Recorrido visual: así fue el ataque terrorista en la sala de conciertos Crocus City Hall de Moscú
Los vídeos verificados muestran cómo los disparos comenzaron en el exterior y siguieron dentro. En el edificio, al que los terroristas prendieron fuego, han muerto más de 130 personas.
El ataque terrorista en la sala de conciertos Crocus City Hall, a las afueras de Moscú, suma más de 100 muertos y otros tantos heridos, muchos de ellos graves. El atentado, reivindicado por una rama del grupo yihadista Estado Islámico, es el más mortífero en la capital rusa en dos décadas.
A continuación repasamos las distintas fases del ataque a través de imágenes verificadas por el equipo de VerificaRTVE.
Hombres armados acceden al Crocus City Hall de Moscú
Alrededor de las 19.40 horas, cuatro hombres con armas automáticas, explosivos y bombas incendiarias entran tranquilamente hacia los detectores de metales de la sala de conciertos situada en la ciudad de Krasnogorsk, al noroeste de Moscú y a unos 20 kilómetros del Kremlin. Según testigos citados por Reuters, los terroristas habían salido de la parte de atrás de una furgoneta, ya armados.
Los atacantes disparan ya desde el exterior, contra las puertas de cristal de la entrada, y siguen haciéndolo en la antesala del anfiteatro. La sala de conciertos, con capacidad para 6.200 personas, había puesto el cartel de 'no hay entradas' para esa noche.
Cunde el pánico en el interior de la sala
Los asistentes al concierto del grupo de rock Piknik empiezan a abandonar las butacas al oír los disparos. Pero no todos pueden escapar. Los atacantes entran al interior de la sala disparando a los civiles. Unos corren, otros se esconden.
La matanza la reivindica una rama del grupo yihadista Estado Islámico, según informó en Telegram la agencia Amaq, su órgano de propaganda.
Los servicios de seguridad nacionales informaron de que los terroristas mantenían “contactos” con representantes de Ucrania y políticos rusos han sugerido una vinculación que Kiev niega categóricamente. El servicio de inteligencia estadounidense respalda la versión ucraniana. De hecho, las embajadas occidentales avisaron el 8 de marzo sobre posibles atentados terroristas en aglomeraciones coincidiendo con las elecciones presidenciales del 15-17 de marzo, pero el presidente ruso, Vladímir Putin, desoyó las advertencias.
Casi 20 horas después del ataque, en su primera comparecencia pública, Putin prometió castigar a los responsables “sin importar quiénes sean, sin importar quién los dirija”.
Tras los disparos, las llamas devoran el edificio
Los atacantes utilizaron explosivos y líquidos inflamables para prenderle fuego a la sala de conciertos. Las llamas se propagaron con rapidez, causando desprendimientos del techo y provocando aún más caos. Según informa The New York Times, al menos tres helicópteros participaron en las tareas de extinción o tratando de rescatar a gente del tejado. Los bomberos no consiguieron apagar completamente el fuego hasta el sábado.
Los terroristas pudieron huir tras el ataque, pero fueron detenidos el sábado junto a otras siete personas en una carretera de la región de Briansk, fronteriza con Ucrania, según informó el propio Putin. Tras ofrecer resistencia, algunos de los detenidos resultaron heridos.
El número de fallecidos ha ido aumentando con rapidez en las primeras 24 horas tras el ataque hasta alcanzar los 137 muertos, una cifra que sigue sin ser definitiva. Las autoridades rusas reconocen que el saldo mortal podría aumentar "considerablemente" en las próximas horas, ya que los equipos de rescate aún están buscando cadáveres entre los escombros del edificio. Además, informan fuentes del Ministerio de Sanidad recogidas por EFE, en los hospitales hay más de 100 heridos, muchos de ellos en estado grave.
Se trata del mayor atentado ocurrido en Rusia desde 2004, cuando tuvo lugar la matanza en la escuela de la localidad de Beslán, en Osetia del Norte. La escuela fue secuestrada por un comando checheno y la operación de rescate acabó siendo una tragedia, ya que los terroristas habían colocado explosivos en el edificio. Murieron 334 personas, la mitad de ellos niños.