Una investigación revela que Ikea "se hace la sueca" con los bosques del planeta
Noticia Documentos TV
- El mayor fabricante de muebles del mundo consume un árbol cada dos segundos
- Periodistas franceses desvelan el vínculo de la multinacional con la explotación incontrolada de la madera
Ikea, el mayor fabricante de muebles del mundo, consume grandes cantidades de madera. Sus muebles, baratos, de fácil montaje y con diseños listos para replicar en casa, han equipado durante décadas millones de hogares. Esta enorme expansión comercial, asociada al consumismo y a la imparable producción de muebles, exige al gigante sueco tener que abastecerse de ingentes cantidades de una fuente renovable frágil como es la madera.
La cadena presume de sostenibilidad, pero una investigación periodística ha demostrado que la marca está contribuyendo a la destrucción de la biodiversidad en diferentes lugares del mundo.
Kamprad, el gran visionario
La historia de Ikea es la de una pequeña empresa que ha sabido sacar partido de los cambios del capitalismo para convertirse en un gigante. Y este mérito en la economía de mercado se debe íntegramente a Ingvar Kamprad. Con tan solo 17 años, fue un visionario del consumo de masas.
“Comenzó a vender por correspondencia los muebles que compraba a los artesanos locales“
En 1943, este joven “comenzó a vender los muebles que compraba a los artesanos locales y los publicitaba a través de un catálogo de venta por correspondencia”, explica Sara Kristoffersson, profesora de Historia y Diseño de la Universidad de Kostfack.
Kamprad supo ver con claridad el frenesí consumista que se instaló en occidente a partir de la década de los 50 del siglo pasado. A las afueras de Estocolmo, abre la tienda de muebles más grande del mundo con la que revolucionó, desde entonces, la forma de comprarlos.
El comienzo de la deslocalización
La política de Ikea, muebles a precios asequibles para cualquier bolsillo, de fácil montaje y con unos diseños de interiores hechos para “llevar a casa”, triunfó. Pero garantizar los precios bajos que Kamprad exigía comenzó a resultar incompatible con el trabajo de los artesanos suecos que hasta entonces le habían suministrado los muebles fabricados.
La negociación no llegó a buen puerto y, a partir de entonces, Ikea volvió la vista hacia países como Finlandia, Rusia o Polonia donde explotó la materia prima de sus bosques. “Gracias a ello pudo conseguir gran cantidad de muebles a precios imbatibles”, relata Johan Stenebo, el que fuera asesor del fundador de Ikea.
Cecilia Soler, profesora de Marketing de la Universidad de Goteburgo, manifiesta que “cuando el precio es muy bajo, uno puede estar seguro al 100% de que alguien o algo está pagando el precio. En este caso es la naturaleza”. Como la demanda no paraba de aumentar, Kamprad dio la siguiente vuelta de tuerca a su negocio: contratar la fabricación de sus muebles a decenas de países que, según asegura la empresa, siempre recurre a bosques explotados de forma responsable.
Ikea, no tan verde como se vende
Durante más de un año, un equipo de periodistas franceses ha rastreado la cadena de producción de Ikea en una exhaustiva investigación internacional. Revela las prácticas que, desde el principio y hasta hoy, la cadena sueca ha llevado a cabo para aprovisionarse de la madera necesaria en la fabricación de sus muebles. Según Stenebo, en los años 90, se utilizó madera talada ilegalmente para abastecer las tiendas de la marca. Ikea lo niega, pero no permitió a los periodistas comprobarlo de primera mano, simplemente se negaron a abrirles sus puertas.
“Ikea intenta dar la imagen de que se preocupa por el medioambiente, pero es mentira“
La investigación desvela que, en 2011, el gigante sueco se vio implicado en la polémica tala de uno de los cuatro bosques vírgenes de Rusia y, en 2020, los proveedores de la marca fueron acusados de talar bosques primarios de Ucrania para fabricar sillas y mesas de comedor. “Ikea intenta dar la imagen de que se preocupa por el medioambiente, pero es mentira”, sentencia Stenebo.
La siguiente estrategia, comprar bosques
Se calcula que Ikea consume alrededor del 1% de la madera talada en el mundo, el equivalente a un árbol cada dos segundos. “Un monstruo que devora enormes cantidades de madera”, insiste el antiguo asesor de Kamprad.
La investigación revela también que para obtener la materia prima que necesita en su colosal expansión comercial, Ikea compra ahora sus propios bosques y ya posee más de 280.000 hectáreas en todo el mundo. De ellas, 50.000 están en Rumanía. El biólogo y presidente de la ONG Agent Green, Gabriel Paun, está luchando contra la destrucción de la biodiversidad en su país a manos de Ikea y sus proveedores.
En 2021, esta organización ecologista confirmó que Ikea arrasa todos sus bosques erosionando terriblemente el suelo. “Es importante alertar al mayor número posible de consumidores para que sean conscientes de lo que realmente hace Ikea”, se desgañita Paun. Denuncia que uno de sus proveedores en Rumanía “acepta madera de parques nacionales y bosques vírgenes”. En el documental se señala asimismo que, en este país desaparecen de sus bosques cada año, casi 20 millones de metros cúbicos de madera de forma ilegal.
Bosques propios, adquisición de madera de plantaciones de árboles de rápido crecimiento que erosionan y destruyen los suelos y los bosques autóctonos son algunas de las prácticas que degradan gravemente la biodiversidad y que Ikea lleva a cabo para continuar con su exitosa empresa desde hace ahora 81 años. Una de las cadenas comerciales preferidas por los consumidores.