Médicos contra las guardias de 24 horas: "La calidad asistencial es peor, porque estamos cansados"
- El ministerio de Sanidad propone rebajar las jornadas a máximos de 17 horas
- La mayoría de los médicos ponen el foco en la crisis sanitaria y en el colapso que la sanidad pública
Con una atención primaria colapsada, unas guardias médicas de 24 horas, y durmiendo, en el mejor de los casos, en una silla tres horas en toda la noche. Estas son las condiciones a las que los médicos se enfrentan a diario en sus jornadas laborales. Ninguno de los doctores en activo entrevistados se atreve a dar su nombre, pero todos denuncian la situación en sus centros y reclaman turnos de la misma duración que el resto de sanitarios.
La respuesta de la ministra de Sanidad, Mónica García, ha sido reiterar su compromiso de abolir las guardias de 24 horas sin que ello se traduzca en una disminución de las retribuciones. En su propuesta, fija un máximo de 17 horas. Una medida que, para muchos, sigue sin ser suficiente.
"Yo ahora estoy trabajando de 8 de la mañana a 3 de la madrugada. Hasta las 8 o 9 de la noche funciono bien. Por la noche es cuando empeora el rendimiento, tu cuerpo sabe que tienes que dormir, pero tú tienes que seguir con la misma energía que a las 3 de la tarde. La calidad asistencial es peor, porque los médicos están cansados", declara a RTVE.es una residente de primer año especializada en medicina de familia del hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo.
A lo largo de la noche atienden patologías muy variadas, desde traumatología a cirugías, incluyendo desde situaciones más banales a emergencias. Estas últimas “suben la adrenalina, pero cuando una persona llega a las cuatro de la mañana por una infección de orina sin fiebre, la atención nos baja completamente porque llevamos todo el día sin dormir”, explica una doctora del Hospital de Alcorcón.
Ella lleva 14 años trabajando en urgencias y asegura que cuestiones como “comer a tu hora o dormir más de dos horas son utopías”. “No poder comer y la falta de descanso generan mucho estrés y al final acaban comprometiendo la atención que queremos dar”, sostiene un médico de Toledo. Una compañera de su mismo hospital denuncia que “no se para, no hay descansos establecidos, y trabajar tantas horas seguidas sin descanso al final te va afectando a nivel físico y psicológico. Esto no solo perjudica al profesional, sino también al paciente”.
Cuestión de precariedad
Para muchos sanitarios, especialmente los residentes, hacer o no estas guardias no es una opción: "Nuestra calidad de vida depende de ello. El sueldo base está cerca de los mil euros y con las guardias llegamos a ganar otros mil más. Sin esto, no podríamos permitirnos vivir o alquilar un piso", lamenta la viguesa. Además, Sergio García, de la Asociación de Economía de la Salud, expone que "un médico no puede pedir la exención de guardia hasta que cumpla los 55 años. Es un problema porque es una profesión muy envejecida".
Aun así, la mayoría las siguen haciendo, para no prescindir de gran parte de su sueldo. En una encuesta, publicada en 2022 por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, se avisaba de que el 87% de los profesionales realizan guardias, aunque el 60% de ellos prefiere no hacerlas.
Aunque el máximo este fijado en 48 horas, la mayoría acaba con semanas de 60 o 70, comprometiendo su conciliación familiar, vida social y salud personal. “Acabo de terminar la guardia, pero como hoy es día no lectivo, y mi marido tiene que trabajar, tuve que venir corriendo a casa para quedarme con los niños. Estaré todo el día con ellos sin haber dormido”, relata la médico del hospital de Alcorcón.
“Después de una guardia en la que no hayas podido dormir más de dos horas, el cuerpo va a tardar al menos 72 horas en recuperarse. Aunque tengas un día entero de descanso no es suficiente porque al día siguiente entras a trabajar otra vez”, explica Ángela Hernández, secretaria general de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid. Algo, que según cuenta, “deja huella. Con 30 lo llevas mal, con 40 peor, y a los 50 ya se vuelve insoportable”.
Ellos dicen que lo hacen "lo mejor que pueden" pero también, que son jornadas que "impiden una asistencia de calidad que quieren tanto los médicos como los pacientes", según la médico de Toledo.
Es una situación que por mucho que pasen los años, sigue sin cambiar, ya que todavía se rige por una ley implantada durante la Transición democrática. Manuel Cebreiro está jubilado y durante más de 20 años trabajó en urgencias. Afirma que "ahora las condiciones son exactamente las mismas. Siguen siendo los mismos problemas desde hace mucho tiempo. Siempre faltó personal, donde se necesitan dos médicos solo hay uno, por eso yo siempre hice guardias de más".
Atención primaria colapsada
La mayoría de los médicos ponen el foco en la crisis sanitaria y en el colapso que la sanidad pública. Aseguran que el número de la plantilla es insuficiente para atender a todos los pacientes y urgencias. De la misma forma, mantienen que es un fallo de planificación y organización de sus centros sanitarios: "para que el servicio funcione, necesitas trabajadores muy especializados trabajando 24 horas los 365 días del año, y, por lo tanto, mucha coordinación", explica García.
Además, según relata Hernández, “las guardias no cuentan para la jubilación y un médico puede hacer hasta 10 años de guardias”. Los entrevistados aseguran que reducir estas jornadas es posible porque lo ven en sus compañeras, las enfermeras, que tienen turnos de 12 horas, y en otras profesiones, como los bomberos, que libran más días por acumulación que el personal médico.
Por eso, la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos "considera necesario adecuar las plantillas para poder hacer turnos y jornadas semanales de la misma duración que el resto de trabajadores de la sanidad, adecuar salarios para no tener que maquillarlos con las guardias (las retribuciones descenderán en un 30% aproximadamente) y contar con un presupuesto y plazos realistas".
Los médicos tienen claro que “sin guardias no se puede gestionar toda la demanda asistencial que existe pero sí que se pueden disminuir las horas, pagarlas mejor y establecer un término medio”, dice el médico de Toledo, ya que al final lo que todos quieren es “mejorar la calidad en la atención de los pacientes”.