Luis Zahera y Javier Gutiérrez: "En 'Pájaros' somos dos aves heridas que buscan el amor”
- Pau Durá dirige esta road-movie que valió a Zahera el premio al mejor actor en Málaga
- Una película que cuenta con la participación de RTVE y que se estrena en cines este 5 de abril
Pau Durà (Formentera Lady) dirige a Luis Zahera y Javier Gutiérrez en Pájaros, la historia de dos desconocidos que inician un viaje por Europa en busca de un pájaro que no es sino una metáfora de sus sueños. Una cinta con la que Zahera ganó la Biznaga de Plata al Mejor Actor en el reciente Festival de Málaga, que cuenta con la participación de RTVE y que llegará a los cines este 5 de abril.
“Somos como dos pájaros heridos, perdidos, desubicados… que no encuentran su bandada para volar hacia el lugar soñado –nos comenta Zahera-. Es la historia de dos perdedores que buscan desesperadamente el amor y que terminarán encontrando una hermosa amistad. Dos personajes que solo pueden culparse a sí mismos y a sus errores de haberse convertido en perdedores”.
“Mi madre decía que solo se aprende de los errores y creo que es cierto –añade Javier Gutiérrez-. Pero ellos al menos son dos perdedores que dan el paso más importante, el de intentar redimirse de sus errores. Es cierto que uno manipula al otro, pero creo que es un reseteo hacia un lugar que les va a ayudar a encontrarse a sí mismos”.
“Son dos tipos entrados en la madurez, con sus heridas y sus miserias –apostilla el director-. Creo que, a partir de cierta edad siempre piensas en si podrías rebobinar tu vida. Y estos dos personajes forman una pareja muy compensada. Hay un verdadero juego dramático entre los dos, porque parecen bastante opuestos pero tienen algo en común. Y es que ellos mismos son los responsables de sus miserias y no lo saben o no lo quieren asumir. Ellos son los responsables de la jaula en la que están encerrados al principio de la película”.
Un viaje hacia la redención
Colombo (Javier Gutiérrez) trabaja en un garaje 24h y complementa su mísero sueldo trapicheando con marihuana. Un día recibe la visita de Mario (Luis Zahera), un tipo aficionado a las aves, que lo contrata de chófer para ir a la Costa Brava a ver grullas. Pero al llegar allí descubrirán que las aves han cambiado su rumbo migratorio hacia el delta del Danubio y cruzarán Europa en un viaje que los llevará a enfrentarse a sí mismos.
“Creo que Colombo y Mario son hermanos sin saberlo –asegura Zahera-. Me gusta mucho esa idea de que son de la misma bandada, aunque no lo sepan. Y lo bonito es cómo se van descubriendo el uno al otro a lo largo de ese viaje físico y metafísico”.
“Y aunque Colombo empiece manipulando a Mario, creo que ambos acaban ayudándose –añade Zahera-. Y me encanta esa idea de dos personajes, un coche y un viaje”.
“Mario se embarca en esa aventura porque necesita huir del momento en el que está –apostilla Gutiérrez-. Porque se enfrenta a la firma de los papeles del divorcio de su mujer y no quiere firmar porque sigue perdidamente enamorado de ella. Y ese viaje también le viene bien para colocar ciertas cosas. Ya sabemos que cuando uno se enfrenta a algún problema que no puede solucionar tendemos a ahuecar el ala, nunca mejor dicho. Y lo que hace Mario es huir hacia adelante y ya veremos por dónde sale el sol al día siguiente, ¿no?”.
“Ese viaje –nos comenta Pau Durá-, es el tema de la película. Pero la palabra viaje es muy compleja y tiene muchas lecturas. Yo creo que el quiz de la película es ese viaje de los dos, no solo el externo sino el interno. Dos tipos que comienzan huyendo y que, al principio, se ocultan cosas el uno al otro”.
“Pero –añade el realizador-, al final se convierte en una historia sobre la amistad y sobre cómo nos necesitamos unos a otros. También sobre cómo a veces necesitamos alejarnos de todo para para asumir la responsabilidad de nuestros errores y situarnos en la vida. Al final es un viaje de dos desubicados que buscan su lugar en el mundo”.
Compañeros y… ¿amigos?
Preguntamos a Javier Gutiérrez hasta qué punto son amigos y si eso les ha servido para la película: “No somos amigos íntimos, pero sí amigos, compañeros… Por mi parte hay una gran admiración hacia Luis. Evidentemente, seguimos las carreras de los compañeros y ver el momento dulce que está viviendo Luis, que parece que alguien lo ha descubierto ahora, cuando lleva muchísimos años haciendo trabajos impresionantes, tanto en comedia como un drama, pues siempre apetece. Tener los mejores compañeros de viaje al lado para poder aprender y que tu trabajo también cobre esa dimensión es fundamental. Y en esta película he tenido mucha suerte, tanto con Luis como con el director y el resto del equipo”.
“Yo sigo a Javi desde los tiempos de Animalario, de cuando le vi por primera vez y me quedé fascinado. Es uno de mis referentes y trabajar con él es un placer. Y lo bueno es que ambos estamos ya muy bregados en la profesión, lo que es fundamental para interpretar a estos dos viejos pájaros”.
“Ha sido un lujo trabajar con Luis y Javier –confiesa el director- Y también un paseo, porque además de completar a sus personajes, son dos actores que dominan la sutileza en el drama, pero también en la comedia. Que dominan el humor y la ternura. Y que tienen una generosidad brutal. Hemos hecho ese viaje por Europa de verdad, no hay ni un solo croma en la película, y durante todos esos días metidos en el coche, ha sido genial contar con estos dos genios que han hecho suya la película”.
El viaje de dos… ¿antihéroes?
Preguntamos a Pau Durá por qué decidieron usar a una grulla como Mcguffin de la historia: “Queríamos usar un pájaro bonito y encontrar ese tipo de grulla no es nada fácil. Pero solo es una excusa poética. Además, esa cosa de pasarte horas mirando pájaros es un poco naif, sobre todo cuando el personaje tiene detrás un drama tan potente”.
“Pero-añade el director-, lo que realmente nos interesa, como decía, es ese viaje exterior e interior de los personajes a los que desplazamos a culturas diferentes, lenguas diferentes. Es casi como el viaje iniciático del héroe (o antihéroe) y de los obstáculos que tiene que ir salvando para encontrarse a sí mismo. Aunque muchos de esos obstáculos son internos y provocados por ellos mismos”.
Un rodaje con “momentos mágicos”
Pero… ¿Cómo ha sido este rodaje para el que han recorrido media Europa? “Ha sido complejo porque teníamos un presupuesto modesto para una película tan complicada –confiesa Pau-. Hemos logrado optimizar mucho los recursos gracias a la participación de otros países, como Italia o Rumanía. En todos esos lugares nos han ayudado muchísimo con la producción. Y no tener un gran presupuesto también nos ha dado mucha libertad a la hora del rodaje. Al final ha sido todo un viaje para contar otro viaje”.
“Un viaje en el que hemos vivido momentos mágicos, como cuando nos cruzamos con un camión en el que viajaban mujeres refugiadas de la guerra de Ucrania –añade el director-. Esa es una escena que aparece en la película y a la que le tengo mucho cariño. Pero todo el rodaje ha sido mágico porque hemos interactuado con un montón de culturas y hay muchos actores que han participado hablando en sus lenguas. Se hablan hasta nueve idiomas en la película. Y, para mí, eso ha sido una gran satisfacción”.
“Ha habido momentos muy comanches –interrumpe Gutiérrez-, en los que había que ser resolutivos y arriesgarse para solucionar los problemas que nos surgían”.
“Es una comedia con toques dramáticos –comenta Zahera-, pero también un retrato de la Europa enferma que nos asola. Creo que es muy descorazonador hacer viajes como el de la película considerándonos europeos de primera clase, cuando realmente en muchos momentos no lo hemos sido. Y gracias a eso creo que cobra consciencia de nuestro lugar en el mundo”.
“Si –añade Gutiérrez-, porque nos creemos por encima de, por ejemplo, rumanos e italianos, y cuando llegas allí nos miran por encima del hombro. Creo que, en el fondo, todos somos iguales, a pesar de nuestra cultura o país de origen”.
Queremos destacar la intervención, en un breve papel, de la actriz italiana Teresa Saponangelo, ganadora del premio David de Donatello a la mejor actriz secundaria, en 2022, por Fue la mano de dios, de Paolo Sorrentino.