'Oppenheimer' detona una reacción en cadena en los Oscar con siete premios
- La película de Christopher Nolan triunfa con mejor película, dirección, actor y actor de reparto
- La sociedad de la nieve y Robot Dreams se quedan sin Oscar para España
Oppenheimer y Chistopher Nolan reinaron en la tarde de Los Ángeles cumpliendo los pronósticos y sumando siete premios Oscar: mejor película, dirección, actor (Cillian Murphy) actor de reparto (Robert Downey Jr.), mejor banda sonora, mejor fotografía y mejor montaje para el biopic del físico teórico creador de la bomba atómica.
Oppenheimer devuelve a los Oscar a un perfil querido por el viejo Hollywood: cine histórico de lujosa producción con gran taquilla en las salas. Barbie, su compañera del fenómeno Barbenheimer, se conformó con el Oscar a mejor canción (para Billie Eilish) y levantar la cermonia con la actuación de Ryan Gosling cantando “I’m just Ken”.
Ni La sociedad de la nieve (en mejor película internacional y mejor maquillaje y peluquería), ni Robot Dreams (en mejor película internacional) han podido dar la sorpresa siendo derrotadas ante La zona de interés, Pobres criaturas y El chico y la garza respectivamente.
Para Nolan el Oscar ha llegado tras cinco nominaciones desde que fuese candidato por el guion de Memento en 2001 y Hollywood ajusta cuentas con un director que, discutido o no, conecta y tiene un nombre para el gran público. Cillian Murphy se convierte en el segundo actor irlandés en ganar el Oscar a mejor actor (tras Daniel Day-Lewis) por encarnar el físico atormentado por las consecuencias de su devastadora creación. "Vivimos en el mundo de Oppenheimer para bien y para mal, así que quiero dedicar este galardón a los hombres que luchan por la paz", ha dicho el actor.
Emma Stone, mejor actriz por Pobres Criaturas
Emma Stone ha dado una leve sorpresa con el Oscar mejor actriz (su segundo tras el de La la Land) por su festival como Bella Baxter, una mujer con un cerebro de bebé que aprende a crecer libre en Pobres criaturas. Su victoria sobre Lily Gladstone, que aspiraba a ser el primero para una actriz indígena estadounidense por Los asesinos de la luna, dejó a la película de Martin Scorsese con cero Oscars de 11 nominaciones, repitiendo el ninguneo que sufrió El irlandés.
Pobres criaturas y su fantasioso diseño de fábula también fueron recompensados con los Oscar a mejor diseño de producción, mejor diseño de vestuario y mejor maquillaje y peluquería. Maestro, el arriesgado biopic de Bradley Cooper sobre Leonard Bernstein, y Vidas pasadas, la cuota romántica indie, fueron la otras dos principales películas sin estatuillas.
Anatomía de una caída completó su año de gloria iniciado con la Palma de Oro en Cannes con el Oscar a mejor guion original. Una historia sobre la destrucción de un matrimonio escrita precisamente por uno: el de la directora Justine Triet y su marido, y también cineasta, Arthur Harari. Un premio que confirma que el cine en idioma no inglés ha llegado a los Oscar para quedarse.
El otro Oscar de guion, el adaptado, ha sido para American Fiction, la película de Cord Jefferson (adaptación de la novela Erasure, de Percival Everett) que atiza la estigmatización de los personajes negros -representados habitualmente por sus desdichas de clase o raciales- en el mundo editorial y de paso en el cinematográfico. Jefferson hizo una defensa encarecida de las películas de bajo presupuesto: “Entiendo que el cine es una industria de riesgo, pero las películas de 200 millones también son un riesgo: hagan películas de 20, 10 o cuatro millones”.
La gala se inició con una emocionada Divine Joy Randolph, Oscar a la mejor actriz de reparto por su cocinera de Los que se quedan, que parecía cargar con su personaje en el agradecimiento: “Durante mucho tiempo he querido ser diferente y me he dado cuente a de que tenía que ser yo misma”.
Glazer se atreve a denunciar los ataques en Gaza
Los discursos sobre inclusión son habituales en los Oscar, pero no nadie esperaba una denuncia sobre la guerra que incluyese las matanzas en Gaza. El cineasta británico Jonathan Glazer aprovechó su Oscar a mejor película internacional por La zona de interés -una película que muestra la vida de familias nazis de como ejemplo extremo de la falta empatía humana- para conectar a su obra con el presente.
“La película muestra la deshumanización en su forma. Es algo que da forma a nuestro pasado y nuestro presente. Ya sean las víctimas del ataque del 7 de octubre, o de la ofensiva en curso contra Gaza, todas han sido víctimas de esta deshumanización ¿cómo resistimos?'”, leyó Glazer para congelar a la mitad de platea que ni siquiera aplaudió: Hollywood, en una gran parte, ha cerrado filas con Israel desde octubre.
Ya sin reparos, la platea se puso en pie para aplaudir el Oscar a mejor documental para la tremenda 20 días en Mariupol, crónica del asalto ruso ucraniana lleno de imágenes contundentes. Y la propia gala añadió más tarde un vídeo de Navalny recordando que “para que triunfe el mal, solo hace falta que la gente buena no haga nada”.
España, sin Oscar
J.A. Bayona y su sociedad de la nieve, poco podían hacer ante el fenómeno de La zona de interés (que también ganó mejor sonido), pero completan en Los Ángeles un ciclo virtuoso en el que su película se ha tornado un fenómeno mundial de las plataformas.
En película de animación, los Oscar volvieron a rendirse ante Hayao Miyazaki, que con El chico y la garza gana su tercer Oscar (tras El viaje de Chihiro y el honorífico de 2012). El maestro japonés no sale de Japón desde hace años y no recogió el premio: hay prestigios que están por encima de los premios más importantes del cine.