sino que también lo ha hecho sobre los escenarios. Y lo ha querido mostrar en su legado con el programa de Comedia sin título de García Lorca. Lluís Pascual fue el encargado de dirigir esta obra y de llevar a la compañía al Teatro del Odeón de París.
Algunas fotografías o un estuche con maquillaje son otros de los elementos que ha dejado María Paredes en su legado en el que, además, ha mencionado a su madre porque fue ella quien la permitió actuar.
Pero no ha sido la única, “le quiero rendir también homenaje a ellas que no escribieron, que no actuaron, que muchas no pisaron una escuela, pero que fueron literalmente sabias y fuertes porque nos supieron poner a nosotras en otro lugar”, ha manifestado Carmen Calvo.
Por su parte, el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, ha querido homenajear a la escritora de la Generación del 27, María Teresa León, de la que conservan el pasaporte con el que volvió a España después de haber estado en el exilio desde 1939 hasta 1977. Pero también “el recuerdo de María Lejárraga, de Carmen de Burgos, María Zambrano, de Carmen Laforet, de Amelia Valcárcel, de Maruja Torres, Ana Belén o Aitana Sánchez Gijón”.
Porque "el pensamiento feminista y la lucha feminista ha sido fundamental para el desarrollo, la conquista y la consolidación de la democracia que se disfruta hoy en España”, ha expresado el director de la institución.