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El Banco de España mejora en tres décimas, hasta el 1,9%, el crecimiento para este año y rebaja la inflación al 2,7%

  • Destaca que 2023 cerró con un dinamismo mayor de lo previsto, pero se habría ralentizado "ligeramente" en el primer trimestre
  • Contempla riesgos como las tensiones geopolíticas, la ejecución de los fondos europeos o la reactivación de las reglas fiscales

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Imagen de la sede del Banco de España
Imagen de la sede del Banco de España

Tras registrar una "aceleración inesperada" en el último trimestre del 2023, la economía española perderá impulso este año, pero seguirá creciendo con dinamismo en 2024 gracias al consumo privado, impulsado por un aumento de la población, la creación de empleo y la moderación de la inflación; y al repunte de la inversión, en gran medida por el despliegue de los fondos europeos y la reactivación paulatina del sector exterior. Este escenario ha propiciado que el Banco de España eleve en tres décimas, hasta el 1,9%, su previsión de crecimiento para este año y mantenga sin cambios, en el 1,9% y en el 1,7% la de 2025 y 2026, respectivamente. La inflación, por su parte, se revisa seis décimas a la baja este año, hasta el 2,7%, para seguir descendiendo en los próximos ejercicios.

Son algunas de las principales conclusiones del informe de perspectivas trimestrales publicado por el supervisor este martes, en el que pone de manifiesto la mejora de las proyecciones económicas globales, a pesar de que aún persisten "fuentes de incertidumbre de naturaleza geopolítica" como la invasión rusa en Ucrania o la guerra en Gaza y otros riesgos como "una posible escalada de las protestas en el sector agrícola europeo".

En el caso de España, destaca que el ejercicio de 2023 cerró con "un dinamismo más elevado de lo inicialmente previsto", tras registrar un repunte del Producto Interior Bruto (PIB) del 2,5% pese al frenazo de los países de nuestro entorno. No obstante, la composición del crecimiento, apunta el organismo, "deja entrever algunos elementos de debilidad, al tiempo que los indicadores coyunturales más recientes sugieren que el ritmo de avance del PIB se habría ralentizado ligeramente en el primer trimestre del presente año, hasta el 0,4%".

Entre ellos, señala que la formación bruta de capital fijo y el consumo privado, que habitualmente constituyen los principales soportes de crecimiento estable para cualquier economía, habrían mostrado "un comportamiento peor de lo esperado", mientras que la productividad "sigue registrando una notable debilidad", lo que a juicio del supervisor "podría actuar como un factor limitante del crecimiento económico a medio y largo plazo".

Una recuperación "más contenida" en la zona euro

En todo caso, en comparación con las proyecciones de diciembre, el crecimiento del PIB en 2024 se revisa al alza en 0,3 puntos porcentuales, hasta el 1,9%, y se mantiene sin cambios en 2025 (1,9%) y en 2026 (1,7%). Y es que, más allá de los datos del primer trimestre, el Banco de España prevé una mejora de las expectativas con tasas de avance del PIB "relativamente estables" que "irán convergiendo, a lo largo del horizonte de proyección, hacia aquellas coherentes con la capacidad de crecimiento potencial de la economía española". 

Los principales factores que están detrás de esta mejora se encuentran los menores precios de la energía y la extensión parcial, no anticipada en las proyecciones de diciembre, de parte de las medidas desplegadas por el Gobierno para combatir la inflación. Por ejemplo, el IVA de la luz ha vuelto al 21% a partir de marzo.

Las cifras aportadas por el Banco de España se sitúan en línea de la estimación del Gobierno, que dibujó un crecimiento del 2% para este año. En cambio, son ligeramente superiores que la de otros organismos internacionales como la Comisión Europea, que pronosticó que el PIB se elevará un 1,7% este año, o el Fondo Monetario Internacional (FMI), que estimó un crecimiento de la economía española del 1,5%.

En lo que respecta al contexto global, pese a que las previsiones de crecimiento mundial para 2024 se han revisado ligeramente al alza en los últimos meses, se contemplan tasas de avance que son modestas en términos históricos e incorporan una desaceleración gradual de la actividad en Estados Unidos y China. "En línea con estas perspectivas, los mercados financieros internacionales descuentan que los bancos centrales de las principales economías avanzadas no tardarán en reducir sus tipos de interés oficiales, lo que se traduce en unas condiciones financieras más favorables", apunta el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos.

Por su parte, el área del euro se mantiene "como una de las regiones donde la debilidad de la actividad económica es más evidente y donde las perspectivas a corto y medio plazo contemplan una recuperación más contenida", sostiene, lo que podría incidir en las aportaciones del sector exterior a la economía española. No obstante, el supervisor contempla una recuperación gradual de los mercados de exportación de España en los próximos años, aunque el ritmo de avance previsto se ha revisado ligeramente a la baja en 2024 con respecto a lo proyectado en diciembre.

La inflación seguirá a la baja y cerrará el año en el 2,7%

Estos mismos factores son, a su vez, "los principales determinantes de la revisión a la baja de la inflación general promedio que se proyecta para 2024", recalca el documento, que según las proyecciones se reducirá a cierre de año en seis décimas hasta el 2,7%. "Todo ello en un contexto en el que se prevé que el proceso de moderación de la inflación siga avanzando en los próximos años, para alcanzar el 1,9% en 2025 y el 1,7% en 2026", añade. También la inflación subyacente se desacelerará gradualmente durante el próximo trienio, desde una tasa promedio del 4,1% en 2023 hasta el 2,2% en 2024, el 1,9% en 2025 y el 1,8% en 2026. 

Cabe recordar que los precios en España han evolucionado a la baja en los últimos meses, después de alcanzar en julio de 2022 su valor máximo en tres décadas. A cierre de febrero, y de acuerdo a los datos adelantados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación se situó en el 2,8%.

En lo que respecta al empleo, la creación de empleo mantendrá "un elevado dinamismo", favorecido, como en trimestres anteriores, "por el impulso proveniente de los trabajadores de nacionalidad extranjera"; mientras que la tasa de paro, que en 2023 cerró en el 12,1%, el Banco de España prevé que siga "una leve senda descendente en los próximos años", si bien aún permanecerá ligeramente por encima del 11% en 2026.

Riesgos a tener en cuenta

Pese a la mejora de las expectativas, el supervisor contempla algunos riesgos en torno al escenario presentado en su informe. El principal sería "la posibilidad de una escalada de los conflictos bélicos que están activos en Ucrania y en la Franja de Gaza". Y es que, según apunta, "no puede descartarse un escenario más adverso, en el que la persistencia en el tiempo de estas tensiones, o una eventual escalada de estas, diese lugar a perturbaciones de oferta más negativas que presionaran a la baja el ritmo de avance de la actividad y al alza la inflación respecto al escenario central de estas proyecciones".

A ello se sumaría el impacto sobre la actividad y los precios del endurecimiento acumulado de la política monetaria, que se mantienen en niveles máximos desde hace meses; así como los posibles efectos de segunda vuelta sobre la inflación y con el despliegue de los fondos europeos, de los que —recalca— "subsisten las dudas en cuanto al ritmo de ejecución de los proyectos asociados". Y es que el Banco de España alerta de que en los últimos trimestres "la inversión ha sorprendido a la baja en nuestro país", por lo que, "si esta debilidad se prolongase en el tiempo más allá de lo esperado, esto presionaría a la baja la actividad y la inflación a lo largo del horizonte de proyección".

Por último, alude a la reactivación de las reglas fiscales a escala europea: "El cumplimiento de dichas reglas requerirá el diseño y la implementación de un plan de consolidación fiscal a medio plazo que permita una corrección del déficit público estructural más acusada que la contemplada en estas proyecciones", advierte el Banco de España, y cuya implementación "acarrearía, previsiblemente, un menor grado de dinamismo de la actividad a lo largo del horizonte de proyección que el contemplado en este ejercicio de previsiones".