Desafiando al envejecimiento: la carrera científica para revertir el reloj de la vida
- La esperanza de vida se ha duplicado en poco más de un siglo, y todo indica que seguirá aumentando
- La reprogramación celular es uno de los enfoques más prometedores en esta lucha contra la vejez y la enfermedad
Engañar a la muerte ha sido una de las grandes obsesiones que siempre ha acompañado al ser humano. Extender la vida todo lo posible, esquivando los zarpazos de la vejez y la enfermedad, también se ha convertido en uno de los principales desafíos de la ciencia moderna, que ya ha dado pasos importantes en esta dirección. Hasta hace poco más de un siglo, la esperanza de vida apenas superaba los 40 años, aunque los avances médicos y una mejora en los hábitos de vida han duplicado esta cifra, y se espera que siga aumentando en las próximas décadas, pero, ¿hasta dónde? Aunque hay estudios que sitúan el límite absoluto de longevidad entre los 125 y los 150 años, no parece tan claro que el organismo humano esté necesariamente sujeto a una fecha de caducidad.
La francesa Jeanne Calment, fallecida en 1997, tiene el récord de longevidad, con 122 años y 164 días. En la actualidad, la mujer viva más anciana es la española Maria Branyas, con 117 años recién cumplidos; mientras que el hombre vivo más longevo es Juan Vicente Pérez, de Venezuela, con 114 años. Numerosos científicos del envejecimiento pronostican que estos límites serán superados ampliamente, y de manera generalizada, en pocas décadas. E incluso hay algunos que van más allá y sostienen que no existe ninguna ley biológica que dictamine que debamos envejecer, y, aunque aún no se sabe cómo detener este proceso, dar con la clave es solo una cuestión de insistencia para la ciencia y la tecnología.
Además de estirar el hilo de la vida, el reto paralelo es aumentar la calidad de ese tiempo ganado a la muerte, lo que se conoce como "longevidad saludable". Desde un punto de vista biológico, el envejecimiento es el resultado de la acumulación de daños moleculares y celulares, por lo que uno de los enfoques más prometedores consiste en atacar el problema de raíz y reprogramar las células para evitar su deterioro. De momento, los experimentos llevados a cabo en laboratorio con pequeños animales invitan a la esperanza.
"Mediante el conocimiento molecular de los mecanismos que contribuyen al envejecimiento de nuestras células y de nuestro organismo se ha conseguido retrasar el envejecimiento en distintas especies animales incluyendo los ratones. No es descabellado pensar que si se hiciese algo parecido en humanos pudiésemos vivir muchos más años en buenas condiciones de salud", declara a RTVE.es María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
Blasco, que ha desarrollado gran parte de su trabajo en el terreno de la biología molecular, es la mayor referente internacional en la investigación de los telómeros, las estructuras que constituyen los extremos de los cromosomas y cuyo acortamiento se relaciona con el envejecimiento. "Los telómeros se van acortando según nuestras células se multiplican para regenerar los tejidos, y cuando los telómeros llegan a una longitud muy corta ya no son capaces de formar la estructura protectora, lo que hace que las células ya no puedan multiplicarse más impidiendo la regeneración y resultando en un envejecimiento de los tejidos. Por ejemplo, telómeros cortos son suficientes para desencadenar enfermedades degenerativas como anemia aplásica o distintos tipos de fibrosis", explica.
El equipo de María Blasco investiga para desarrollar terapias genéticas capaces de restaurar los telómeros, y así evitar el daño producido por su acortamiento. Uno de los elementos centrales de sus estudios es la telomerasa, la enzima que alarga los telómeros y que está activa en las fases embrionarias de los organismos. "Después del nacimiento la telomerasa se silencia y los telómeros se empiezan a acortar. Nuestro grupo ha demostrado que si somos capaces de alargar los telómeros de un organismo adulto, o bien con telomerasa, o bien de manera epigenética, esto es suficiente para alargar la vida de los ratones", apunta.
Revertir el reloj de la vida
Como el envejecimiento es el principal factor de riesgo de la gran mayoría de las enfermedades, si se frena el deterioro celular, se evitarían también muchas patologías y, en última instancia, se estaría también dando esquinazo a la muerte. Pero, yendo todavía más allá, ¿es posible revertir el reloj de la vida y rejuvenecer las células humanas, lo que hasta hace muy poco se consideraba una ley biológica inamovible? Aquí la ciencia sigue teniendo más preguntas que respuestas, pero se trata de una hipótesis que cada vez cuenta con mayor respaldo empírico. "La muerte es la consecuencia de la enfermedad, del fallo multisistémico del organismo. El mayor factor de riesgo para tener cualquiera de las enfermedades no transmisibles que nos matan, como el cáncer, neurodegenerativas, degenerativas, etcétera, es el cumplir años, ya que el envejecimiento de nuestras células está en el origen de estas enfermedades. Y se ha demostrado en algunas especies que se puede revertir el envejecimiento", opina Blasco.
Después de combatir con éxito las enfermedades infecciosas en la infancia, la esperanza de vida ha continuado con su proyección ascendente impulsada por los avances de la medicina a edades más avanzadas, con el reto mayúsculo en el horizonte de controlar las principales causas de mortalidad y deterioro, como es el caso de las patologías coronarias, las demencias y, especialmente, el cáncer, que en las próximas décadas seguirá siendo uno de los principales problemas de salud pública en todo el mundo, ya que se estima que entre 2020 y 2040 se producirá un incremento de casi un 50% en los nuevos diagnósticos.
"El cáncer es una enfermedad asociada a la acumulación de errores en nuestras células y en nuestro ADN (mutaciones), que es algo que aumenta con el envejecimiento. Cada día hay mejores tratamientos contra muchos tipos de cáncer que están basados en las alteraciones de cada paciente, pero los casos van a aumentar debido al envejecimiento demográfico de la población: cada año hay un porcentaje mayor de personas de edad avanzada debido a la falta de nacimientos", expresa María Blasco.
Aunque aquí seguramente la investigación celular tendrá mucho que decir, y también los telómeros. Paradójicamente, en nueve de cada diez tumores humanos se reactiva la telomerasa -silenciada desde el nacimiento-, lo que permite que los telómeros vuelvan a crecer y las células cancerosas se dividan de manera indefinida. Dentro del CNIO, una de las principales líneas de investigación explora cómo desarrollar fármacos capaces de destruir los telómeros de las células cancerosas, para frenar así su expansión y erradicar los tumores.
Altos Labs, un proyecto multimillonario
La iniciativa privada también ha irrumpido con fuerza en esta búsqueda de la fuente de la eterna juventud en el interior de las células. Una de las principales compañías dedicadas a esta tarea es Altos Labs -impulsada entre otros por los multimillonarios Jeff Bezos y Yuri Milner-, que cuenta en su plantilla con algunos de los científicos más importantes en este campo a nivel internacional, como los españoles Manuel Serrano y Juan Carlos Izpisúa, o el Nobel japonés Shinya Yamanaka, descubridor de las células iPS (células madre pluripotentes inducidas), que constituyen la piedra angular de la actual medicina regenerativa.
"La finalidad de Altos es entender el principal factor de riesgo de casi todas las enfermedades, es decir, el envejecimiento, con el objetivo de aportar nuevas medicinas para tratar de mejorar la salud", manifiesta a RTVE.es el propio Manuel Serrano, quien deja claro que el propósito de esta compañía se aleja mucho de ese anhelo quimérico de inmortalidad que siempre ha acompañado al ser humano. "La inmortalidad es pura fantasía para hacer volar la imaginación. No lo critico, pero no es un objetivo realista en la mente de la inmensa mayoría de los científicos o empresas farmacéuticas", comenta.
Así, su lucha contra el envejecimiento es en realidad un intento de vencer a la enfermedad, en sus múltiples manifestaciones. "Para avanzar en la comprensión del cáncer, o de las enfermedades neurodegenerativas y cardiovasculares, es esencial entender el principal factor de riesgo de casi todas ellas, que es el envejecimiento. Por ejemplo, el principal factor de riesgo de las enfermedades cardiovasculares no son los niveles altos de colesterol, este es el segundo factor de riesgo en importancia. El número uno es la edad. Curiosamente se entiende bastante bien por qué el colesterol es un factor de riesgo y se trata de manera preventiva con medicación que retrasa (no evita) los problemas vasculares... Pero no se entiende el factor número uno en importancia", reflexiona.
Muchos de los mecanismos de reprogramación celular que investigan en Altos Labs ya se conocen y han sido probados con éxito en modelos animales, pero aún no han hallado la manera de reproducirlos con seguridad en el organismo humano, y el reto es complejo. "El principal escollo es conseguir controlar la reprogramación celular de una manera más precisa y usando agentes farmacológicos, no genéticos, como se ha hecho hasta ahora en experimentos con animales", revela Serrano, quien también desarrolla su trabajo en el Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona.
"Realmente se envejece más despacio hoy que hace cien años", reconoce este científico, y ante la pregunta de si cree que será posible frenar aún más el envejecimiento, responde que "seguramente sí, lo mismo que se va frenando el cáncer, o la diabetes, o las enfermedades infecciosas", aunque también considera que "vivir 200 años no es algo que vaya a ocurrir en este siglo".
¿Y qué sucede con la posibilidad de revertir el proceso de envejecimiento, de dar la vuelta al reloj de la vida? Manuel Serrano opina que es "algo que parece posible, al menos en animales de experimentación", aunque recalca que "es importante tener claro que se trata de una reversión parcial y transitoria". "Si existe o no un límite biológico a partir del cual ya no se puede seguir retrasando la esperanza de vida es más complicado de contestar. Puede que exista, pero también es posible que con medicinas (que todavía no han sido desarrolladas) se pueda en un futuro muy lejano extender esos límites", valora.