La anorexia en hombres, una enfermedad aún invisibilizada y estigmatizada
- El apoyo del entorno es fundamental en el proceso de recuperación de un trastorno de la conducta alimentaria
- Las cifras de anorexia en menores de 14 años se han duplicado en los últimos años
La anorexia se ha considerado siempre una enfermedad que afecta más a las mujeres, pero la realidad es que los profesionales de la salud mental encuentran cada vez más casos que involucran a hombres. Se calcula que por cada nueve chicas con anorexia hay un chico con el mismo problema, aunque la cifra podría ser superior. Los hombres tienden a ocultarlo durante más tiempo y eso aumenta el riesgo de convertirla en una enfermedad crónica, según apuntan los expertos.
"Estaba obsesionado con las dietas y no me encontraba bien. Era una persona muy perfeccionista, exigente y muy obsesiva", relata a TVE Jordi. Este barcelonés comenzó a buscar información sobre lo que le pasaba y lo que sentía en internet. Como opción apareció la anorexia. Sin embargo, todo estaba enfocado en clave femenina y los síntomas que tenían las mujeres. "Yo creía que entonces aquello no iba conmigo", añade.
Uno de los motivos que explican que las cifras oficiales no se ajusten del todo a la realidad tiene que ver con el estigma social que continúa existiendo en torno a este tipo de trastornos en hombres.
“Se tiende a seguir viéndolos como personas duras, que no tienen que pedir ayuda o ir al psicólogo”, defiende Jordi.
Pese a que la presión estética siempre ha sido superior en las mujeres, en los últimos años se ha constatado que la presión social que reciben los hombres para cumplir con ciertos cánones de belleza ha aumentado de manera significativa.
La obsesión por la imagen y las redes sociales
El impacto de las redes sociales ha influido directamente en el autoconcepto de las personas, la insatisfacción corporal y la autoestima, siendo considerados como factores de riesgo en el desarrollo de trastornos alimenticios como la anorexia.
Un estudio pionero en España publicado en la revista International Journal of Mental Health and Addiction concluyó que un mayor uso de redes sociales y mayor nivel de adicción a estas puede elevar la probabilidad de desarrollar un TCA. Cuerpos idealizados, imágenes editadas, comparaciones con otras personas o el contenido publicado por influencers están entre los distintos factores que, según señala el estudio, pueden potenciarlos entre los adolescentes españoles.
“Estamos en una sociedad que está muy pendiente de la imagen y de determinados estereotipos corporales. Las redes sociales nos prometen el éxito y lo relacionan con el cuerpo”, comenta a TVE la psicóloga de la Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia (Adaner) Isabel Martínez.
Las redes también pueden convertirse en un arma de doble filo cuando hablamos de informar sobre los TCA. Aunque hay contenidos que buscan dar visibilidad a este tipo de enfermedades para que la gente entienda más allá de los mitos, otros pueden ayudar a desinformar e incluso, en palabras del barcelonés, "ser apología a un trastorno alimentario".
"Es necesario contrastar lo que busquemos con los profesionales", añade Jordi.
Normalizar para acabar con la estigmatización
Hoy en día, trastornos como la anorexia nerviosa se continúan relacionando exclusivamente con las mujeres. La mayor parte de casos, cuando se tratan de hombres, pasan inadvertidos y a pesar de debutar en la adolescencia se acaban tratando en la adultez. La psiquiatra de la infancia y adolescencia del Hospital Sant Joan de Deu Marta Carulla ha explicado a TVE que esto se debe a la vergüenza y el estigma, que hace que el diagnóstico sea mucho más tardío o que, en el peor de los casos, se cronifique.
Por esta razón, Jordi se abrió una cuenta en Instagram donde relata su día a día con un TCA. Su objetivo es concienciar sobre los diferentes trastornos y cómo estos pueden padecerlos todas las personas, sin importar el género.
Los expertos continúan insistiendo en que estas enfermedades son algo más que lo que vemos en la superficie, normalmente pérdida de peso e hiperdelgadez. Las personas que lo sufren tienen unas necesidades psicológicas necesarias de tratar y que suelen ser la base del conflicto.
"Existe todo un abanico de piedras que tenemos del pasado y que nos afectan de una u otra forma", relata Jordi. Una mochila que va pesando cada vez más y que acaba explotando de alguna manera. Este creador de contenido enfocó su miedo en la comida y el físico, llegando a un estado de desnutrición. Tras varios años, una amiga le "obligó" a pedir ayuda.
En el caso de Pepi Aymat, esta madre se dio cuenta de que algo no marchaba bien cuando vio que su hijo se iba deteriorando y cambiando su carácter. "Mi primera pregunta fue qué he hecho mal y en qué me he confundido", subraya en una entrevista para TVE. Tras pedir ayuda a Adaner, el entorno familiar comenzó a entender que también pueden padecerlo los hombres y comprender que iba a ser un proceso de recuperación largo.
El apoyo del entorno es fundamental en el proceso de recuperación de un TCA. "Es necesario formarse para poderlo afrontar, ya que solos es imposible", opina Aymat, quien defiende que la mejor forma de quitar el estigma y la vergüenza es que los familiares y la sociedad lo normalicen.
Las cifras de anorexia aumentan en menores de 14 años
En España, unas 400.000 personas padecen un trastorno de la conducta alimentaria, que podría aumentar hasta un 12% en los próximos 12 años. En el caso de los más jóvenes, las cifras se han vuelto alarmantes. "La anorexia de debut en menores de 14 años se ha duplicado, tanto en chicas como en chicos", explica la psiquiatra Marta Carulla.
En concreto, se calcula que el número de hospitalizaciones en la infancia por esta causa ha aumentado un 22% en el último año, una tendencia que preocupa cada vez más a los especialistas.
Para evitarlo, los expertos piden incrementar la prevención y prestar una "atención especial" a los hábitos de los jóvenes, especialmente, de su uso de las redes sociales y de los patrones físicos a los que se ven expuestos en ellas.
“Los chicos jóvenes que se sientan con un malestar o los padres que vean que su hijo está cambiando su comportamiento, por ejemplo con la comida o la ropa, que le den importancia", pide Jordi. "Puede que no sea nada o puede que verdaderamente esté sufriendo un trastorno alimenticio", agrega.