Estados Unidos y Reino Unido acusan a China de llevar a cabo una campaña de espionaje 'online' masiva
- El espionaje habría afectado a millones de personas en otros países además de Reino Unido y EE. UU.
- Los piratas informáticos llevaron a cabo ataques contra objetivos gubernamentales críticos con Pekín
Funcionarios estadounidenses y británicos han presentado cargos y sanciones conjuntas contra China ante una supuesta campaña de espionaje llevada a cabo por Pekín que afectó a millones de personas, incluidos legisladores, académicos y periodistas.
Autoridades de ambos lados del Atlántico han acusado al grupo de piratas informáticos apodado APT31 de ser un brazo del Ministerio de Estado de Seguridad de China, y desgranó una larga lista de objetivos sobre los que han llevado a cabo sus operaciones. Entre ellos, se encuentra personal de la Casa Blanca, senadores estadounidenses y parlamentarios británicos, además de funcionarios gubernamentales de todo el mundo que han criticado a Pekín.
Más allá de figuras políticas, el documento señala contratistas de defensa, funcionarios de seguridad, disidentes y entidades empresariales.
La acusación, revelada el lunes por fiscales estadounidenses contra siete de los presuntos piratas informáticos chinos involucrados todavía no identificados, resultó en el compromiso confirmado o potencial de cuentas de trabajo, correos electrónicos personales, almacenamiento en línea y registros de llamadas telefónicas de millones de ciudadanos estadounidenses.
El objetivo de la operación de piratería global era "reprimir a críticos del régimen chino, comprometer instituciones gubernamentales y robar secretos comerciales", según señala en un comunicado la Fiscal General Adjunto de los Estados Unidos, Lisa Mónaco.
Aunque la embajada de China en Washington no ha emitido un mensaje con respecto a las acusaciones estadounidenses, la diplomacia china en Londres ha descrito los cargos emitidos por Londres como "calumnias completamente inventadas y maliciosas".
Los anuncios sobre las acusaciones se han llevado a cabo cuando tanto Gran Bretaña como Estados Unidos han sancionado a la empresa científica y tecnológica Wuhan Xiaoruizhi que, según las declaraciones, actuaba como pantalla para llevar a cabo dichos ataques.
"La UE se solidariza con el Reino Unido"
La Unión Europea ha mostrado su solidaridad con el Reino Unido por el impacto de las cibercampañas maliciosas, y está vigilante y dispuesta a "tomar medias cuando sea necesario".
"La UE se solidariza con el Reino Unido por el impacto de las actividades maliciosas cibernéticas contra sus procesos democráticos", ha indicado en su cuenta de X el portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior, Peter Stano.
Los servicios europeos "seguimos monitoreando y abordando las actividades cibernéticas maliciosas contra nuestras sociedades y economías, y estamos listos para tomar medidas cuando sea necesario", ha afirmado Stano.
El viceprimer ministro británico, Oliver Dowden, ha indicado en el Parlamento que los piratas informáticos vinculados con China fueron responsables de dos "cibercampañas maliciosas" dirigidas contra la Comisión Electoral y contra parlamentarios británicos.
El Comité Selecto del Congreso de EE. UU. para China
Con las acusaciones del supuesto espionaje chino en Reino unido y EE. UUU. en mente, el representante republicano por Michigan, John Moolenaar, será el próximo presidente del Comité Selecto del Congreso de EE. UU. para China, en sustitución del Representante, Mike Gallagher, quien dijo la semana pasada que dejaría su cargo en abril.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ha indicado en un comunicado que había designado a Moolenaar para asumir la dirección del comité bipartidista, encargado de deliberar sobre la competencia estratégica estadounidense con respecto al Partido Comunista de China (PCC).
"Nuestro país, nuestra economía y nuestra seguridad nacional estarán bien servidos por su sabiduría y guía en el trabajo en curso de este comité selecto", ha expresado Johnson aludiendo a Moolenaar.
El Comité no tiene poder legislativo, pero bajo Gallagher se ha convertido en un lugar de alto perfil donde los legisladores toman recomendaciones para abordar la seguridad económica y nacional de Estados Unidos ante posibles amenazas planteadas por China.
El deseo de adoptar una línea dura en las relaciones con Pekín es una de las pocas cuestiones que unen al Congreso, con republicanos y demócratas pidiendo de forma conjunta mayores esfuerzos para contrarrestar la influencia mundial de China.