La quitina de los insectos no provoca cáncer ni contiene grafeno, es falso
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Mensajes de redes dicen que el consumo de insectos por parte de los humanos causa cáncer porque contienen quitina y este elemento lleva grafeno, al tiempo que sostienen que la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) oculta la presencia de este polisacárido en los insectos. Es falso. La quitina, presente en el exoesqueleto de los insectos y en crustáceos como la gamba, no provoca cáncer ni contiene grafeno y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria no oculta la presencia de este elemento en los insectos comestibles.
"Alerta. La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria oculta los efectos adversos del consumo de insectos", leemos en un mensaje compartido más de 1.800 veces en la red social X desde el 4 de marzo. El texto señala que "los insectos contienen quitina" y que este elemento es "un polisacárido que crea y cultiva cáncer muy agresivo y velozmente". El mensaje enlaza un artículo "de opinión" de una web que sostiene que los "los insectos contienen grafeno". El mismo mensaje lo encontramos difundido en Facebook.
La quitina presente en el exoesqueleto de los insectos no provoca cáncer. Hemos consultado al investigador del Instituto de Química Orgánica del CSIC Bernardo Herradón y es tajante: "No provoca cáncer. Se han hecho estudios y no lo provoca". Explica que "al nivel en el que nosotros podemos llegar a consumir esta sustancia química dentro de los alimentos van a ser cantidades muy pequeñas y ahí está nuestro estómago para digerirlo todo, por lo tanto, descartemos que la quitina provoque cáncer o cualquier otra enfermedad". Un portavoz de la Asociación Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) asegura a VerificaRTVE que "hasta el momento no se han planteado problemas de genotoxicidad o cáncer en la evaluación de las aplicaciones alimentarias para insectos". Hemos consultado a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y responde que "la quitina no provoca cáncer". Su Departamento de Comunicación expone que "en las evaluaciones del riesgo llevadas a cabo por la EFSA sobre los insectos comestibles se estudia también la genotoxicidad y se ha concluido en todos los casos que no existe preocupación, determinando su seguridad para el consumidor".
El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos no menciona este polisacárido químico entre los aditivos, nutrientes y otros componentes alimenticios que diversos estudios han analizado en busca de posibles asociaciones con el riesgo de cáncer. La Asociación Española Contra el Cáncer tampoco se refiere a la quitina en su informe 'Conocimientos y Creencias sobre alimentación y cáncer'. En el estudio 'La alimentación en la génesis y prevención del cáncer' que publica la Sociedad Española de Oncología Médica se evalúan los principales agentes carcinógenos vehiculizados en los alimentos, la localización de tumor asociada y el grado de evidencia (pág. 2). En dicha evaluación no aparecen los insectos o la quitina como factores de riesgo relacionados con el cáncer. El enlace que adjunta la publicación de X que difunde la falsa idea de que la quitina provoca cáncer es un texto publicado como "artículo de opinión" en 2023 por un portal no especializado en el que no se menciona que el consumo de insectos o la quitina provoquen cáncer.
Los insectos no contienen grafeno
La publicación web que adjuntan los mensajes de redes asegura que los insectos contienen grafeno. El texto sostiene que de la quitina "se extrae el chitosán o quitosano" y añade que "lo interesante es que del chitosán se extrae grafeno de muy buena calidad". Es falso. "Para nada los insectos contienen grafeno ni causan cáncer", asegura la profesora titular del departamento de Química Orgánica y Bio-orgánica de la UNED, María Ángeles Farrán Morales. Esta experta detalla que se puede "utilizar la quitina y su derivado el quitosano para fabricar materiales híbridos de quitosano y óxido de grafeno" y añade que, para extraer quitosano de la quitina, "primero hay que separarla de las proteínas y una vez obtenida, se trata por métodos químicos o enzimáticos". En la misma línea se pronuncia la doctora en Química Inorgánica y Química de Coordinación en el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid del CSIC, Josefina Perles: "Que se pueda conseguir grafeno a partir de un material cualquiera no significa que este sea grafeno". Coincide en esta reflexión la Doctora en Ciencias Químicas Marta Abellán Flos: "Una cosa es la materia de la que esté constituido un ser vivo y otra bien distinta las que se puedan llegar a obtener a partir de estas 'materias primas' con procesos industriales bien alejados de nuestras capacidades metabólicas".
Bernardo Herradón nos explica que "ha habido estudios de laboratorio" donde se somete "el quitosano a calentamientos de 500, 600, o incluso 1.000 grados centígrados en ausencia de oxígeno". El experto indica que así se consigue que "este material se deshidrate y genere carbono y una de las formas antrópicas del carbono es el grafeno". Insiste en que "el grafeno se genera de manera voluntaria, sometiéndolo a una temperatura mayor de 480 grados, por lo tanto, de manera natural en nuestro organismo la quitina o quitosano no van a generar nunca grafeno", subraya. Desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) aseguran a VerificaRTVE que no tienen "información de que los insectos autorizados contengan grafeno" y señalan que "la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), responsable de la evaluación del riesgo a nivel de la UE, no menciona en sus informes la presencia de esta sustancia en insectos".
La Asociación Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sí informa de la presencia de quitina en el exoesqueleto de los insectos. En un comunicado de 2021 publicado tras la entrada en vigor del Reglamento sobre nuevos alimentos, la EFSA señala que los productos elaborados a partir de insectos "pueden ser ricos en proteínas" y que esta cantidad puede "sobrestimarse" con la presencia de quitina en ellas. Explica además que "muchas alergias alimentarias están vinculadas a las proteínas", por lo que el consumo de insectos "podría desencadenar alguna reacción alérgica" aunque ello dependerá de "la sensibilidad de una persona a las proteínas de los insectos, la reactividad cruzada con otros alérgenos o los alérgenos residuales de la alimentación de los insectos", como es el caso del gluten.
En VerificaRTVE hemos vuelto a consultar a la EFSA por la quitina de los insectos e insisten en que desde esta asociación han "evaluado la seguridad de nuevos alimentos derivados de insectos y hongos que contienen quitina y el consumo de estos productos se consideró seguro según los usos y niveles de uso propuestos". Un portavoz añade que "nuestros expertos destacaron que no se espera que la quitina se digiera en un grado significativo en el intestino delgado de los humanos, al igual que las fibras insolubles". La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) también publicó un informe sobre los potenciales riesgos asociados al consumo de insectos en el que considera que la quitina "es indigesta" y puede causar "obstrucción intestinal", a la vez que concluye que este compuesto "no supone un riesgo para la salud pública" (pág. 30).
La quitina no es tóxica ni exclusiva de los insectos
La quitina es un polisacárido presente en el exoesqueleto de los artrópodos (arácnidos, crustáceos, insectos) y algunos otros animales. También se puede encontrar en peces, molleja y microbiota intestinal porcina. Bernardo Herradón detalla que alimentos como "las gambas o los cangrejos" tienen quitina. Este experto hace referencia a un estudio publicado por la biblioteca científica Scielo para explicarnos que "es el segundo polisacárido más abundante en la naturaleza". Un análisis publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación sobre la alternativa proteica que supone el consumo de insectos describe la quitina como "no tóxica" y añade que este compuesto tiene un "efecto positivo sobre el sistema inmunitario" (pág. 4).
Desde que la EFSA autorizase cuatro especies de insectos para el consumo humano los bulos que alertan sobre los supuestos riesgos de ingerirlos son habituales. El equipo de verificación de Reino Unido Full Fact ha constatado que "no se ha demostrado que comer insectos cause cáncer o enfermedades pulmonares". La agencia France Presse también concluye que "la quitina de los insectos no es un compuesto que los vuelva peligrosos para el consumo humano".
En VerificaRTVE ya te hemos alertado sobre otros mensajes falsos relacionados con el consumo de insectos. Es el caso del bulo que asegura que este sello de una rana significa que el producto contiene insectos. También te hemos explicado cuáles son los insectos autorizados para el consumo humano y sus beneficios.
*16-03-2024. 9:13 horas. Fecha de primera publicación de este artículo
*18-03-2024. 12.45 horas. Actualización del artículo para incorporar la respuesta de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN).
*20-03-2024. 18.00 horas. Actualización del artículo para incorporar la respuesta de la Doctora en Ciencias Químicas Marta Abellán Flos.