'Modernidad latente' en el Thyssen de Málaga explora "la tierra de nadie del arte de postguerra"
- Modernidad latente permanecerá abierta hasta el 8 de septiembre en el Museo Carmen Thyssen Málaga
- La exposición muestra la obra de pintoras como María Blanchard, Menchu Gal, Carmen Laffón o Delhy Tejero
Entre las vanguardias de los años 20 y el informalismo de los 50, se abre un periodo que queda "en tierra de nadie", según explica a RTVE.es la directora artística del Museo Carmen Thyssen Málaga, Lourdes Moreno. En la exposición, que abre este viernes, Modernidad latente: Vanguardistas y renovadores en la figuración española (1920-1970) tratan de "dar luz a un periodo, que como las capas geológicas ha quedado oculto por otros movimientos".
En la sala de exposiciones temporales, grandes nombres como Picasso, Juan Gris o María Blanchard, conviven con pintores menos conocidos como Godofredo Ortega, Pancho Cossío (ver cuadro arriba), Agustín Redondela, Menchu Gal, Delhy Tejero o Carmen Laffon.
Moreno destaca que "es un capítulo del arte español que adolece de estudios de referencia" y que se trata de un grupo de artistas que, tras la Guerra Civil, pretendió prolongar el arte de las vanguardias "como si fuera la estela de un cometa, pero con una visión completamente distinta. Tomaron como temáticas el paisaje, el bodegón o la vanitas, que no tenían vínculo de reivindicación política, en absoluto".
La directora del museo malagueño indica que apuestan "por dar luz a una etapa de la historia que ha quedado oscurecida" como es la postguerra. La exposición arranca con las vanguardias de los años 20 en la que los pintores españoles formaban parte de la bohemia de París. Picasso ya en esa época era "una figura absolutamente totémica", puntualiza Moreno. Añade que, desde el 36 hasta los 70, son como 30 años, de unos artistas olvidados que "pretendían continuar la renovación de las vanguardias" y que ahora se recuperan.
María Blanchard, la pionera
María Blanchard (Santander 1881 – París 1932) es por derecho propio una pintora rupturista que "se integró desde su juventud en los círculos vanguardistas de París", según la directora del Thyssen Málaga. "Su pintura fue más dinámica, más colorista y probablemente más cercana a la abstracción que la del propio Gris", valora.
"Blanchard fue autora de una obra plenamente vanguardista y pionera", afirma Moreno. En 1915, participó en la exposición de pintores íntegros que había organizado Ramón Gómez de la Serna, acompañada de otros artistas como el mexicano Diego Rivera, pero "su rastro durante el franquismo estuvo prácticamente perdido".
La pintura de Blanchard reapareció en el primer salón de los once de la galería Biosca, gracias a Eugenio D'Ors, pero fue la condesa sevillana de Campo Alange, María Laffitte, la que escribió y editó la primera biografía de la pintora en 1944. Moreno subraya que la relación en el ámbito español con la pintura de María Blanchard fue "prácticamente desconocida durante varias generaciones".
La obra de Blanchard que puede verse en Málaga se inscribe en la última parte de su periodo cubista, antes de virar hacia la figuración. En este óleo sobre madrera los colores son planos y están aplicados por medio de una espátula, con una gran viveza de color y luminosidad. Los objetos se despliegan sobre tres grandes planos blancos. En la composición, la luz y del color delimitan las superficies y los objetos, se observan en varias posiciones. El conjunto emana un equilibrio clásico pese a su estética cubista.
Menchu Gal, primera pintora premiada
Menchu Gal (Irún 1919 – San Sebastián 2008) fue la primera mujer que ganó el Premio Nacional de Pintura en 1959, con lo que logró "un aparente reconocimiento ya en la etapa de los años 60 del régimen de Franco", según la directora artística del museo malagueño.
Gal mostró interés por el dibujo y recibió clases de pintura desde muy pequeña, en su primera juventud se trasladó a Madrid y estudió en la Residencia de Señoritas, dirigida por María de Maeztu (el equivalente femenino de la Residencia de Estudiantes, con el estallido de la Guerra Civil tuvo que exiliarse en Francia con su familia. En su obra destaca el "uso del color de una forma cercana al fauvismo" detalla Moreno.
Esta pintora formó parte de la Escuela de Madrid, con la que compartía el interés por la naturaleza y el paisaje. Menchu Gal muestra una realidad poetizada, un paisaje personal, expresivo y estilizado. La artista confesaba sentir por el color una "atracción visceral". En sus cuidadas composiciones, su paleta de tierras y azules vivos, se mezcla con una enérgica pincelada, en la que el color crea el cuadro. Un puerto, un faro o la costa remiten a la luz del mar Cantábrico, como el lienzo que puede verse en esta muestra.
Delhy Tejero, fulgor y destrucción
Delhy Tejero (Toro,1904 – Madrid,1968) tuvo "una cierta conexión antes de la Guerra Civil con los movimientos artísticos más renovadores", vivió en la Residencia de Señoritas en Madrid y fue profesora de Dibujo de la Escuela de San Fernando. Tejero "pasó por París y se acercó al surrealismo a través de su relación con Remedios Varo y Óscar Domínguez", señala Moreno.
La vida de Tejero fue complicada, era una mujer independiente y moderna, adelantada a su tiempo, que se cambió el nombre (Adela) para cortar con la tradición y el pasado. "La guerra le pilló en Marruecos. Tuvo que volver a España y luego huir hacia Portugal, además la dictadura supuso la revocación de los derechos que las mujeres habían adquirido durante la República", relata la directora artística del Thyssen Málaga.
Tejero, en una fase de misticismo, "destruyó parte de su obra —los cuadros que pintó en París— y no ha quedado en todo lo que representó", opina Lourdes Montero.
Carmen Laffon, paisaje urbano
Carmen Laffon (Sevilla, 1934 – Sanlúcar de Barrameda, 2021) representa "una figuración a contracorriente de las vanguardias internacionales, mirando más a Italia que a París" describe Moreno. Su obra pictórica "aborda un nuevo enfoque e integra la mirada en el mundo urbano, pero con una gran sensibilidad, ya que el cuerpo filtra aspectos matéricos, realidades que tienden a mundos más sutiles".
Los cuadros que presenta la exposición están dominados por "un colorido más apagado, sobrio y austero por la presencia de esta tendencia en Andalucía", indica su responsable artística.
Laffón expresa su mundo personal y se inspira en su entorno, desde los objetos a los paisajes. Pinta el Coto de Doñana, la desembocadura del Guadalquivir donde pasa los veranos desde niña y lugares conocidos, como su ciudad natal. Laffón pinta siempre lugares a los que pertenece, que forman parte de su biografía como esa Sevilla sobria en tonos terrosos.
La muestra reúne 63 obras, la mayoría —43 lienzos— pertenecen a la Colección Telefónica y el resto son préstamos de instituciones como el Museo Reina Sofía o el Museo e Arte Contemporáneo de Madrid y colecciones pertenecientes a Carmen Thyssen, Zorrilla Lequerica, el Banco de España, el BBVA o el Santander, entre otras. Modernidad latente: Vanguardistas y renovadores en la figuración española (1920-1070) podrá verse hasta el 8 de septiembre en el Museo Carmen Thyssen de Málaga.