¿Es efectivo el uso de fármacos en el tratamiento del alcoholismo?
- Su utilización depende de cada caso concreto y se recomienda, sobre todo, en los primeros meses
- Los expertos subrayan el papel fundamental de la terapia grupal
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El alcohol es la droga por excelencia en España y su consumo está extendido y normalizado entre la sociedad. Según la encuesta sobre alcohol y drogas 2022 (EDADES), el 9% de los encuestados había realizado un consumo diario de esta sustancia. Su presencia en distintos ámbitos de la vida diaria influye en el tratamiento del alcoholismo y, en algunos casos, es común el uso de fármacos que sirvan como "freno" a su consumo.
Como explican a este medio los expertos consultados, el uso de medicación es algo habitual, aunque siempre depende de cada caso concreto y, de ser necesario, suele recomendarse su uso, sobre todo, en los primeros meses. Aunque existen otras opciones, tradicionalmente se ha utilizado un fármaco denominado Disulfiram, conocido como 'Antabus', por su marca comercial, y cuyos efectos se engloban en lo que se conoce como "efecto Antabus".
"Interacciona en el metabolismo del alcohol de tal manera que cuando una persona se toma el fármaco y bebe, tiene una reacción negativa, molesta, que puede ir desde la vasodilatación, el enrojecimiento facial, la sensación de calor o de taquicardia, hasta mareos y nauseas", explica a RTVE.es Francisco Pascual, presidente de la Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el Alcoholismo y otras Toxicomanías (Socidrogalcohol).
Un freno frente al fácil acceso a las bebidas alcohólicas
Pascual añade que este fármaco siempre se receta con el beneplácito del paciente y, a poder ser, tutorizado por un familiar. "Sirve de freno, sobre todo para aquellas personas que quieren dejar de beber y que, como el alcohol está tan normalizado en nuestra sociedad, lo tienen al alcance de la mano", expone.
El efecto de esta medicación "hace que se genere el rechazo al alcohol", explica Albert Espelt, miembro del Grupo de Alcohol de la Sociedad Española de Epidemiología, ya que el paciente "asocia" que probarlo le va a producir un gran malestar si se ha tomado el 'Antabus'.
"Supone una ayuda, y se utiliza muchas normalmente para ayudar a la persona a no recaer", explica, poniendo de manifiesto el fácil acceso a esta sustancia para las personas alcohólicas. "El alcohol está disponible está en todos los sitios y a todas horas y a todos los precios", añade.
Además, algo habitual es que haya que recurrir a otros fármacos relacionadas con otras sintomatologías, como ansiedad, insomnio, depresión referidas a todo lo que hay "alrededor de una persona que tiene un trastorno por consumo de alcohol", apunta Pascual, además de los indicados para tratar el síndrome de abstinencia que puede producirse al interrumpir el consumo de alcohol.
La importancia de la terapia grupal
Independientemente del uso de medicación, los expertos aseguran que el tratamiento del alcoholismo "no es un camino lineal" y que en él es fundamental el seguimiento médico y psicológico. Además, coinciden en subrayar la importancia de la terapia grupal.
"Lo más valioso de la terapia de grupo el hecho de poder rodearte de gente que ha pasado los distintos estadios de la enfermedad y que, por ello, pueden ayudarse a partir de las experiencias que han ido viviendo en su día a día", explica Espelt.
"Con la terapia estás consiguiendo objetivos más allá de en dejar de consumir. Pero al mismo tiempo, si tú te mantienes firme, tu ejemplo también sirve a otras personas que están dejando de beber, por eso hablamos de ayuda mutua", añade Pascual.