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La "ibización" del Pirineo catalán: "Vivo en una barraca de tres metros cuadrados"

  • El alquiler en el Valle de Arán, en el Pirineo de Lleida, ha subido un 48% en el último año
  • La poca oferta y los precios desorbitados empujan a los trabajadores a vivir en caravanas
  • Vuelve a ver 'Inquilinos al límite' en RTVE Play

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Caravanas con fondo de carteles de construcción de chalets en Baqueira, Valle de Arán.
Caravanas con fondo de carteles de construcción de chalets en Baqueira, Valle de Arán. MARTA S. SUGRAÑES

Lo que más sorprende cuando llegas al parking de la estación de esquí de Baqueira-Beret es la cantidad de caravanas alineadas en un lado de la explanada. Deben ser turistas, pensamos erróneamente. –“Son trabajadores de las pistas que viven así", nos cuenta Núria, vecina de la zona con la que hemos quedado para realizar el reportaje.

"Ésta es del guía de montaña, ésta del monitor de esquí, esta del que trabaja en la cafetería…” va señalando Núria estas casas con ruedas. “Las caravanas están cerradas porque están trabajando”, aclara.

El parking está rodeado de grúas y vallas publicitarias anunciando la construcción de chalets. Al otro lado, edificios con todas las persianas cerradas. Son pisos turísticos o segundas residencias. Más del 60% del parque de vivienda del Valle de Arán está destinado a eso, según datos de la Sindicatura de Arán, la administración del Valle.

Bajamos unos kilómetros hasta Salardú para ver la localidad donde vive Núria. El idílico paisaje de las montañas del Pirineo despista. A pesar de las vistas, vivir aquí tiene poco de idílico y mucho de precario. “Esto es como una barraca”, dice Núria para referirse a su caravana.

Núria leyendo en los tres metros cuadrados de su

Núria leyendo en los tres metros cuadrados de su "barraca". INFORME SEMANAL

La cama está separada de una mesa por poco más de un metro y toca la cocina. Son tres metros cuadrado útiles. Compró esta autocaravana hace tres años porque el alquiler, se lamenta, "es inviable".

Núria es trabajadora de temporada en hostelería y gana entre 1.300 y 1.600 euros al mes. Debería destinar la mitad o más de su sueldo a pagar el alquiler de un piso. Con el añadido que no trabaja todos los meses del año.

Hacemos una búsqueda en un portal inmobiliario para alquilar una vivienda en la Vall d’Aran. Solo hay 30 ofertas en toda la zona… Un piso de 800 euros, el resto supera con creces los mil euros al mes. 1.500, 1.800, 2.100 euros... incluso hasta 15.000. La media entre estas ofertas es de 4.000 euros al mes.

Echo de menos tener una lavadora y espacio para cuando vengan mis padres

“La masificación turística nos ha llevado a esta situación”, denuncia Núria. No hay mercado de alquiler y cada semana hay gente que se va del valle porque no puede asumir el coste de la vivienda. Son los desahucios silenciosos. Núria reconoce que también se acabará marchando. La vida en una caravana no es fácil, “tienes que tener una vida muy activa y echo de menos tener una lavadora y espacio para cuando vengan mis padres”.

El turismo ya no es el salvavidas de la despoblación

Al lado de su caravana hay otras caravanas y camiones adaptados para vivir dentro. Sus ocupantes quieren preservar su intimidad. No es plato de buen gusto mostrar que uno vive en una caravana, no por decisión propia, sino por obligación.

En temporada de invierno los trabajadores que se ven obligados a este modo de vida pueden llegar a ser más de trescientos. Una tendencia que ya tiene nombre, la ibización del Pirineo, aludiendo a la situación similar que se vive en Ibiza, aunque con otro clima.

El turismo de montaña ya no es el salvavidas para la despoblación del Pirineo. La masificación turística es la principal responsable de la expulsión de vecinos y trabajadores que no pueden asumir el coste de un alquiler.

Sacan más dinero alquilando dos días que lo que pueden ganar conmigo

Bajamos unos kilómetros hasta la Vall de Boí. No tiene el tirón turístico de Baqueira pero el problema para los trabajadores es muy parecido. Hay más de 38 pisos turísticos por cada 100 habitantes. “Todos los pisos son alquiler vacacional, sacan más dinero alquilando dos días que lo que pueden ganar conmigo. Cada vez cuesta más. Nadie quiere alquilar a trabajadores". Nos cuenta Eli.

Maria Ángeles, Eli y Ana Belén, trabajadoras de los hoteles de la Vall de Boí, tomando algo en su día libre.

Maria Ángeles, Eli y Ana Belén, trabajadoras de los hoteles de la Vall de Boí, tomando algo en su día libre. INFORME SEMANAL

Eli, Mari Ángeles y Ana Belén toman café en la única panadería de Boí, es su día libre. Todas trabajan en hoteles de la zona. Son fijas discontinuas.

Una es de Jaén, otra asturiana y la otra catalana… Vienen a ganarse la vida durante la temporada turística del Pirineo, pero cada vez es más difícil. Mari Ángeles con 61años sabe que no tiene muchas opciones para cambiar de trabajo. Recuerda cuando venir a hacer la temporada al Pirineo Catalán le salía a cuenta: “Había muchos apartamentos y no era problemático. Ahora se aprovechan porque te piden unos precios desorbitados”.

Mari Ángeles en el balcón de su piso alquilado en Boí.

Mari Ángeles en el balcón de su piso alquilado en Boí. INFORME SEMANAL

Este año estuvo a punto de no poder venir porque no encontró piso. Finalmente vivirá sola debido a que su compañera no vendrá. Tendrá que asumir la totalidad del alquiler y estrecharse el cinturón.

La regulación del alquiler deja fuera el Pirineo

Ni el Valle de Arán, Ni la Vall de Boí, ni prácticamente el resto del Pirineo Catalán están declaradas zonas tensionadas de vivienda, condición imprescindible para aplicar la regulación del precio del alquiler que está en vigor en Cataluña desde el pasado 15 de marzo. Hay 140 municipios tensionados que concentran al 80% de la población.

La Administración del Valle de Aran pide cambios para poder ser incluida en la contención de precios. Generalitat y Ministerio no lo descartan más adelante. Cataluña se ha convertido en el laboratorio de pruebas de la limitación del precio del alquiler. Aunque para los trabajadores de los valles pirenaicos, el alquiler sigue siendo imposible